La COP 20 en Lima concitó la atención internacional. (FOTO: Reuters)
La COP 20 en Lima concitó la atención internacional. (FOTO: Reuters)
Marienella Ortiz

Durante doce días, Lima se convirtió en el centro del mundo para discutir cómo los países van a frenar el calentamiento del planeta. Más de 15 mil personas provenientes de las 194 economías del mundo se congregaron en la sede de la COP 20, instalada en el Cuartel General del Ejército, y en otros espacios alternos de la capital con el fin de empujar una negociación compleja que, en resumen, busca un compromiso ambicioso de cada país -sea extenso o chico, rico o pobre- para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Desde que se asumió el reto de ser el país anfitrión, el gobierno peruano recibió muchas críticas sobre su capacidad para organizar una cumbre de talla mundial, sin infraestructura siquiera para eventos multitudinarios ni presupuestos millonarios y con un transporte caótico. Otras dudas se cernieron sobre la habilidad negociadora del país para liderar estas tratativas entre economías con posiciones e intereses opuestos. Las voces oficiales han puntualizado que lo que lograba el Perú era ser no solo un actor crucial en esta negociación importante para el futuro de la humanidad sino que también nos abría puertas a financiamientos en la línea verde y convenios de cooperación con otros países. Entonces, analicemos si se cumplieron o no esos escenarios.

1- El reto de liderar las negociaciones globales y de organizar una cumbre multitudinaria.

Probablemente lo que todos recordarán de esta COP es el gran entusiasmo que se tradujo en los discursos políticos de las autoridades para empujar la negociación. El “Espíritu de Lima” fue como lo bautizó la Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), Christiana Figueres.

Y, fue el presidente de la COP y ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, quien personificó ese sentir por su continuo buen ánimo, disposición y hasta ubicuidad para participar en todo evento programado, ya sea con líderes indígenas o altas autoridades.”Ha empujado varios procesos de negociación. Todos le reconocen el nivel de entusiasmo y de energía casi enfermiza”, comenta Juan Carlos Riveros, representante de la WWF en el Perú. “El ministro reveló una preparación impresionante, un estado mental y físico envidiable. No es fácil asistir a cada reunión y dar unas palabras cuando cada término debe hacerse con máximo cuidado”, menciona Ivan La Negra, exviceministro de Interculturalidad.

Por su parte, Pedro Solano, director ejecutivo de la Sociedad Nacional de Derecho Ambiental (SPDA), es de los que piensa que el Perú salió con buena nota en la tarea de liderar la negociación, más allá de sus resultados en el fondo de la negociación. En cuanto a algunos puntos en contra, Riveros menciona que se hizo notoria las carencias de no tener un equipo diplomático más consolidado como es común en otros países —como los brasileños o mexicanos—, para dar algunas salidas a algunos procesos entrampados.

En cuanto al tema logístico, ahí sí existen sus bemoles. La posición de los consultados es que fue buena pero pudo ser mejor. El calor por falta de un buen sistema de ventilación fue el protagonista constante en la negociación como claro un simbolismo del calentamiento global. Incluso las Naciones Unidas tuvo que proponer la vestimenta casual para tolerar las altas temperaturas. En cuanto a los servicios, no hubo una filosofía ambientalmente amigable, pues hubo un uso excesivo del tecnopor y el plástico. Pese a ello, hubo consenso en que se cubrieron los altos estándares de infraestructura, comida y transporte. “Algunos consideran que fue una de las que mejor se organizó, porque las salas eran amplias, la seguridad era no invasiva, y las condiciones de transporte y alojamiento fueron aceptables”, comenta Lanegra.

2- Se empujo la agenda climática interna.

En el marco de las negociaciones no solo fue impresionante el número de eventos paralelos, sino que muchos de ellos tuvieron una agenda local. Lo destacable fue la firma de los diez compromisos por una pesca sostenible por parte del gobierno y los empresarios del sector y el pacto multisectorial para combatir el comercio ilegal de recursos forestales. La meta es que en el 2021 la madera producida a nivel nacional sea únicamente de origen legal.

Sin embargo, a mitad de las negociaciones climáticas, el Perú se hizo acreedor del ‘Fósil del día’, un antipremio otorgado por la ONG Climate Action Network debido a su supuesto mensaje contradictorio entre la lucha contra el cambio climático y las medidas para flexibilizar la supervisión ambiental, que formaron parte de los paquetes de reactivación económica. “Las exigencias para flexibilizar las normas ambientales no eran pues el mejor ambiente para recibir a los de la COP”, apunta Lanegra.

Lo cierto es que si la agenda interna va a amoldarse a las exigencias planteadas en la COP 20 se vienen discusiones internas bastante duras. El Perú no solo se ha comprometido a presentar en marzo sus contribuciones nacionales, es decir, sus planteamientos de en cuánto reducirá sus emisiones de GEI; también dará a conocer su nuevo modelo de economía verde. Esto último, según explica Riveros, implicaría cambios en el modelo económico, los que pueden ser profundos y pondrían en entredicho algunas actividades productivas de las que hoy dependemos. El reto es que todo sea gradual y no traumático, apunta.

3- Sobre financiamientos verdes y convenios bilaterales.

