Por Stefanie Pareja
Teresa Boullon, la emprendedora social que se ha propuesto que un millón de niños peruanos lean, se enamoró de los libros gracias a una persona que no sabía leer. Todas las noches, desde que ella era muy pequeñita, su abuela le leía cuentos. O al menos, eso pensaba Teresa. Hasta que cumplió seis años y se dio cuenta de que su abuela sostenía los libros al revés. “Abuela, ¿por qué lees así?¿No sabes leer?”, le preguntó la niña e insistió e insistió hasta que su abuela empezó a llorar y admitió que no sabía. “Es que yo no fui a una escuela como la tuya y no tenía tantos libros bonitos”, le explicó esa mujer que había nacido en el Cusco, cuya lengua materna era el quechua y que pasó toda su vida ocultando que era analfabeta. Teresa ingresó a la escuela primaria y todas las tardes hacía la tarea al lado de su abuela: ambas trazaban las mismas letras y unían las mismas sílabas para armar palabras. Nieta y abuela aprendieron a leer y escribir al mismo tiempo.
Esa es la historia que cuenta Teresa Boullon cuando le preguntan sobre el origen de Un millón de niños lectores. Teresa tiene 29 años y dirige una empresa social busca activar el sistema nacional de bibliotecas públicas escolares. Quiere construir bibliotecas en mil colegios del Estado y así poner libros en las manos de un millón de niños. Dice que lo conseguirán para el 2021 y entonces el Perú saldrá de ese último lugar en comprensión lectora, matemáticas y ciencia en Latinoamérica.
Convencer a los padres de que compren libros a sus hijos y les construyan bibliotecas no es lo más difícil. Al parecer, una vez que se explica su utilidad, la lectura se vende sola. Lo complicado es que la iniciativa de Un millón de niños lectores se convierta en una ordenanza, que al Estado le urja construir bibliotecas en las escuelas, que entiendan que las necesitan. “Soy como la mosca que se choca contra la ventana pero sigue intentando porque quiere salir”, explica Teresa. Esta emprendedora quizás se sienta como esa mosca cuando algún funcionario la escucha sin mayor interés y le comenta que preferiría propuestas educativas más sexys. Pero Teresa Boullon no se desanima, ante la negativa de unas cuantas personas, ella decide ‘formar masa’, convencer a otros, y hacer bulla hasta que los escuchen. Como la mosca, que sigue chocándose contra la ventana, hasta que nos incomoda tanto que decidimos abrírsela.
(Foto: Javier García-Rosell / Styling: Úrsula Acuña)
Hoy quieres que un millón de niños peruanos lean, ¿tú eras una niña lectora?
Era una niña que tenía la habilidad y el hábito de leer. Mi mamá siempre tenía un libro en la mano y en mi casa teníamos una hermosa biblioteca. Para nosotros leer era algo normal, como ver tele o salir a jugar. Jamás nadie me obligó a leer. Este hábito se creó solo porque tenía el acceso.
¿Cuáles eran tus libros favoritos?
Yo leía cualquier libro que me llamaba la atención. Libros de terror, poesía, historia, ciencia y hasta metafísica. Nunca nadie vigiló mis lecturas. Tal vez eso me volvió muy competitiva, porque mi interés por leer también era para demostrarle a mi mamá que yo podía leer lo que ella leía, aunque muchas veces no entendía nada y solo pretendía que sí. Leer era un juego para mí.
Y esa niña que leía tantos libros, ¿Qué quería ser al crecer?
Yo quería ser empresaria, pediatra y cantante. No soy ninguna de las tres, pero, curiosamente, soy una emprendedora social que trabaja con niños y debo hablar delante de miles de personas, que es un poquito como cantar (risas).
¿Qué tipo de empresa imaginabas?
Cosas como hacer un hospital para curar personas, construir casas para regalarlas a la gente que necesitaba, o tener una fabrica de dulces para almorzar eso todos los días (risas). Con esas ideas, entenderás, mi destino era el fracaso absoluto (risas). Tal vez por eso ahora más que empresaria soy una emprendedora social y no me imagino haciendo algo distinto.
Pero sí has tenido distintos trabajos…
Sí, trabajo desde que tengo 14 años. He sido desde muñeco de fiesta infantil hasta cantante en una orquesta (risas). Yo crecí en una familia con muchas necesidades económicas. La diferencia entre un niño con pocos recursos y yo, es que yo tenía la habilidad de leer y comunicarme bastante bien para mi edad. Leer me salvó la vida y por eso me interesa que todos los niños del Perú desarrollen esta capacidad.
¿También ganaste el concurso de belleza de Cyzone, no?
Sí. Era un concurso hecho por una empresa tomada por mujeres que no buscaban una belleza perfecta sino a la típica vecina graciosa. Un modelo que inspire a otras niñas. Eso me pareció interesante y fue una sorpresa ganar.
