¿Es o no un problema la adolescencia?
Por:CARLA SIVIRUERO REYESINTEGRANTE DE LA RED DE JÓVENES PERIODISTAS-PISCO
Tanto los adolescentes como sus familias pueden percibir la adolescencia como una época tormentosa y emocionalmente agresiva, plagada de enfrentamientos entre unos y otros. Sin embargo, estudios recientes han puesto de manifiesto que a la mayoría de los adolescentes realmente les gustan sus padres y creen que se llevan bien con ellos. ¿Entonces, por qué consideramos la adolescencia como una época difícil?
Lo cierto es que en la adolescencia se produce un rápido desarrollo físico así como profundos cambios emocionales que, aunque pueden ser excitantes, no obstante también pueden resultar confusos e incómodos para el adolescente o para sus padres.
Durante la adolescencia, las personas crecen y maduran rápidamente. Estos cambios suelen comenzar a la edad de los 11 años en las mujeres y sobre los 13 en los varones. Los cambios hormonales responsables realmente comienzan años antes y pueden dar lugar a períodos de inquietud y mal humor. Las niñas experimentan estos cambios antes que los niños. Debido a esto, en los primeros 3 o 4 años, ellas parecen madurar mucho más rápido, pero después los varones las alcanzan para, a los 17 años, convertirse ambos en hombres y mujeres jóvenes.
Estos jóvenes pueden ser físicamente tan grandes como sus padres y serán capaces de tener hijos propios.
Todo esto se complica con el hecho de que la capacidad de procrear o concebir hijos puede desarrollarse en los adolescentes al mismo tiempo que su madre la está perdiendo debido a la menopausia. Los buenos tiempos y oportunidades de los que disfrutan sus hijos adolescentes pueden hacer sentir a los padres que son demasiado mayores y hasta percibir cierta envidia.
No es sorprendente que, debido a la velocidad de estos cambios, algunos adolescentes lleguen a estar tan preocupados por su apariencia que precisen ser tranquilizados, especialmente si ellos no crecen o maduran tan rápidamente como lo hacen sus amigos.
Puede ser útil el recordar que cada adolescente se desarrolla a una velocidad diferente.
Imagen: Corresponsales Escolares – 2006