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Chachi Dibós: la primera y desconocida carrera que ganó el automovilista y ex alcalde de Lima a los 23 años
Eduardo Dibós Chappuis, Chachi Dibós, tenía solo 23 años y unos meses cuando cruzó la meta en Miraflores, en febrero de 1951. Corría en su auto desde Ica, en una carrera que casi ha pasado al olvido ante sus posteriores proezas en las pistas durante las décadas de 1950 y 1960. Pero este fue su primer triunfo.
Nacido en Miraflores el 22 de junio de 1927, el inquieto espíritu y la férrea voluntad de Eduardo ‘Chachi’ Dibós se proyectaba magníficamente en su afición por el automovilismo, el deporte al que dedicó los mejores años de su vida. Pero esa carrera del domingo 11 de febrero de 1951, lo pintó de cuerpo entero: voluntad, intrepidez y mentalidad ganadora fue lo que Dibós reveló en ella. Así sería siempre.
Estaba en un momento clave de su vida. Cuatro años antes, en 1947, Chachi Dibós había estudiado ingeniería en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, donde no pudo evitar destacar en diversos deportes tanto en EE.UU. como en Canadá; esa vez lo hizo en remo a nivel universitario.
En esos años iniciales de su apego al automovilismo, Chachi Dibós competía con verdaderos ases del volante: allí estaban Federico ‘Pity’ Block, muy amigo de Chachi, y también los maestros Humberto Requena Oliva, el gran campeón piurano, de Catacaos; Henry Bradley Barnett y, sobre todo, el conocido ‘Rey de las Curvas’, Arnaldo Alvarado.
Con Alvarado, Dibós disputó varias competencias, en una de ellas en la Panamericana Norte, cuentan que, ya cerca de Lima, Chachi lo aventajaba por más de un minuto, pero cuando entraron a la peligrosa zona de Pasamayo, Alvarado tomó la delantera con su famoso auto ‘Ladrillo rojo’ y, con una pericia aterradora, superó el serpentín y sus curvas antes que Dibós. Alvarado había comprado en 1948 ese Ford 48 V8 (su querido ‘Ladrillo rojo’) que de inmediato lo adaptó exclusivamente para usarlo en las carreras.
EDUARDO ‘CHACHI’ DIBÓS: LA CARRERA ICA-MIRAFLORES QUE GANÓ Y CELEBRÓ EN LAS CALLES
Cuando el ‘Miraflores Automóvil Club’ inició sus actividades a fines de 1950, presidido por Eduardo Martínez, tenía en la mira organizar una carrera especial. Entonces surgió la idea de hacer una competencia automovilística Ica-Miraflores. Todo fue escrupulosamente planificado para que ese domingo 11 de febrero de 1951, la carrera llamara la atención de todo el país.
Pese a que no se inscribieron un grupo de buenos corredores –El Comercio citaba a Godofredo Manrique, Juan Perris, Lorgio Cáceda, Juno Mannarelli, Lizardo de las Casas, entre todos–, sí estuvieron en la lucha con el joven Dibós, los experimentados pilotos Arnaldo Alvarado y Henry Bradley Barnett (padre del también recordado automovilista Henry Blandley Unzueta).
El récord para la distancia de 317 kilómetros, es decir, la distancia que medía entre Ica y Miraflores, lo había establecido Brandley en octubre de 1950, hacia solo cuatro meses. Parecía por ello muy reciente para romperlo, pero desde un inicio Dibós marcó el ritmo de la carrera. Lo hizo con mucha audacia y adrenalina en las venas.
Por ello mismo, Alvarado y Bradley debieron meter a fondo el acelerador para no verse lejos del auto del novel ingeniero. A la velocidad que corrieron, desde que arrancaron a las 9 de la mañana en Ica, casi podía asegurarse que el récord de octubre último sería historia.
Dibós se mantuvo a la cabeza del grupo desde el comienzo de la competencia. El piloto miraflorino no dejó de mantener ese lugar; tenía la mala experiencia de años anteriores en que fue superado por su inexperiencia. Cuenta El Comercio que en la primera etapa del ‘Gran Premio Nacional’, Dibós estaba llegando a Arequipa solo, cuando como un bólido fue superado por el ‘Rey de las Curvas’, Arnaldo Alvarado. Y eso mismo le pasó en los “500 kilómetros de Atocongo” al ser derrotado en la carrera por Godofredo Manrique por tiempo (un minuto y 10 segundos), pese a que el Dibós había cruzado primero la meta.
En la ruta Ica-Miraflores, la distancia entre Dibós, Alvarado y Bradley era al comienzo de solo unos segundos, y así se mantuvo más allá de la mitad de la carrera. Nadie aflojaba. Nadie tiraba la toalla (o el timón). Especialmente Bradley Barnett, quien deseaba conservar su tiempo o mejorarlo él mismo. Pero delante de él no estaba cualquier piloto.