¿Te consideras una intelectual?
¡Nada que ver! Aunque he estudiado filosofía y administración de empresas en la universidad, y he llevado diversos cursos a nivel nacional e internacional, yo me considero autodidacta. Todo lo que soy se lo debo a mi curiosidad por descubrir el mundo a través de leer, imitar y aplicar. Yo no quiero que me recuerden por los títulos que tengo, sino por lo que he logrado. No soy una intelectual sino una emprendedora social. Hago que las cosas sucedan y si algo puedo hacer por mi familia, mis amigos o mi país, lo haré. Y si me haces enojar, mejor. Cuando estoy molesta, me muevo más rápido (risas).
¿Qué te molestó para que formes este proyecto?
La injusticia. Más del 80% de jovenes que se graduan de las escuelas públicas peruanas salen sin poder leer y comprender un simple periodico. Es una estafa. Si un colegio privado hiciese algo así, lo cerrarían. Millones de padres mandan a sus hijos al colegio con la esperanza que consigan una vida mejor y eso no va a suceder. No es suerte, ni azar, hay estadísticas: según la Evaluación Censal de Estudiantes, 8 de cada 10 niños que van a la escuela (pública o privada) peruana, no lo van a lograr.
¿Por qué?
Porque no contamos con el servicio de lectura gratuita a través de bibliotecas públicas, ni en nuestros municipios, ni en nuestras escuelas. Porque en el Perú solo leen las personas que tienen dinero para comprarse libros. Es una vergüenza que siendo un país en crecimiento económico no contemos con el servicio público de bibliotecas. Si hoy no leemos es por una decisión política. Según una investigación del Colegio de Bibliotecólogos del Perú, en 1982 el gobierno desactivó el derecho de los peruanos de leer en bibliotecas públicas. Así, imagino, es como empezamos a ver la lectura como un servicio privado.
Entonces así aparece “Un millón de niños lectores” (1MNL).
Entonces así aparece un ciudadano reclamando un derecho que le están quitando. Un día empezamos Javi –su esposo, el escritor Javier Arévalo- y yo con este movimiento. Hoy son miles de padres de familia y profesores que nos acompañan y quieren hacer oír su voz. 1MNL es más que un proyecto que construye bibliotecas, es un movimiento para lograr una política pública que nos devuelva a todos los peruanos el derecho de leer en forma gratuita.
¿Cómo convences al Estado de que construir bibliotecas es una urgencia?
El Estado somos todos nosotros. Todos los padres, no importa de donde vengan, tienen el sueño de que sus hijos sean mejores que ellos. En el momento que les demuestras que las escuelas no los están preparando para eso, los padres son los primeros en priorizar el tema. Si un padre no compra un libro no es porque no le interese sino porque no sabe para qué sirve ese objeto. Si alguien le explica lo que ese libro hará con el cerebro de su hijo, lo que hará con su futuro, entonces lo compraría. Dicen que la educación es una oportunidad de salir de la pobreza o mejorar tu calidad de vida, bueno, en el Perú eso no se está cumpliendo.
Son los padres los que les ayudan a construir las bibliotecas.
Así es, ellos son la esperanza a este problema. Los padres, que en mayoría siempre son mujeres, una vez que entienden el mensaje son los primeros en trabajar y en hacer actividades para reunir el dinero. No solo para construir las bibliotecas de sus hijos sino para exigir que se usen y se respete el derecho de los niños a leer en el colegio en libertad.
¿Cómo se aseguran de que se utilicen bien esas bibliotecas?
Nuestra metodología de trabajo dura entre 8 y 12 meses por colegio y construir la biblioteca con materiales reciclados sólo nos toma 48 horas. El resto del tiempo trabajamos intensamente con los padres. A los profesores claro que los capacitamos. Nosotros trabajamos con la comunidad hasta inscribir las bibliotecas como parte de los bienes y servicios de la escuela e incorporarlas dentro de su curricula . Somos una empresa que no solo construye bibliotecas sino que transforma personas.
¿Cómo pueden los libros transformar a alguien?
Una ciudad con personas que no leen es triste e insensible. Es una ciudad donde sales a la calle y a alguien no le importa atropellarte o se siente con derecho a decirte ´mamacita, quiero hacerte tal y tal cosa’. Una persona que lee es más reflexiva. Yo no sé si todos los niños que leen ahora crecerán y serán buenos pero lo que sé es que serán personas que podrán decidir. No hay peor pobreza que la que te inabilita a poder interactuar con el mundo que te rodea. El mundo de una persona que no lee, es tan pequeño como sus sueños.
(Foto: Javier García-Rosell / Styling: Úrsula Acuña)Han construido hasta ahora bibliotecas en veinte escuelas públicas de Lima y provincia y más de once mil niños tienen libros. ¿Ya se ven los resultados?
