La campaña electoral del 2021 no tuvo las movilizaciones a la que estamos acostumbrados, debido a las medidas dadas por la pandemia. Ante ello, varios candidatos presidenciales desplegaron sus campañas en redes sociales donde, en Twitter sobre todo, se hacen cada vez más notorias las portátiles digitales.
Un análisis de las cuentas oficiales de siete candidatos presidenciales arrojó que todos experimentaron un aumento de seguidores significativo en noviembre del 2020, cuando sus postulaciones ya estaban definidas e iniciaban la contienda. En marzo de este año, también se vieron incrementos en las cuentas de Hernando de Soto, Keiko Fujimori, Verónika Mendoza y Rafael López Aliaga. Este último ha mantenido un crecimiento sostenido de seguidores en los últimos tres meses.
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‘Cuentas golondrinas’
“Mucho del crecimiento está influenciado por lo que llamo ‘cuentas golondrinas’, las cuales tienen actividad durante la campaña y luego van a desaparecer. Estas son las cuentas más activas en estos meses”, explica Juan Casas, un matemático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos que ha venido estudiando el comportamiento de las redes sociales en esta campaña.
Los análisis de Casas también han identificado portátiles digitales con mayor notoriedad a favor de Rafael López Aliaga, Verónika Mendoza y César Acuña. En el caso de Mendoza, por ejemplo, dos cuentas realizaron 150 menciones al hashtag #VoyConVero en cinco días. Un promedio de 30 tuits por día.
“En el caso de Keiko Fujimori, he visto una campaña fuerte en su contra. Son cuentas que le contestan a cada minuto, de manera regular. También he visto ese ‘anti’ en cuentas contra Julio Guzmán, la diferencia es que con Keiko da la impresión de que es una consigna”, indica.
Mercado negro
Mucho se especula sobre las cuentas ‘bots’ (perfiles falsos), pero no basta con que un usuario tenga cero seguidores para calificarlo como tal, y ahora existen empresas que brindan ese ‘servicio’.
Mauricio Rojas, experto en márketing digital que trabajó en campañas electorales pasadas, refirió que existen agencias de publicidad que aceptan realizar campañas en redes con prácticas ilegales.
“Los precios varían y la mayoría empieza con un costo de entre US$5 y US$10 por 100 seguidores, pero estás comprando estrictamente seguidores, hay también paquetes de likes o RT en la página para mejorar la interacción que es totalmente diferente, tiene otro costo. Hay algunas páginas ahora que ofrecen incluso la nacionalidad de dónde quieres que sean estas cuentas falsas y cuestan 50% más que una cuenta normal. Las empresas que venden estas cuentas suelen ser casi completamente anónimas porque es una práctica ilegal entre las redes”, apunta.
Twitter hace “limpiezas” y bloquea cuentas con comportamiento “sospechoso”, pero también brinda la posibilidad de recuperarlas. “Entendamos que muchas cuentas ‘bots’ de una empresa no solo sirven para un cliente sino para varios y entonces se evidencia el manejo de estas cuentas para inflar otras. Pero igual Twitter le da acceso a apelar para recuperar la cuenta al creador”, anota Rojas.
Para una campaña se pueden utilizar diversos tipos de cuenta. Este Diario pudo identificar una cuenta que tuitea a favor de López Aliaga y que fue creada en el 2016, cuando el candidato no aparecía en la escena política. Lo más probable es que dicha cuenta haya tenido otro nombre antes de la campaña. Por esto siempre resulta difícil conocer la real magnitud de la portátil conformada alrededor de un candidato.
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