Criticadas por un exceso de pasividad, las autoridades españolas aumentaron este martes la presión contra el racismo en el fútbol, dos días después de que los últimos insultos sufridos por la estrella brasileña del Real Madrid Vinicius generaran una ola de indignación internacional.
Tras las primeras reacciones del lunes, cuando se sucedieron las condenas a lo ocurrido y la Fiscalía de Valencia (este) abrió una investigación por un presunto delito de odio, los movimientos no han dejado de sucederse.
La policía española anunció este martes la detención de tres jóvenes en Valencia sospechosos de “conductas racistas” ocurridas durante el partido del domingo en el estadio de Mestalla, donde el atacante fue víctima de insultos y gritos de “mono”.
“La investigación, que ha contado con la colaboración del Valencia Club de Fútbol, continúa abierta para identificar a otros posibles autores de conductas similares”, informó la policía en un comunicado.
En paralelo, la Federación española de fútbol (RFEF) indicó que el árbitro de video del tumultuoso duelo que enfrentó al Real Madrid y el Valencia por la 35ª jornada de LaLiga, fue sustituido para la próxima fecha.
La labor de Iglesias Villanueva fue muy cuestionada, entre otros, por solo mostrar al árbitro de campo la repetición del gesto que valió una roja directa al delantero brasileño tras un choque con Hugo Duro hacia el final del encuentro, omitiendo el agarrón previo del valencianista.
La jornada policial arrancó temprano el martes con la detención de cuatro personas por presuntamente haber colgado de un puente de Madrid un muñeco con la camiseta de Vinicius Júnior el 26 de enero, día del derbi que conquistaron los merengues ante el Atlético de Madrid (3-1) en cuartos de final de la Copa del Rey.
A estas cuatro personas, detenidas en Madrid, se les considera presuntas responsables de un “delito de odio”, precisó la policía en un comunicado. Tres de ellas son “miembros activos de un grupo radical de aficionados de un club madrileño”, agregaron, sin identificar de qué entidad se trata.
La efigie, que llevaba una camiseta de Vinicius Júnior, apareció colgada simulando un ahorcamiento, junto a una pancarta en la que se podía leer “Madrid odia al Real”.
Tras este incidente, el Real Madrid denunció un “lamentable y repugnante acto de racismo, xenofobia y odio” hacia su jugador de 22 años.
Objetivo frecuente de descalificaciones racistas desde su llegada a la capital española en 2018, Vinicius explotó el domingo, tras los insultos recibidos en Valencia.
“No era la primera vez, ni la segunda, ni la tercera. El racismo es normal en LaLiga. La competición piensa que es normal, lo mismo la Federación y los rivales lo alientan”, lamentó en sus redes sociales tras el encuentro.
España es “una nación linda, que me acogió y que amo, pero que aceptó exportar la imagen para el mundo de un país racista. Lo lamento por los españoles que no están de acuerdo, pero hoy, en Brasil, España es conocida como un país de racistas”, agregó.
Estas críticas suscitaron numerosas reacciones tanto en el extranjero como en España, donde la presencia del racismo en los estadios, y en una parte de la sociedad, lleva siendo denunciada durante años por jugadores y asociaciones antirracistas, que consideran que el problema no se ha tomado en serio.
Señalada directamente, LaLiga se defendió indicando que no tiene suficiente poder de sanción. La competición asegura haber transmitido ocho denuncias esta temporada por ataques contra Vinicius que, en su mayoría, no han generado consecuencias notables hasta ahora.
La mayoría de medios españoles llamaron igualmente a tomar acciones más firmes. “No es suficiente con no ser racistas, hay que ser antirracistas”, escribió el diario deportivo Marca en grandes letras blancas sobre un fondo negro, en su portada de este martes.
“Las autoridades no tienen consciencia real de lo que está pasando”, lamentó el martes el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, en rueda de prensa. “Las instituciones tienen una oportunidad, sobre todo ahora, para tomar medidas radicales en este tema importante”, insistió.
En un comunicado, el Consejo Superior de Deportes (CSD) indicó que le propondrá tanto a la Federación como a LaLiga “el desarrollo de una campaña de concienciación” dirigida a las aficiones, así como “acciones puntuales” para luchar contra la “lacra del racismo” y “para combatir los discursos de odio en el deporte”.
“Hay que decir claramente que somos antirracistas porque desde España estamos combatiendo este tipo de comportamientos, los condenamos y trabajamos para erradicarlos”, aseguró de su lado la portavoz del gobierno de izquierda, Isabel Rodríguez, tras el consejo de ministros de este martes.
Con información de AFP.