¿Podemos criar pulpos en cautiverio?
Hace un tiempo llegó un cable a la redacción de El Comercio, que chapé al vuelo y que guardé, porque me pareció super interesante… y que paso a explicar partiendo un poco de algunas historias pasadas.
Hace algunos años se me metió en la cabeza la idea de criar scargots (caracoles) en una zona de Chorrillos (la verdad: en el jardín de la casa de mi hermana), una industria que seguramente asocié al recuerdo que tenía de cuando era no tan niña, cuando empezó a difundirse esa opción recursera de criar codornices, ¿alguien se acuerda?
Bueno, al final, con los caracoles no hice nada de nada. Pero ahora que vi esta noticia, relacionada con la crianza de pulpos en cautiverio, me saltó otra vez ese interés por una empresa sabrosamente alternativa. Lean y consideren el potencial de esta opción por estos lares…

Foto: Let Ideas Compete
Mujeres indígenas logran la primera cosecha de pulpos en cautividad en México
México (EFE).- Indígenas mayas, esposas de pescadores de la costa de Yucatán, trabajan desde hace cuatro años en el único criadero de pulpo de México, que acaba de lograr la primera cosecha en cautiverio de estos moluscos en el país.
El proyecto pretende aportar nuevas tecnologías para el desarrollo de actividades costeras en el estado de Yucatán y, además, trabajar en el desarrollo de estas mujeres de origen humilde, explicó a Efe Carlos Rosas, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a cargo de la iniciativa.
“Nuestra idea original era comprobar si los pulpos podían crecer en cautiverio. Las encargadas de criarlos y engordarlos fueron estas mujeres, y a todos nos sorprendió que los animales creciesen tan rápido”, sostuvo.
La experiencia arrancó en Sisal, un antiguo puerto maya, con cien pulpos de 300 gramos que, en apenas un mes, alcanzaron el kilo. Los animales son alimentados con desechos de la industria pesquera de la zona.
Las indígenas mayas, que ya habían trabajado antes juntas en el cultivo de hortalizas, se dedicaron durante cuatro años únicamente al engorde de pulpos hasta que este año la granja vio nacer a sus primeras crías.
Lo habitual es que, mientras sus maridos pescan (una actividad muy variable y de poco rendimiento económico), las mujeres de Yucatán se dediquen a trabajos domésticos para los veraneantes que visitan este turístico estado del este de México. “Pero el desarrollo de un producto con base tecnológica las sitúa en otro nivel, como sujetos que aportan a la comunidad igual o más que sus maridos”, destacó Rosas.
Las seis trabajadoras de la cooperativa han pasado de engordar pulpos “prácticamente gratis, aunque ellas los vendieran”, a obtener un jornal y los permisos y apoyos necesarios para construir su propia granja, en la que también estarán involucrados sus esposos, algo reacios al principio, según Rosas.
“Era por escepticismo, no creían que fuera a funcionar. Pero después vinieron a ver cómo trabajábamos, se quedaron sorprendidos y empezaron a apoyarnos”, relató.
Durante todo este tiempo, Rosas y su equipo han obtenido datos suficientes para lanzar un programa piloto comercial y tecnológico sobre la cría de pulpo “en unos dos o tres años”. Además, han construido una alternativa de vida para un grupo social que se dedica a una actividad como la pesca, muy estacional y sujeta a variaciones biológicas de las especies y de otro tipo, como los huracanes, bastante habituales en la costa de Yucatán.
El pulpo, presente en la dieta mexicana gracias a platos como el cebiche, es también una de las pesquerías más afectadas por la actual sobreexplotación del Golfo de México.
“Criaderos como éste le ofrecen mayor estabilidad a la producción”, afirmó Rosas.
Los responsables de la granja capaz de engordar entre cincuenta y cien pulpos por semana pese a su pequeño tamaño, planean ahora entablar contacto con los jefes de cocina de restaurantes locales e, incluso, del resto de México.

Foto: Let Ideas Compete
¿Bacán no? Habría que ver si es posible aplicar una experiencia similar en el sur de Lima. Cuando visité el Terminal Pesquero en Villa María vi cómo sacaban kilos de kilos de desperdicios de pescado de la zona de fileteo. Seguramente, eso llega a parar a algún comprador, pero podría ir también para alimentar estas granjas que podrían estar dirigidas por las mujeres asociadas a la pesca artesanal local… ¿Qué les parece? Interesante. ¿Alguien se lanzaría a dar ideas?

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