Llevas 34 años haciendo esto. ¿Eso demuestra que el humor es infinito?
Es que la política es infinita y los escándalos de corrupción, también. Lo anecdótico es que cada vez es más difícil hacer humor político porque tenemos que luchar contra la indignación de la gente. En el Perú resulta tragicómico porque la política es una tragedia. Hacen una cosa buena y cien malas, prometen y no cumplen, se roban el dinero de los más pobres... Cuando una señora le dice a su marido “llévame a ver Los miserables”, el señor la lleva al frente del Congreso…
¿Es difícil bromear cuando más bien da ganas de ir a llorar al río?
Yo siento que es hoy mi reto y de los retos no huyo. A mí me encanta hacer mi trabajo, sobre todo cuando se pone más difícil… Por ejemplo, el hecho de que Keiko postule y pierda y vuelva a perder; entonces, si quiere ganar el 2021 tiene que llevar un curso superintensivo de comida italiana para que pueda hacer ‘la-hazaña’.
¿Fue un error apoyar a Fujimori en la campaña del 2000? ¿Fue un error declararte fujimorista?
No fujimorista porque… depende del contexto en que se dieron las cosas. Yo estaba a favor de todo aquello que luchara frontalmente contra el terrorismo y quizá tuve un apasionamiento, pero fue un error, un error grande y lo asumí. Di la cara, no di la espalda ni me fui a ningún lado. Me costó reconciliarme con mi público, me costó mucho. Fue muy duro para mí, para mi familia. Hice una introspección de mi carrera y luego nos volvimos a levantar.
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El exitoso musical Av. Larco llega al cine ► https://t.co/VJSmYDDdxU vía @elcomercio pic.twitter.com/AJT9XJs4Jn— Revista Somos (@SomosElComercio) 25 de febrero de 2017