Construimos una biblioteca en una escuela del asentamiento humano San Juan de la Libertad de Chorrillos en 2013. El año pasado esa escuela ingresó al ranking de las mejores escuelas públicas del Perú y quedó en primer puesto en comprensión lectora en su distrito. El 80% de estudiantes comprende lo que lee y el 87% comprende matemáticas.
¿Y tú has notado cambios en los niños?
Cuando llegamos a una escuela en Piura, por ejemplo, los niñitos se escondían y no querían ni hablarnos. Además el 23% decía que leer era una tarea. Un tiempo después de construir la biblioteca, el 93% decía que leer es divertido. Nosotros capacitamos a los profesores para que midan a sus alumnos. Ellos pasan de elaborar exámenes aburridísimos a evaluar a sus chicos con imágenes, ilustraciones, teatro, canto. Sabemos que los niños leen los libros que se llevan a su casa porque hablan de ellos. Anda mira ahora a los niños de Piura…hablan con aplomo y no hay quien los pare. Un niño que lee opina, tiene ideas, salta, es una bomba.
Están obteniendo premios internacionales…
Sí. Hemos ganado el Challenge Fund for Literacy de Pearson 2016, que es el financiamiento que da una compañía británica a proyectos que promueven la educación en el mundo. Somos el primer país de Latinoamérica en ganarlo. Usaremos el dinero para activar el primer sistema de bibliotecas escolares a nivel distrital. Pasaremos de transformar escuelas a trasformar distritos completos.
¿Cuál es el distrito en el que trabajarán?
Será Miraflores. No porque tengan dinero o mejores posibilidades que otro distrito sino porque fue el unico municipio que hasta ahora quiso bancarse el problema (risas). Es un gran reto el que han asumido y lo que esperamos es que sirva como piloto y referente para que otros distritos sigan el mismo camino. No debemos olvidar que las escuelas públicas son las mismas en todo el Perú.
¿Cuál es el mayor problema al que se enfrentan?
La exclusión, la indiferencia de la gente y del Estado. Que no se reconozca que es necesario que los niños tengan libros en sus manos cuando eso es un derecho. Que eso no les importe a miles de peruanos porque sus hijos no van a escuelas públicas. Los niños y adultos actuales no acostumbran visitar bibliotecas o leer un libro porque toda su vida han sido excluidos de ese objeto. Uno no puede amar lo que no conoce.
¿Te han subestimado por tu edad o por ser mujer?
Varias veces. En una ocasión cuestionaron si yo era la emprendedora del proyecto porque era muy joven, en otra ocasión porque consideraban que era muy bonita para ser capaz e inteligente. A veces creen que mi esposo es el verdadero emprendedor o ha pasado que le atribuyen mis declaraciones a él. Hasta me han dicho la Blancanieves de las bibliotecas (risas). La verdad he aprendido a reírme de todas estas cosas, tirarmelas a la espalda y seguir adelante. Cuando yo me acerco a una persona no me fijo en su edad o genero, sino en sus logros y espero que siempre me miren así también.
Un día reparaste en cuánto contaminaba tu carro y ahora sólo te transportas en bicicleta, aprendiste sobre nutrición y entonces te aseguras de incluir proteínas en tus comidas, descubriste que no existen bibliotecas en miles de escuelas en el Perú y te has propuesto que un millón de niños lean. ¿Siempre has sido así? ¿Te das cuenta de que algo no funciona y tienes que cambiarlo?
(Risas) No sé. Una vez cuando era niña me di cuenta de que en el salón de clase hacíamos demasiada basura con los restos del borrador. Entonces se me ocurrió que hagamos una especie de muñecos de peluche con mis compañeros y les echábamos goma encima y les pegábamos esa basurita del borrador y así ya no estaba en el suelo. Luego los vendíamos y comprábamos marcianos para toda la clase. Tal vez ahí ya aparecía la emprendedora (risas).
¿Y cómo es la emprendedora social cuando llega a su casa?
Javier dice que soy la mujer de sus pesadillas y yo siento que es el mejor halago que me ha dicho. Él y yo somos un gran equipo y no porque seamos iguales, sino porque en la diversidad de nuestras ideas y capacidades creamos cosas tan bellas como Un Millón de niños lectores. Javi es mucho más que mi esposo, es mi compañero, merece todo mi respeto y yo lo único que quiero para él es que sea muy feliz. Estamos juntos no porque nos la pasemos contemplándonos enamorados sino porque compartimos metas y miramos un mismo objetivo.
¿Qué libro estás leyendo ahora?
Leo libros sobre ciencia, sobre el cerebro. Leer es el estímulo externo que más conexiones neuronales provoca. Tengo que aprender para conseguir argumentos. Estoy leyendo Mentes Extraordinarias de Howard Gardner y, aquí entre nos, a veces no entiendo mucho pero pretendo que sí (risas).