La Laguna Ñapique, un verdadero oasis en el desierto ubicado en el distrito de Cristo Nos Valga, en la provincia de Sechura, región Piura, enfrenta una situación crítica que podría terminar en su desaparición dentro de los próximos cuatro meses. Esta laguna, conocida por su importancia en la economía, turismo y biodiversidad local, está en riesgo debido a las escasas precipitaciones en los últimos años, así como a la falta de infraestructura adecuada, lo que ha llevado a los pobladores y especialistas a encender las alarmas.
La falta de lluvias en la región ha reducido notoriamente el caudal natural de la laguna, que depende de las precipitaciones para mantenerse en un nivel óptimo. Además, el desvío de las aguas del río Piura hacia el mar está llevando el poco recurso hídrico a las lagunas La Niña y Virrilá, dejando a Ñapique en una situación de sequía lamentable. Este desvío ha sido motivo de reclamos por parte de los habitantes de Sechura, quienes ven con impotencia cómo su oasis se va secando.
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Problema de grandes dimensiones
Desde la comisión de usuarios “Los tejedores”, en la zona de San Lorenzo, su presidente, José del Carmen Noles Rondoy señala que en la actualidad solo cuentan con una reserva de agua para atender la población, pero que no tienen el recurso para las necesidades agrícolas, que es el principal sustento en la zona.
“Solo nos queda esperar. Hay que rogar que llueva para que haya, aunque sea, un último turno de agua. La mayoría de los agricultores son arroceros y mangueros. Todos ellos van a perder, porque no hay agua para el último turno. Por eso, el mango se ha quedado chiquito, no ha crecido mucho. El limón, el plátano, todo se ha perjudicado por la falta de agua. Estamos a la espera de algún milagro para recuperar algo de las pérdidas”, se lamentó Rondoy.
En una visita a la represa de San Lorenzo, en el distrito de Las Lomas, una de las más importantes de la región, pudimos comprobar que no se encuentra en sus niveles máximos como en años anteriores. El reservorio de Poechos, ubicado en el distrito de Lancones, lamentablemente se encuentra en una situación similar.
“Los cultivos están fracasando debido a la falta del agua. Muchos agricultores vamos a perder este año. Aunque hay quienes están utilizando motores para rebombear las aguas y reutilizarlas, en general, estamos fracasando. Es posible que ustedes puedan ver zonas con arroces bonitos, pero hay otros sectores en donde los cultivos están secos y los agricultores lo han perdido todo. Hay muchas pérdidas económicas, pero estamos aquí esperando la voluntad de Dios”, reflexionó por su parte don Alipio Elías, agricultor de la zona.
Un oasis en riesgo
La falta de agua en la laguna Ñapique ha puesto sobre alerta a los pobladores de las zonas colindantes, quienes han formado comités y exigen tanto al Gobierno central como a los Gobiernos locales la construcción de una represa que pueda derivar el agua dulce hacia la citada laguna.
“Al ser una laguna costera que llena de vida el desierto y bosque seco asentado en San Cristo (distrito de Cristo Nos Valga), en la provincia de Sechura, su desaparición afectaría mucho a su biodiversidad. ¿Por qué? Porque alberga especies de plantas como algarrobos, sapotes y vichayos, que sirven de refugio para especies endémicas como como el copetón rufo, el chutuque, el pamperito peruano y la cortarrama peruana, este último al borde de la extinción”, detalló Frank Suárez Pingo, especialista en biodiversidad del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
Pero la desaparición de Ñapique no solo afectará a la fauna local, sino también a la que usa la laguna como punto de encuentro. “Por su ubicación geográfica, es un sitio clave para aves migratorias que vuelan más de 30 mil kilómetros y encuentran en Ñapique un sitio para alimentarse y darse una pausa para descansar en su larga travesía. También afectaría a los más de 10 mil flamencos que alberga durante temporadas claves, por no tener dónde alimentarse, ya que aquí se encuentra uno de sus alimentos favoritos”, agrega el experto.
Impacto y alternativas
“Hay un impacto innegable en las poblaciones adyacentes a la laguna, que se mantenían con actividades directamente relacionadas, como en cuestiones de pesca artesanal. El tema del turismo también se ha afectado. De tener un gran potencial para el distrito Cristo Nos Valga, ahora ya no hay turismo. La ganadería es otra actividad productiva afectada por la sequía. La agricultura familiar, que dependía de los temporales de la laguna, ha perjudicado a las familias. Hay que recordar que el distrito de Cristo Nos Valga está en la categoría de Muy Pobre y el gran potencial que tenía por la laguna se ha perdido por esta situación”, explicó por su parte Pablo Martínez Morales, poblador de la zona.
Una de las alternativas a esta situación sería la utilización de los pozos subterráneos que existen en la zona. “Hay estudios realizados por la Autoridad Nacional del Agua que señalan sobre la existencia de cauces de agua, y para alcanzarlos se requiere hacer perforaciones. Por ejemplo, dentro de la zona está el pozo de Hierba Blanca, un pozo de agua dulce que se perforó entre los años 70 y 80, pero que hasta ahora emana agua de manera natural. En la zona sí tenemos buen caudal de agua dulce, pero faltan las perforaciones. Tenemos la seguridad de que hay agua dulce”, indica el ingeniero Kevin Ruesta Purizaca, de la Fundación Comunal de San Martín de Sechura. Todo queda en manos de las autoridades.
Informe realizado por los corresponsales escolares Cecilia del Socorro Cruz Pastor, David Aldair Poicon Fiestas, Leandro André Purizaca Gonzáles, Cristyn Dhaney Calle Fiestas y Dulcemaria Soler Chunga, de la Institución Educativa San Martín de Sechura, Piura. Contaron con la asesoría de la docente Giovanna Rumiche Ayala y a mentoría del periodista de El Comercio Bruno Ortiz Bisso.