Navidad 2023: así eran las tradiciones navideñas de los peruanos del ayer | FOTOS

Podemos decir que para llegar a celebrar cada 25 de diciembre el nacimiento de Jesucristo, es decir, la Navidad, un Papa debió actuar. Se trató del papa Julio I, cuyo pontificado fue entre los años 337 y 352 D.C.; él fue quien determinó definitivamente que el 25 de diciembre (y no el 6 de enero) se tenía que celebrar el nacimiento del Niño Jesús; tomó esa decisión tras largas deliberaciones sostenidas con los “doctores de la Iglesia”.

El punto de partida exacto de la fiesta navideña se desconoce en verdad; es decir, no tenemos una fecha única. Ya San Juan Crisóstomo mencionó la celebración en el año 386, refiriéndose a ella como una costumbre muy antigua. Se dice que el obispo romano Liberio ordenó en el año 354 que la fecha oficial y definitiva fuese el 25 de diciembre, siguiendo el dictado del papa Julio I.

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Sin embargo, hubo versiones que indicaron que la fiesta de la Navidad se empezó a conmemorar hacia el año 138 D.C., y se celebraba unas veces en enero y en otras oportunidades en mayo. Esa dispersión cronológica no permitía establecer una tradición en todos los pueblos al mismo tiempo. El mundo cristiano necesitaba una fecha admitida por la mayoría de las personas.

Fue un largo proceso, con fechas tentativas; por ejemplo, muchos celebraban el acontecimiento el 6 de enero, en tanto que otros lo hacían el 25 de diciembre. Fue, como ya lo sabemos ahora, el 25 de diciembre la fecha que se impuso, luego del anuncio papal del siglo IV D.C.

Curiosamente, hubo un detalle que permitió, con seguridad, que la fecha se impusiera más rápidamente en esas tierras influenciadas aún por el Imperio Romano: el 25 de diciembre era también el día en que los romanos celebraban la “fiesta del Dios Sol”.

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La idea de la iglesia fue que ambas fechas coincidieran, y que con los años (o décadas) se olvidara el origen pagano y solo permaneciera la festividad religiosa. Así ocurrió. Pasaron siglos de siglos y gran parte de la Cristiandad espera que den las doce de la noche del 24 de diciembre para recibir el 25 como un día de gloria, paz y armonía por el nacimiento del Redentor.

Ese nacimiento llegó, por supuesto, con un gran mensaje de paz, amor, solidaridad y justicia para todos los hombres y mujeres de la Tierra. Para compartir esos valores cristianos en familia se establecieron las cenas pascuales, la elaboración de los nacimientos, y también las misas especiales como la “Misa de Gallo” que, tradicionalmente, se celebra a las 12 de la noche del 24 y termina en plena madrugada del 25 de diciembre.

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La Navidad en el Perú: cenas, nacimientos, árboles y tarjetas

En nuestro país, desde la segunda mitad del siglo XIX empezó a ser conocida la figura de Santa Claus o “Papa Noel” (San Nicolás) como un personaje que traía los regalos a los niños (los aguinaldos se decía en esos tiempos); pero también, y en paralelo, sobre todo en las provincias del interior del país, se mencionaba que esos regalos llegaban a las casas por obra y gracia del mismo “Niño Manuelito”, esto es, el Niño Dios.

Por otro lado, la cena de Noche Buena tradicional consistía en lechón o gallina, y estaban acompañadas de salsas y ensaladas. No faltaban los dulces y las galletas hechas en casa. Y la taza de chocolate venía con un pastel de Navidad o “bizcocho de frutas secas”.

Asimismo, los nacimientos han sido parte innegable de nuestras tradiciones de Navidad desde los tiempos coloniales. Se le atribuyó a San Francisco de Asís la escenificación del primer nacimiento para explicar a los labriegos el misterio del Verbo hecho carne. Según su biógrafo, el teólogo San Buenaventura, en el año 1223 Francisco de Asís construyó en una gruta el primer pesebre con permiso especial del Papa.

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En cuanto al árbol navideño, que hoy vemos como una costumbre contemporánea, proviene en verdad de una vieja tradición de origen escandinavo, aunque en la antigua Roma también se usaba el árbol como parte de la festividad, y es de allí de donde la Cristiandad lo incorporó a su cuadro navideño.

Otro elemento que debemos destacar es el saludo navideño, que ha sido y es aún un asunto personal y presencial; tradicionalmente se realizaba tras la “Misa de Gallo” a la que asistía la comunidad en pleno. Sin embargo, este saludo se ha manifestado también durante las visitas a las casas de amigos y familiares el mismo 25 de diciembre, en horas prudentes, es decir, por la mañana o temprano en la tarde.

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La expansión de las urbes obligó a usar el correo postal y, entonces, las tarjetas impresas de Navidad cumplieron la tarea de saludar a corta, mediana o larga distancia. La primera tarjeta navideña se remonta a la época de la invención del grabado y de la imprenta, y fue enviada desde Estrasburgo en 1496 y llevó la firma del grabador, Master E.S. Pero, el verdadero industrializador y comercializador a gran escala fue sir Henry Cole.

Con los años y la expansión del cristianismo en Occidente, las tarjetas o postales no solo deseaban “Feliz Navidad” sino también “Año Nuevo”. Todo en un solo mensaje. Fue Inglaterra la primera en unir ambos conceptos en una tarjeta de felicitación; los greeting cards se hicieron muy populares en ese país y se enviaban antes del 25 de diciembre.

En el Perú, con la aparición de las grandes casas comerciales, como Monterrey, Tía, Scala, etc., a mediados de los años 50, la popularidad de Papa Noel, las luces de Navidad, e incluso el panetón y el pavo como ingredientes a degustar en la Noche Buena, hizo que estas costumbres o tradiciones ocuparan su espacio en buena parte de la sociedad peruana.

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