A cierta edad, ocurre en todos los espejos: aparecen las canas. Entonces, digamos que son los 40, esos brotes tienen el poder de distinguir. En el fútbol eso nunca se llama vejez, se le dice experiencia. Jerarquía. Y se busca a ese tipo de futbolistas, además de lo que puedan jugar, por lo que saben influir.
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En esa categoría de notables, que alguna vez integraron Buffon, Zlatan o Maldini- Perú tiene un representante incombustible: Paolo Guerrero. No solo tiene el mejor registro de los últimos seis meses para un 9 nacional en el extranjero -siete goles, diez en el año-, también es el único futbolista peruano en ganar dos títulos este 2023 que se va -la Sudamericana y la Liga Pro con Liga de Quito-.
Un año olvidable, sin duda, marcado por el último lugar de la selección en la Eliminatoria y una crisis absoluta sobre la presencia de futbolistas nuestros en el mundo -apenas dos en ligas top del mundo, Tapia y Lapadula-, en el que Paolo ha encontrado con absoluta justicia una segunda juventud. Allá afuera, donde casi no hay noticias buenas del país, Guerrero es un embajador.
-SU LINAJE-
Dos horas después aquella tarde, 17 de febrero de 1985, Perú goleaba 3-0 a Bolivia en un amistoso y Franco Navarro anotaba su primer hat trick con la selección. Eso fue a los diarios. A los archivos, en cambio, una foto que casi treinta años después rescataría El Comercio: la primera foto de Paolo Guerrero posando con la camiseta de la selección. Paolo tenía apenas un año y 47 días de nacido y salía al lado de Juan Carlos Oblitas, uno de los mejores amigos de su tío Caíco Gonzales Ganoz. Fue la primera vez que los periodistas y reporteros lo vieron con la Blanquirroja, solo que en realidad nadie se dio cuenta.
La primera vez que Paolo Guerrero salió a la cancha con la selección cumple 36 años. Aquí con JC Oblitas un día como hoy en 1985. Se venció 3-0 a Bolivia (amistoso) con 3 goles de Franco Navarro. pic.twitter.com/0acN51N2B5
— Jorge Esteves Alfaro (@esteves_jorge) February 17, 2021
El linaje futbolístico de Guerrero, sin embargo, se remonta mucho más atrás. Hasta los años 40. Y se explica a partir de estos nombres: Carlos y Óscar Gómez Sánchez, emblemas del fútbol peruano aquellos tiempos, jugadores de Boca y River hasta hoy recordados en Argentina. Eran tíos de Doña Peta, es decir, Petronila Gonzales, mamá de goleador y la quinta de los nueve hermanos que el matrimonio entre Angélica Ganoza y Belisario Gonzales concibió, que incluye a Caíco, por supuesto, y también al Coyote Julio Rivera, subcampeón de América con Cristal en 1997. “Es algo innato”, le dijo Dona Peta a la revista Cosas número 640, una edición especial que la llevó a la portada con un título contundente: “La mamá del mundial”. Eran los días felices del 2018.
En esa misma nota, Doña Peta confirmó los rumores sobre el inmenso árbol genealógico que ya alguna vez le había contado a DT el Gran Capitán Héctor Chumpitaz: “Somos familia con Paolo”. De parte de la abuela de Paolo -explicaba Petronila- se desprenden los Gómez Sánchez y los Cruzado, primero Luis y luego Rinaldo. Y por el lado paterno, no solo Chumpi sino Julio César Uribe y Panadero Díaz tienen un vínculo familiar en segundo y tercer grado que, puesto en un laboratorio, explicarían el talento que el goleador histórico de la selección puso al servicio del país, hasta hoy.
Yo prefiero, sin embargo, las razones del corazón. Y un párrafo como este, que le dijo el inmenso Panadero al periodista Víctor Garay Luna, en una nota pata DT el 2017. “Fue un gran golpe (lo del doping). Pero yo confío en Paolo. Meto las manos al fuego por él, porque yo lo conozco y sé que es un muchacho tranquilo. No, no solo pongo las manos al fuego por Guerrero. Si me dicen que me tengo que meter a una olla caliente de aceite, lo hago, porque creo en su inocencia”.
Solo se hace eso por alguien que es familia.
-EL FUTURO-
En el pie, un cañón y en el pecho, una almohada. Y experto en jugar de Llanero Solitario. De hecho, si uno tuviera que elegir qué tipo de futbolista es Paolo Guerrero, qué tipo de crack le presenta al mundo aún hoy, habría que decir eso. También, por supuesto, que ya no cuenta con la movilidad de cuando era potrillo ni la explosión que lo hizo ganar el Mundial de Clubes. Tiene, sin embargo, intacto el don de la excelencia. Fue Jorge Valdano quien dijo, en 1993, una frase que marcó el rumbo de Chemo en España: “Se llama José del Solar y es lo más parecido a un BMW: no falla nunca”. Hoy aplica para Guerrero.
En calidad de jugador libre -qué poesía oculta hay en esa frase-, Paolo cumple 40 años hoy y el futuro asoma con más aplausos que pifias. Eligió bien el último tramo de su carrera y ahora se le vincula con Colo Colo, a donde iría el técnico Luis Zubeldía. No habría por qué dudar sobre la decisión que tome en lo que viene.
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