El 5 de noviembre del 2011, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) informó que se iba a construir la Línea 2 del Metro de Lima y Callao. Su edificación costaría US$6.500 millones y lograría desplazar a medio millón de personas de Ate hasta el puerto chalaco. Es así como el primer trimestre del 2014 se inició su construcción. La entrega de esta obra estaba pactada para el 2019.
Problemas para su construcción
Esta línea tuvo una serie de complicaciones para su construcción. Su principal obstáculo fueron las expropiaciones. Estas no se consiguieron para empezar la excavación. El hecho fue denunciado por el Colegio de Ingenieros de Lima el 26 de marzo del 2014. Esta institución sostuvo que algunos extranjeros que firmaron los planos de los estudios de la obra no tenían colegiatura ni están habilitados.
Meses después, el 8 de mayo, el BBVA Continental emitió una carta fianza por US$280 millones a favor del Consorcio Nuevo del Metro de Lima. Esto con finalidad de garantizar el contrato de concesión del proyecto Línea 2. Ese mismo año, se iniciaron las obras para la construcción. Dos años después, volvieron los problemas, ya que, el MTC solo entregó 7 de los 73 terrenos donde se iban a construir las estaciones y pozos de ventilación. Ante esto, el gobierno dijo que el proyecto concluiría en 5 años. El primer tren subterráneo del país solo estaba ejecutado en un 11%.
Se extiende el plazo
Ya en el 2018, el entonces ministro de Transportes y Comunicaciones, Edmer Trujillo, confirmó que la fecha para culminar los trabajos se iba a cambiar nuevamente: esta vez el proceso culminaría en 2024. De esta manera, se volvió a aplazar este megaproyecto valorizado en miles de millones de dólares.
Primero se extendió el plazo hasta mayo del 2020. Esto según la adenda N° 1, suscrita ocho meses después de la firma del contrato. Hoy en día, la obra que debió tener un avance del 72% solo tiene un progreso del 23%. Esto supuso un retraso de 2 años y 3 meses, tomando en cuenta el trato inicial.
Las consecuencias de este aplazamiento son la congestión vehicular y la aglomeración de personas para movilizarse en el actual sistema de transporte público. Este último son focos de contagio durante esta pandemia. Sin duda, esta es una problemática que se debe solucionar, pues la Línea 2 del Metro de Lima es una de las construcciones que mayor impacto tendrá para la capital.