La nueva película live-action de Barbie no deja de causar furor con cada revelación que va haciendo conforme se acerca la esperada fecha del estreno. Primero, con el elenco de estrellas liderado por Margot Robbie, luego con la divertida trama y después con el fantástico mundo rosa recreado casi al milímetro. Siendo este último el protagonista del momento luego de que se revelara que construir el ambicioso set de grabación casi agotó todas las existencias de pintura rosa en el mundo.
“Estábamos literalmente creando el universo alternativo de Barbieland” dijo Greta Gerwig, la directora, en la memorable entrevista de Arquitectural Digest, donde por primera vez se mostró a detalle todos los ambientes de la icónica Dreamhouse en tamaño real. Espacios que necesitaba, ser de un específico tono de rosa para lograr imitar la estética de la muñeca de Mattel. “Quería que el rosa fuera muy brillante y que todo fuera casi demasiado”, agregó Greta luego de mencionar que había causado un desabastecimiento de pintura rosa.
Esta revelación fue confirmada hace poco por la vicepresidenta de marketing global de Rosco, la compañía de pintura que suele proveer a la industria del entretenimiento con productos con fórmulas especialmente hechas para la pantalla. “Usaron tanta pintura como la que teníamos”, señaló, pues la compañía aún estaba recuperándose de los estragos de la pandemia y de un congelamiento de materiales por una helada que hubo en Texas. “Hubo esta escasez y luego les dimos todo lo que pudimos. Ellos sí agotaron nuestra pintura”, agregó.
Y no cualquier pintura, sino un tono específico: rosa fluorescente. El vibrante y alegre color que se asocia al mundo de Barbie desde tiempo inmemoriales y el cual Greta y el equipo de producción utilizaron para construir prácticamente todo el enorme set de grabación que incluía la fabulosa Dreamhouse, las casas de los demás habitantes, las calles y todos los otros escenarios con el fin de lograr capturar esa “auténtica artificialidad” que se asocia a los juguetes, en palabras de Greta. Una meta que se vio reflejada incluso hasta en cada rincón de la casa de Barbie, donde las columnas, los muebles, las decoraciones y todo lo demás que estaba a la vista era de un parejo tono rosa.
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