¿Cómo practicar yoga con niños especiales?
Cuando leas que el yoga es para todos no es una exageración. Realmente es para todos: gente con dolor de espalda, rodillas, hombros; personas flexibles y no flexibles; adolescentes, y también para niños especiales.
Y justo del 1 al 7 de agosto en Lima Yoga se llevará a cabo un profesorado de yoga para niños especiales; lo dictará Jo Manuel, una profesora inglesa con más de 40 años de experiencia en yoga.
Manuel tiene una vez muy dulce y me saludó con mucho entusiasmo desde Inglaterra. “Estoy muy emocionada por conocer Perú”, me dijo. Ella empezó a practicar yoga hace 4 décadas, cuando tenía 17 años, con la intención de sanar la mente. “Tengo un pasado muy fuerte; el yoga se volvió mi manera de curar”, me confesó.
Con el tiempo se fue especializando en yoga para niños y luego, se especializó en tratar niños con limitaciones corporales, con autismo y distintas necesidades que requieren de una atención especial.
“Pero yo no me considero distinta a estos chicos”, dice. “Creo que todos tenemos necesidades especiales. Todos. Solo que con ellos hay que acercarse distinto; hay que buscar los puntos de acceso”.
Jo Manuel no utiliza el juego como una técnica, al menos que tenga un propósito muy claro. Prefiere los cantos en sánscrito, pues estos tienen un fin sanador en el cuerpo, y también prefiere encontrar un lugar en el que tanto ella como los niños sientan paz.
Le pedí unos cuántos consejos para aplicarlos en casa:
*Para Manuel, la idea es buscar que el niño se sienta cómodo y estable. Que pueda encontrar un punto en el que puede tomar inhalaciones y exhalaciones conscientes.
*Cuando el niño no quiera practicar: No hay que insistir, pero no hay que rendirse. “Siempre. Siempre hay puntos de acceso”, me dijo. “Siempre”. Es cuestión de paciencia.
*Hay que respetar cómo se siente cada día: “A veces, con niños con autismo, la sesión puede durar solo diez minutos. Depende de cada niño. Todos los días serán distintos y hay que aceptar eso”.
*Crear hábitos: Hay que procurar respirar juntos (el adulto y el niño) en las mañanas y también antes de dormir.
*Crear un ambiente de paz: La tranquilidad se debe de sentir no solo cuando se practica, sino todo el día. Crear un ambiente sanador, es encontrar calma.
*Divertirse en el proceso: El yoga se trata de meditar y respirar profundo, y también de pasarla bien, de sonreír en todo momento. Se trata de compartir amor.
Namasté.
Más información sobre el profesorado, aquí.