Al pasar por Mala, el “auto 3″ de Eduardo ‘Chachi’ Dibós evidenciaba su perfil vencedor. Los tiempos habían variado: ya no eran segundos de diferencia. A Bradley, su perseguidor más cercano, lo superaba por casi dos minutos; y a Arnaldo Alvarado, por cuatro minutos. Solo un percance grave podía quitarle ese primer lugar a Dibós.
Pese a su gran esfuerzo, el campeón Bradley no pudo repetir su victoria pasada en la misma distancia. Es más, debido a un desperfecto mecánico a pocos kilómetros de la meta, fue superado en poco tiempo por los otros competidores con opciones.
Dibós pasó la meta a las 11.22 am. y 11 segundos, haciendo un tiempo de 2 h., 21 min. y 11 seg. Era un nuevo récord para la distancia. Chachi fue recibido como un héroe por el público en la “Unidad Escolar Tomás Marsano”, donde estaba la meta, y el primero en abrazarlo fue su padre Eduardo Dibós Dammert, también en su tiempo un buen automovilista y luego alcalde de Lima (como llegó a ser también Chachi).
El segundo en cruzar la línea de llegada fue el ‘Rey de las Curvas’, Arnaldo Alvarado, quien lo hizo a las 11.27 am. y 54 segundos, y con el tiempo de 2 h., 26 min. y 24 seg. Él también batió el récord de Bradley y se colocó en el segundo lugar. El tercer puesto fue para Manuel Balta; mientras el cuarto fue el joven Ido Conetta que tuvo varias dificultades durante la carrera, pero igual tuvo agallas para colarse en el grupo de vanguardia.
Para el gran piloto que era Eduardo ‘Chachi’ Dibós este fue su primer triunfo en el “deporte de los fierros”; aunque ya tenía algunas carreras anteriores en su haber. Como dijo El Comercio de esos días (12/02/1951), “el triunfo lo consagra definitivamente entre los ases del automovilismo peruano”. Meses después de esta histórica carrera, Dibós dejó la soltería y se casó con Betty Silva Block, con quien tuvo varios hijos, entre los que destacaron Eduardo ‘Chachito’ Dibós Silva, reconocido automovilista, y Denisse Dibós Silva, actriz y productora de teatro y musicales.
CHACHI DIBÓS: TIEMPOS AÚN MEJORES LLEGARON PARA EL PILOTO, EMPRESARIO Y POLÍTICO
Algunos años después de esa carrera Ica-Miraflores, Dibós fundó el Instituto Peruano de Fomento Educativo (1962) y luego presidió el ‘Automóvil Club Peruano’ (ACP). Desde este último puesto su inquietud lo llevó a apoyar decididamente la creación del ‘Gran Premio Nacional de Carreteras’, nombre con el que se conoció en un inicio la carrera de “Caminos del Inca”, cuya primera edición se realizó el 30 de octubre de 1966.
Fue Dibós junto con otros corredores como el joven Henry Bradley Unzueta (hijo de Bradley Barnett) quienes establecieron la ruta definitiva de Lima, Huancayo, Cuzco, Juliaca, Arequipa y de regreso a Lima. Asimismo, Chachi Dibós ganó en su Ferrari, junto con Emilio Fort, la segunda edición de la carrera de las “Seis Horas Peruanas”, que se realizó en 1965, en el Circuito Automovilístico del Campo de Marte, en Jesús María.
Dibós también introdujo los karts en el Perú y fue socio fundador del Karting Club del Perú. Debido a su apoyo a las carreras automovilísticas de todos los niveles, no sorprendió a nadie que los movedizos y potentes karts terminaran llamándose ‘chachikarts’. En esa especialidad, destacaría su propio hijo Eduardo ‘Chachito’ Dibós, quien fue campeón nacional de kartismo.
Tras varios años dedicados a trabajar en la empresa privada y dedicarse con gran espíritu deportivo al automovilismo en el Perú y en el extranjero (especialmente en Estados Unidos), Eduardo ‘Chachi’ Dibós fue designado por el régimen militar de Juan Velasco Alvarado, alcalde de Lima (no había elecciones ediles); fue un cargo que aceptó -sin dudarlo- porque así podía hacer cosas valiosas por Lima.
Durante su gestión edil, que empezó el 1 de enero de 1970, abrió y amplió nuevas avenidas, completó la construcción de la Vía Expresa, iniciada por Luis Bedoya; y alentó en ella el flujo del transporte público, tan vital para la población. Además, comenzó la implementación del moderno ‘Circuito de Playas’ de la Costa Verde.
El tarea de Chachi Dibós por la capital duró hasta el último día de su vida, aquel dramático 15 de octubre de 1973, cuando murió a los 46 años de un infarto cardiaco en Münich, Alemania, ciudad a la que llegó como parte de una gira de trabajo, cumpliendo con sus funciones como alcalde de Lima. Su vida fue así: estudio, deporte y servicio público.
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