
La alimentación complementaria es un hito fundamental en el crecimiento de un bebé. Según Medline Plus, alrededor de los 6 meses de edad, los bebés necesitan comenzar a consumir alimentos sólidos para complementar la leche materna o la fórmula infantil, ya que cada día sus requerimientos nutricionales incrementan. Tradicionalmente, este proceso se ha llevado a cabo con papillas o purés administrados por los padres o cuidadores. Sin embargo, un enfoque cada vez más popular está transformado la manera en que los pequeños exploran la comida: el baby led weaning (BLW) o el destete dirigido por el bebé.
A diferencia del método tradicional, el BLW permite que los bebés tomen un papel activo en su alimentación desde el principio, explorando los alimentos con sus manos y desarrollando su autonomía a la hora de comer. Pero, ¿qué hace a este método tan especial? ¿Es realmente seguro? ¿Cómo influye en la nutrición y el desarrollo del bebé?
Para responder a estas y otras dudas, en Hogar y Familia conversamos con expertos en pediatría, quienes nos explicaron los fundamentos del BLW, sus beneficios, los posibles desafíos y algunos consejos clave para implementarlo con éxito. Si buscas una forma más natural, divertida y libre de estrés para que tu bebé empiece a comer, acompáñanos en este recorrido por el fascinante mundo del destete dirigido por el bebé.
¿Qué es el destete dirigido por el bebé?
El destete dirigido por el bebé es un método de introducción de alimentos sólidos en el que se permite que el bebé se alimente por sí mismo, sin necesidad de purés o alimentos triturados.
De acuerdo con la doctora Kimberly Churbock, pediatra de Cleveland Clinic, este enfoque consiste en ofrecer al bebé alimentos blandos y en trozos pequeños que pueda agarrar y llevarse a la boca, lo que fomenta su autonomía y le permite explorar diferentes sabores y texturas. A diferencia de los métodos tradicionales, el BLW permite que el bebé consuma desde el principio los mismos alimentos que la familia, siempre que sean adecuados para su edad y desarrollo.

Por su parte, Ana María Sotillo, pediatra de la Clínica Internacional, destacó que este método es una continuidad de la lactancia materna y promueve una relación positiva con la comida al permitir que el bebé toque, mire y saboree los alimentos de manera natural. En este proceso, los padres determinan la calidad de los alimentos, pero la cantidad la define el bebé, sin ser forzado a comer.

¿Cuándo está listo un bebé para el BLW?
Por lo general, un bebé está listo para comenzar a comer sólidos con las manos a partir de los 6 meses de edad, cuando ha desarrollado las habilidades necesarias para manejar y tragar los alimentos con seguridad. Sin embargo, como refirió Sotillo, es importante considerar también la edad gestacional del bebé, pues en el caso de bebés prematuros, el pediatra debe evaluar el momento adecuado, ajustando el inicio de la alimentación complementaria según su desarrollo.
Por ello, como señaló la experta de Cleveland Clinic, es necesario considerar las siguientes señales que indican que el bebé está preparado para el baby led weaning:
- Capacidad para sentarse sin apoyo: Es importante que el bebé pueda mantener una postura estable en su silla alta o en el regazo de un adulto, ya que esto reduce el riesgo de atragantamiento.
- Interés por los alimentos: Si observa atentamente cuando los adultos comen, intenta alcanzar la comida o abre la boca al verla, es una señal de que está listo para explorar nuevos sabores y texturas.
- Coordinación para llevar objetos a la boca: Debe ser capaz de agarrar la comida con la mano y llevársela a la boca por sí solo.
- Pérdida del reflejo de extrusión: Este reflejo hace que los bebés expulsen con la lengua cualquier objeto sólido en su boca. Su desaparición indica que está preparado para ingerir alimentos de forma segura.
