Durante las vacaciones, los niños cambian por completo las dinámicas habituales que tenían durante el colegio. En estos meses, el tiempo de diversión se alarga, los paseos, los viajes, las visitas de los amigos y de los familiares pares son de las actividades que más se llevan a cabo en esta temporada.
Pero no solo esto, los niños también aprovechan el tiempo para sumarle más horas al día y aprovechar las noches para llevar a cabo actividades como quedarse despierto más tiempo, ya sea jugando, leyendo o también disfrutando de sus videojuegos o empleando la tablet. Aunque en vacaciones todo es permitido, hay oportunidades en las que los mismos talleres o las clases de reforzamiento, nos obligan a parar las desveladas para retomar la dinámica de despertar temprano.
¿Esto puede resultar retador? Claro que sí, ya que los pequeños suelen acostumbrarse rápidamente a las nuevas rutinas, más aún si eso implica dormir tarde y no despertar temprano. No obstante, no es una tarea imposible, de hecho, hemos elaborado algunos consejos utilitarios para ayudarte a que tus hijos no pierdan el horario.
¿Cómo acostumbrar a tus hijos a despertar temprano?
Intercala los días
Sabemos que durante las vacaciones, los niños merecen tomarse un descanso y recargar sus energías. Por ende, la idea no es despertarlos temprano todos los días. En su lugar, establece un horario especial para los días en los que tiene que llevar a cabo sus pendientes, procura acostarlo a una hora prudente para que al día siguiente no se le dificulte despertar. Lo adecuado es que duerma entre 8 a 10 horas.
Procura leerle un cuento
Una forma de animarlo a dormirse es leerle a tu hijo, elige el libro o el cuento que más le guste y lleven a cabo la actividad juntos. Además es una manera acertada de fomentar el hábito de la lectura en el pequeño. Inicia con ejemplares acordes a su edad, y después conforme va creciendo, proponle lecturas más elaboradas. Esta faena ayudará también a fortalecer vínculos entre mamá e hijo.
Despiértalo con delicadeza
Un error que suelen incurrir los padres es el despertar a los chicos de manera brusca e imprevista, especialmente porque el tiempo nos gana. Esto, lejos de ayudarlo a despertar, le provoca sensación de temor y mal humor. Muchas veces también es causante de que los niños se demoren en pararse de la cama. En su lugar, opta por despertarlo con cariño, abrazándolo, acariciándolo, dándole besitos y repitiéndole frases motivadoras y bonitas.