La historia del chifa en el Perú empezó con la llegada de cerca de 100 mil culíes chinos entre 1849 y 1974. Así lo describe el antropólogo y catedrático peruano Humberto Rodríguez Pastor en su artículo “La pasión por el chifa” (2006). Según el especialista, los asiáticos vinieron para trabajar en las haciendas del norte del país. Su estancia era larga: firmaban un contrato (en español y chino) que les obligaba a mantenerse en ese trabajo por ocho años para luego quedar libres.
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