“Forzar la introducción de alimentos antes de tiempo puede generar varias complicaciones. En primer lugar, aumenta el riesgo de asfixia si el bebé aún no ha desarrollado la coordinación necesaria para manejar los alimentos en la boca y tragarlos con seguridad. Además, su sistema digestivo podría no estar preparado para ciertos alimentos, lo que puede causar malestar estomacal, gases o estreñimiento. También existe el riesgo de que la introducción temprana de sólidos reduzca la ingesta de leche materna o fórmula, afectando la absorción de nutrientes esenciales para su crecimiento. Otro posible problema es el desarrollo de deficiencias nutricionales, especialmente de hierro y otros micronutrientes clave. Por último, si el bebé no ha adquirido las habilidades motoras adecuadas para masticar y tragar, podría frustrarse y rechazar los alimentos sólidos en el futuro”.
¿Cuáles son los beneficios de permitir que los bebés se alimenten solos con las manos?
Permitir que los bebés se alimenten solos con las manos, siguiendo el enfoque del baby led weaning, tiene múltiples beneficios para su desarrollo. Desde el punto de vista motor, Ángel Samanez, pediatra neonatólogo y director de gestión académica de la Universidad Científica del Sur explicó que, manipular los alimentos fortalece la motricidad fina, ayudando al bebé a mejorar su agarre y a desarrollar la pinza digital, una habilidad clave para acciones futuras como sostener un lápiz o abrochar botones. Además, esta práctica favorece la coordinación ojo-mano, ya que el bebé debe observar la comida, agarrarla y llevársela a la boca, afinando la conexión entre la vista y el movimiento.
“El BLW fomenta la autonomía y la independencia al permitir que el bebé controle su propia alimentación desde una edad temprana. También promueve una relación más positiva con la comida, ya que al explorar diferentes texturas y sabores por sí mismo, es menos propenso a desarrollar selectividad alimentaria o aversiones a ciertos alimentos”.
Otro beneficio clave es la regulación natural del apetito. Al decidir cuánto comer según su hambre y saciedad, el bebé aprende a escuchar a su propio cuerpo, reduciendo el riesgo de sobrealimentación en el futuro. Además, esta forma de alimentación facilita la transición a la comida familiar, ya que el bebé se acostumbra a compartir los mismos alimentos que el resto de la familia, agregó la doctora Churbock.

¿Cómo empezar con el destete dirigido por el bebé?
Para un inicio exitoso, es importante seguir estos pasos:
- Esperar el momento adecuado: Iniciar la alimentación complementaria a partir de los 6 meses, asegurando que el bebé haya alcanzado los hitos del desarrollo.
- Preparar el entorno: Utilizar una silla de comer segura donde el bebé pueda apoyar los pies y una mesa amplia que le permita interactuar con los alimentos sin restricciones. Además, debe ser un entorno tranquilo y sin distracciones, sobre todo, sin pantallas de ningún tipo o juguetes durante la comida para que el bebé se concentre en masticar y tragar correctamente.
- Ofrecer alimentos adecuados: Se deben presentar alimentos blandos y de fácil agarre, como tiras de zanahoria cocida, plátano o mango.
- Permitir la exploración sin presiones: Es clave que el bebé tenga libertad para tocar, oler y probar los alimentos a su ritmo, sin ser forzado a comer.
- Supervisión constante: Para minimizar el riesgo de atragantamiento, el bebé debe estar siempre acompañado por un adulto mientras come.
- Introducir los alimentos de forma progresiva: Se aconseja ofrecer un alimento a la vez y observar posibles reacciones alérgicas antes de introducir nuevas opciones en la dieta.
“El horario de comidas en el BLW no debe ser estricto, ya que el bebé se autorregula; sin embargo, es clave ofrecerle tres tiempos de comida al día (desayuno, almuerzo y cena). Lo ideal es que estos coincidan con los horarios familiares para fomentar las rutinas alimenticias. Además, es importante que esté descansado y tranquilo, por lo que la cena no debería ser muy tarde, preferiblemente antes de las 6:30 o 7 p.m., facilitando así su rutina de sueño”, sostuvo la doctora Martha Jaimes, pediatra de SANNA Clínica San Borja
¿Cuáles alimentos son aptos para el BLW?
Para iniciar el baby led weaning de manera segura, Kimberly Churbock precisó que es importante ofrecer alimentos que sean nutritivos y fáciles de manipular por el bebé. Se recomienda proporcionar alimentos blandos y en trozos lo suficientemente grandes como para que el bebé los agarre con sus manos.
