El caso Oblitas y los días de tormenta en la Videna | CRÓNICA

LEE TAMBIÉN: Kimberly García, la autoridad de una campeona para exigir el tan prometido Programa de Marchistas

Antes del repechaje, en una conversación con El Comercio, Oblitas había expresado que a pesar de sus 71 años, se sentía con fuerzas para trabajar en los cambios que necesitaba el balompié nacional, al margen del resultado ante Australia. Aunque su contrato culminó el fatídico 13 de junio, el propio Agustín Lozano le pidió que siguiera en el cargo mientras se negociaba con Gareca. El clima, pese a las turbulencias de la eliminación, aún era respirable.

La semana pasada, antes de viajar a Buenos Aires, Lozano le dijo a RPP que buscaría que tanto el ‘Tigre’ como Oblitas continuaran en sus cargos e insistió que no había ningún Plan B. No obstante, la filtración del recorte que se pretendía hacer al sueldo del argentino, la presencia de dos negociadores de segundo orden y los rumores sobre su posible reemplazante provocaron el intempestivo corte de las negociaciones. El cielo se llenaba de nubarrones.

La llamada de Lozano a Roberto Silva se produjo el último miércoles por la noche. El presidente de la Agremiación de Futbolistas estaba de vacaciones con su familia en Estados Unidos y, como él mismo confesó, la propuesta “lo agarró frío”. En “Fútbol como cancha” dijo que notó cierta premura por una respuesta en las palabras del nacido en Chongoyape. “Le agradecí, pero le dije que ameritaba un análisis más profundo antes que decir sí o no en un minuto. Me pidió que evalúe y le pedí unas horas”. El jueves por la mañana habló con la directiva de la Safap y después llamó a Oblitas.

El ‘Ciego’ había acordado con Lozano tener una reunión esta semana. El miércoles, aunque coincidieron en la Videna, este no le dio cara. El jueves tampoco. En tanto, en la prensa se especulaba con que Del Solar era candidato y la posibilidad de un rompimiento. Oblitas habló con el secretario general de la FPF, Jean Marcel Robilliard, y acordaron volver a reunirse el martes próximo, cuando esperaban que el clima se enfriase.

De camino a su casa, recibió la llamada de Silva, quien le reveló el ofrecimiento de Lozano. Los nubarrones se transformaron en tormenta y preparó el comunicado anunciando su partida.

Sin embargo, a juzgar por la diplomacia usada en su conferencia de prensa del viernes, pareciera que las puertas de la Videna no se han cerrado. Por algo dicen que luego de la tormenta, viene la calma.