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Christiaan Barnard, el cirujano que realizó el primer trasplante de corazón, y la calurosa bienvenida que recibió al pasar por Lima en 1968
Un 8 de noviembre de 1922 nace en Sudáfrica Christiaan Barnard, el primer cirujano en realizar un trasplante de corazón humano. En esta nota recordamos su paso por Lima en 1968.
Hace 100 años nace en Sudáfrica Christiaan Barnard, el primer cirujano en realizar un trasplante de corazón humano. “El milagro del Cabo”, como se conoció su hazaña médica, le otorgó fama internacional dentro y fuera del quirófano y lo llevó a recorrer el mundo. Lima sería una de las ciudades donde realizó una conferencia donde explicó cómo realizó la famosa operación.
Su recibimiento en el aeropuerto Jorge Chávez solo se asemejó al de una estrella de Hollywood. Barnard llegaba a Lima en olor a multitud un 24 de abril de 1968. Su vida y la de cientos de pacientes cardíacos cambió desde el 3 de diciembre de 1967 cuando - en un hospital de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) - trasplantó el corazón de una mujer de 25 años, muerta en un accidente, a un hombre de 53 años, Louis Washkansky.
La operación duró seis horas y participó un equipo de 20 cirujanos bajo su dirección. Aunque el paciente murió víctima de neumonía unos 18 días después, Barnard se convirtió en la esperanza de vida para cientos de enfermos con males cardíacos incurables.
Calurosa bienvenida
“Son muy gentiles…esto es muy bueno para el corazón”, dijo Barnard a las personas que pugnaban por acercarse entre una nube de periodistas y fotógrafos. El genio médico llegó a Lima para participar en el VIII Congreso Interamericano de Cardiología realizado en la Feria del Pacífico. Christiaan Barnard y su colega Elliot Corday, contrario a los trasplantes, eran el plato fuerte de aquella cita.
En los tres días que duró su visita a Lima, la sonrisa y amabilidad de Christiaan Barnard nunca se borró a pesar de su apretada agenda y la fuerte custodia policial. En su primer día se reunió con los periodistas dejando en claro que el corazón humano es mejor que el artificial y la finalidad del trasplante es salvar una vida y no corregir algún defecto.
“No existen diferencias raciales. Todos somos seres humanos y nuestros órganos se comportan igualmente en todos los hombres, no importa el color, raza o credo”, respondió el famoso doctor a una de las inquietudes de los periodistas. Además reveló que la artritis que lo aqueja no era impedimento para continuar trabajando. Sonriendo aclaró: “He firmado gran cantidad de autógrafos y pese a ello no tengo problemas”.
Por la noche Christiaan Barnard visitó al presidente Fernando Belaunde en su despacho presidencial. Al día siguiente volvería a Palacio de Gobierno para recibir la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos en el grado de Gran Oficial. Junto a él fueron condecorados ocho médicos entre peruanos y extranjeros que participaron en aquel congreso.
Su primer contacto con el público se llevó a cabo en el auditorio del Centro Médico Naval. Con la ayuda de un proyector de diapositivas, Barnard explicó paso a paso cómo realizó su hazaña científica.
Duelo de galenos
“Reemplazo del corazón: corazón artificial y circulación asistida versus trasplante humano” fue el título de la conferencia donde midió fuerzas con Elliot Corday, cardiólogo norteamericano y más acérrimo crítico.
Para Corday, defensor del uso del corazón artificial, la hazaña de Barnard iba en contra de la ética debido a los problemas que se derivan del trasplante en personas declaradas muertas clínicamente y no en muerte legal. En apoyo de su tesis, Corday presentó tres casos de personas que aparentemente habían dejado de existir y revivieron después de unas horas.
En su defensa, Barnard aseguró que las personas donantes tenían un corazón normal, pero su sistema nervioso estaba deteriorado haciendo imposible prever su recuperación. El debate no tuvo ganadores. Sin embargo, se concluyó que la prodigiosa cirugía de Barnard creó un nuevo problema de tipo legal y religioso, que debería ser resuelto por cada país conforme a sus leyes.
Antes de viajar a Portugal, Barnard visitó el Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera donde fue recibido por su presidenta Ysabel Larco de Álvarez Calderón.
Doctor corazón
Barnard tuvo una intensa vida sentimental. Antes de alcanzar la fama estuvo casado con una enfermera por 20 años. El famoso médico volvería al altar en dos ocasiones más. Con cada esposa tuvo dos hijos. En una de sus autobiografías confesó haber tenido un fugaz romance con la actriz italiana Gina Lollobrigida.
Barnard fue reconocido en el mundo científico pero además en el del jet set. Invitado de honor en festivales de cine como Cannes o a reuniones con mandatarios. Todas esas actividades incrementaron su fama de playboy.
Barnard tenía 78 años cuando falleció mientras vacacionaba en Chipre. Un ataque de asma venció al famoso cirujano.