El Perú quedó ante los ojos del mundo como un país de alta vulnerabilidad frente a los efectos del cambio climático. En un estudio presentado por la Cepal se calculó que en el peor escenario los impactos sumarán más del 15% de nuestro PBI de finales del siglo. Por ello, la donación peruana de US$6 millones al Fondo Verde del Clima jugaría a nuestro favor para poder levantar a futuro parte de los montos millonarios que necesitaremos para la adaptación y mitigación.

Adicionalmente, en el marco de las negociaciones también hubo algunos anuncios importantes para el Perú. Con Japón se firmó un memorándum de cooperación para la conservación de los bosques de siete regiones, el cual incluye un programa de inversión de US$20 millones. También se anunció que el Parque Nacional Cordillera Azul recibió un crédito en bonos de carbono de un fondo privado para su conservación. No menos importante fue que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunciara en el marco de la COP dos operaciones de crédito por un total de US$750 millones para financiar parte de la construcción de la línea 2 del Metro de Lima.

Además, Eduardo Durand, director general de cambio climático del Ministerio del Ambiente (Minam), resalta que las ganancias que genere la COP 20 sumarían alrededor de US$1.000 millones. Y, por lo expuesto no parece una cifra lejana.

4- Sobre el hospedaje, la gastronomía y el turismo.

Aunque diciembre es el mes más bajo para el sector hotelero, gracias a las dos semanas de la COP, los hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas se coparon al 95%, según cálculos de los propios operadores. Sobre este punto, el empresario Carlos Canales dice que también hubo público para los hoteles de dos y una estrella, pues llegaron a Lima personas con menor capacidad adquisitiva para asistir a eventos paralelos. Sin embargo, menciona que el tema de las reservas de los hoteless más grandes se hicieron en los plazos justos, lo que pudo perjudicar económicamente a los asistentes.

En el tema de turístico, Jorge Jochamowitz, presidente de Canatur, mencionada que el 90% se hizo en la misma ciudad,donde el tema de la gastronomía tuvo un papel preponderante. “Casi todos los días, los restaurantes de cinco tenedores estuvieron llenos de extranjeros”, sostiene.

Sin duda, el Perú se arriesgó al aceptar esta gran responsabilidad y, por lo citado, el balance es bastante positivo.

Cifras:

0,8%

Es lo que representa el Perú en las emisiones totales del mundo. La mayor parte corresponde a deforestación.

10.000

millones de dólares alcanzó el Fondo Verde del Clima

60% de la matriz energética sería en base a energía renovables para el 2019, planteó el Ministerio de Energía.

Inversión

El Perú gastó US$90 millones en la infraestructura y logística de la COP.

Los presidentes Ollanta Humala y Michelle Bachelet conversaron hoy durante su participación en la COP 20. (Foto: Presidencia de la República)
Los presidentes Ollanta Humala y Michelle Bachelet conversaron hoy durante su participación en la COP 20. (Foto: Presidencia de la República)

15 de diciembre de 2014

La COP 20 de Lima llegó a su fin con un consenso mínimo

[DPA/REUTERS]. La conferencia sobre cambio climático que se celebró esta semana en Lima (COP 20) cerró en la madrugada de ayer con un acuerdo de mínimos que finalmente firmaron los 195 países presentes tras prolongar el encuentro unas 30 horas.

La cumbre selló a último momento lo que no pudo lograr durante las dos semanas de debate previo.

Las propuestas, cuyo objetivo último es limitar el calentamiento global a un máximo de 2 grados Celsius, servirán ahora de base para la conferencia que se celebrará en París, a finales del 2015, para aprobar un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto.

En el texto final aprobado durante la madrugada en la Vigésima Conferencia de las Partes (COP) de Naciones Unidas sobre Cambio Climático se establecen criterios muy amplios sobre los compromisos nacionales para proteger el medio ambiente.

En virtud del acuerdo alcanzado en Lima, los gobiernos deberán presentar planes nacionales para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero en un plazo informal del 31 de marzo de 2015.

La mayor parte de las complicadas decisiones sobre cómo frenar el cambio climático se aplazaron hasta ese entonces.

Las organizaciones ecologistas lamentaron la vaguedad de “un texto peligrosamente débil”. El borrador de propuestas para el nuevo pacto sobre el clima se adjunta a la declaración.

El texto de 37 páginas propone diversas opciones no vinculantes para las delegaciones presentes en Lima y que apenas constituyen una primera base de negociación para París.

Se aspiraba conseguir criterios comparables que permitieran medir los esfuerzos de cada país pero no se consiguió, pues las promesas son voluntarias. Cada nación tiene ahora que presentar sus compromisos de reducción de emisiones hasta marzo.

El objetivo último era limitar el calentamiento de la Tierra a un máximo de 2 grados Celsius. Según l la ONU, para conseguirlo habría que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 40 y un 70 por ciento hasta el 2050 y a casi cero hasta finales del siglo.

China es ahora el mayor emisor de gases de efecto invernadero por delante de Estados Unidos, la Unión Europea e India.

Visitantes ilustres

En la COP 20 estuvieron siete jefes de Estado, entre ellos, Evo Morales, de Bolivia; Enrique Peña Nieto, de México; Michelle Bachelet, de Chile; y Juan Manuel Santos, de Colombia.

También asistieron el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon; John Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos; y Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos y premio Nobel de la Paz.


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