Alimentos recomendados:
- Frutas blandas como plátano, palta, durazno y peras maduras.
- Verduras cocidas y blandas como zanahorias, batatas, calabacín y brócoli.
- Proteínas blandas como pollo desmenuzado, carne molida cocida y huevos revueltos.
- Fuentes de carbohidratos como pan integral en trozos, pasta cocida y arroz.
- Productos lácteos como yogur natural y queso blando en pequeños pedazos.
Alimentos prohibidos:
- Alimentos duros que puedan representar riesgo de asfixia como frutos secos enteros, zanahorias crudas o manzanas enteras.
- Miel antes del primer año de vida debido al riesgo de botulismo infantil.
- Sal y azúcar en exceso, ya que pueden afectar la salud renal y predisponer a malos hábitos alimenticios.
- Embutidos y alimentos ultraprocesados debido a su alto contenido en sodio y aditivos.
- Alimentos pegajosos como mantequilla de maní en cucharadas grandes, que pueden dificultar la deglución.
“Si bien el BLW puede ser una estrategia efectiva para la introducción de alimentos, lo cierto es que no siempre garantiza que el bebé obtenga todos los nutrientes esenciales en las cantidades adecuadas. Dado que los bebés están explorando y aprendiendo a comer, pueden consumir cantidades variables de alimento en cada comida. Por ello, es importante que los padres complementen la alimentación con leche materna o fórmula hasta al menos el primer año de vida y ofrezcan una variedad de alimentos ricos en hierro, zinc, grasas saludables y otros nutrientes esenciales para lograr una alimentación balanceada”.

¿Existen condiciones médicas o casos específicos en los que el BLW no sería recomendable?
El método baby led weaning no es adecuado para todos los bebés, ya que ciertas condiciones médicas pueden dificultar la transición a la alimentación autónoma y aumentar el riesgo de atragantamiento.
Según el doctor Samanez, uno de los principales grupos de riesgo son los bebés con problemas en el tono muscular o retrasos en el desarrollo motor, ya que estas condiciones pueden afectar su capacidad para masticar y tragar de forma segura. Del mismo modo, los trastornos neurológicos pueden interferir con el control de los movimientos bucales y la deglución, haciendo necesaria una alimentación más supervisada.
Los bebés prematuros también requieren una evaluación especial antes de iniciar el BLW. Dado que su desarrollo no sigue exactamente el mismo ritmo que el de los bebés nacidos a término, es fundamental que un pediatra determine cuándo están preparados para comenzar con la alimentación complementaria.
Asimismo, algunas condiciones médicas específicas, como el reflujo gastroesofágico severo, pueden dificultar la transición a los sólidos y requerir modificaciones en la forma en que se introducen los alimentos, añadió la pediatra Kimberly Churbock.
¿Cómo superar dificultades comunes con el BLW?
Algunos bebés pueden enfrentar desafíos al manipular los alimentos en la boca, mostrar poco interés en la comida o simplemente jugar con ella en lugar de comer. Para ayudar en este proceso, es clave observar su progreso y ajustar las opciones alimenticias según sus necesidades. Optar por alimentos más blandos o fáciles de manipular, como frutas maduras, verduras cocidas o proteínas desmenuzadas, puede facilitar la transición.
Si el bebé muestra poco interés en la comida, es fundamental no forzarlo. Ofrecer variedad en texturas, colores y presentaciones puede estimular su curiosidad, al igual que permitirle participar en las comidas familiares para que imite a los demás.
“Es normal que los bebés exploren su comida jugando antes de aprender a comer de manera eficiente. Para manejar la frustración, los padres deben recordar que esta exploración es parte del aprendizaje y que el contacto con diferentes texturas y sabores es clave en su desarrollo. Mantener expectativas realistas y enfocarse en la exposición a los alimentos, en lugar de la cantidad ingerida, ayuda a reducir la ansiedad. También es útil ofrecer porciones pequeñas para minimizar el desperdicio y fomentar un ambiente sin presión, permitiendo que el bebé disfrute la experiencia de la alimentación. Confiar en el proceso y en la capacidad del bebé para regular su ingesta de alimentos facilitará una experiencia más positiva y natural para toda la familia”, aseguró la experta de Cleveland Clinic.
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