El VAR, que no cobró el penal para Perú al final y que habilitó el 2-0 de Bolivia, terrible bombazo de uno de los Vaca. El árbitro, que dejó que los bolivianos descansen en cada foul. La altura de La Paz, donde se camina ahogado, como si estuvieras en la Luna. El cabezazo de Lapadula, que no le dio dirección y que pudo ser el 1-1 ideal para ir al descanso. La sombra gigante del ex entrenador, que aparece en paneles por todos lados, que tiene más popularidad que el Premier. La lista de excusas es infinita y se multiplica: los partidos no duran hoy 90 minutos sino los que quiere que dure Twitter. La verdadera razón de esta derrota 2-0, de esta crisis deportiva, de este último (momentáneo) lugar en la tabla de la Eliminatoria es el plan que no cierra, que no haya intérpretes, que no se traduce ni en resultados ni en juego, liderado por Juan Reynoso. Este del jueves en Bolivia es el mejor equipo posible de alinear y no solo es amarrete y adormecido, se ha divorciado de los hinchas. Y no patea. Nunca patea al arco.