Escucha la noticia

00:0000:00
“Cristal y por qué el fútbol no es cualquier negocio”, Ortiz Bisso y una crítica al duro presente dirigencial que vive el club rimense
Resumen de la noticia por IA
“Cristal y por qué el fútbol no es cualquier negocio”, Ortiz Bisso y una crítica al duro presente dirigencial que vive el club rimense

“Cristal y por qué el fútbol no es cualquier negocio”, Ortiz Bisso y una crítica al duro presente dirigencial que vive el club rimense

Resumen generado por Inteligencia Artificial
La IA puede cometer errores u omisiones. Recomendamos leer la información completa. ¿Encontraste un error? Repórtalo aquí
×
estrella

Accede a esta función exclusiva

Hubo una época en que no había futbolista peruano que no ansiara jugar por Sporting Cristal (por más que algunos lo nieguen).

MIRA: Franco Navarro: “Podrían llegar hasta tres refuerzos para el Clausura y a Noriega lo intentaremos sostener hasta fin de año”

El trato era de primera. Las canchas de entrenamiento eran las mejores, los hoteles de concentración solían ser de cinco estrellas, los dirigentes antes que prepotear, conversaban. Pagaban muy bien y, detalle no menor, al día. Un jugador noventero, acostumbrado a hacer su colita para recibir su paga en efectivo (cuando a los dirigentes de su club se les ocurría hacerlo) recordaba lo extraño que fue para él que le abrieran una cuenta de ahorros y le entreguen una tarjeta de débito.

Newsletter exclusivo para suscriptores

Carlos Lázaro

Pero había algo más: el equipo siempre peleaba por el título. Afuera lo miraban con respeto

¿Qué fue de ese club modelo? ¿La partida de la Backus fue la causante de este incendio que hoy sufren miles de hinchas celestes?

Gustavo Zevallos, Paulo Autuori, Julio César Uribe y Joel Raffo se reunieron ayer por la tarde en La Florida. (FOTO: BarrioSCervecero).
Gustavo Zevallos, Paulo Autuori, Julio César Uribe y Joel Raffo se reunieron ayer por la tarde en La Florida. (FOTO: BarrioSCervecero).

El exitoso modelo Cristal de esos años hizo también que se instalara una idea: la mejor fórmula para profesionalizar nuestro fútbol eran las sociedades anónimas. El argumento detrás parecía irrefutable: el propietario hará siempre lo imposible por ofrecer un buen producto porque eso le permitirá obtener ganancias. En otras palabras, estaba obligado a ser eficiente, a ser un ganador. No es extraño que bajo ese contexto apareciera la propuesta del mexicano Jorge Vergara para comprar Universitario, rechazada bajo el lema “El sentimiento no se vende” (solo se roba, dirían algunos).

Los años han venido a confirmar que las S.A. no garantizan el éxito. Y no solo por lo que pasa hoy con Cristal: ahí están la UCV y San Martín, que pese a nadar literalmente en dinero, andan penando en la segunda división. Ni Barcelona ni el Real Madrid son sociedades anónimas y todos sabemos cómo les va. Hay, cómo no, ejemplos de éxito como los clubes brasileños, que llevan años metiendo miedo en Sudamérica gracias a las mieles de los fondos de inversión y, en el extremo, los clubes-Estado como el PSG o el City.

El gran diferencial, al margen de la estructura societaria, está en la gestión. Eso no pasa solamente por tener los objetivos claros y un plan de desarrollo adecuado, sino en saber rodearse de gente experimentada, que conozca de manejo corporativo, formación de menores y los claroscuros del mundo futbolístico, que tiene mucho de emocional, pero también de político. Y, en el caso de Cristal, tener decidido el camino: o eres un club de fútbol cuyo objetivo es siempre salir campeón o eres una agencia de jugadores con un club de fútbol cuyo objetivo es vender jugadores… y salir campeón.

El presidente de Sporting Cristal, el asesor y vocero institucional del club y el director deportivo del equipo observando uno de los encuentros del conjunto celeste. (FOTO: L1 MAX).
El presidente de Sporting Cristal, el asesor y vocero institucional del club y el director deportivo del equipo observando uno de los encuentros del conjunto celeste. (FOTO: L1 MAX).

Universitario y Alianza, con todos sus defectos, han demostrado que es posible resucitar clubes semiquebrados, volverlos confiables, generar recursos y obtener resultados deportivos. En esa senda están Cienciano y Melgar.

Sporting Cristal quizás aún sea un buen negocio para sus dueños. Su manejo corporativo probablemente sea similar al de la empresa mejor ranqueada del país. Pero un club de fútbol no es lo mismo que una fábrica de fideos o un almacén de refrigeradoras. El centro del negocio es la pasión. No saber lidiar con ello, con la irracionalidad del hincha, con la exigencia permanente de siempre ser el mejor, puede quebrar el más firme de los proyectos. Y el camino al fracaso es rápido. Sin escalas.

***********

Gana increíbles premios con la Suscripción del Hincha. ¡Apoya a tu equipo favorito y vive la pasión de la Copa como nunca antes! .

SOBRE EL AUTOR

Licenciado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima. Obtuvo el premio Ayuda a la Comunidad de la SIP en 1994 y fue becario de la FNPI. Desde que ingresó a El Comercio, en 1991, ha trabajado en las secciones Metropolitana, Deporte Total y Lima. Fue editor de la Mesa Central, de Plataformas Sociales y Jefe de Informaciones.