Decirle adiós al pañal es darle la bienvenida a un nuevo escalón en la independencia de tu bebé (ya no tan bebé). Considera que todos los niños tienen procesos distintos. Según un artículo publicado por el Nemours Kids Health, los primeros signos de que está listo para dar el siguiente paso aparecen durante los 18 y 24 meses de vida.
Un indicador común es el interés que el pequeño comienza a mostrar por el uso de su bacinica: lo señala, intenta sentarse o hace preguntas sobre su uso cuando ve que otro miembro de la familia se dirige al baño. De hecho, los menores suelen copiar las acciones de las personas que viven en casa, ello también ayuda a entrenarlos para la transición.
Durante los primeros meses de vida, el pañal se convierte en el aliado perfecto del bebé, pues no tiene el control de sus esfínteres y en cualquier momento “le puede ganar”. A medida que crecen, comienzan a controlarlo y puedes comprobarlo al notar que tu hijo comienza a mantener los pañales secos durante dos horas aproximadamente. Ello es un puente para dirigirlo a su bacinica.
Una vez que logra sentarse, existe otro paso que es mantenerse tranquilo mientras se ocupa. Algunos niños suelen necesitar ayuda para estarlo, pero si tu niño puede completar el proceso sin ayuda (solo para su aseo), entonces va por buen camino. A ello también se suma la familiaridad con los términos relacionados para pedir ir al bacín.
¿En cuánto tiempo mi hijo podría estar listo?
Usualmente lleva de tres a seis meses conseguir que un niño logre despedirse de los pañales. No obstante, cada niño es diferente y el tiempo de espera puede ser mayor o menor. Lo importante es no interrumpir su ritmo, tener paciencia y evitar comparaciones. Se aconseja tener más de un bacín ubicado en diferentes partes de la casa para facilitar el proceso.
Procura motivar a tu niño con felicitaciones e incentivos por cada vez que logra dar un paso, ello lo estimulará a llegar a la meta esperada y fortalecerá su autoestima.
Ojo, considera interrumpir el entrenamiento cuando se está por realizar una mudanza o un viaje de vacaciones, cuando el niño está enfermo o ante la llegada de un nuevo hermano o durante la transición de cuna a cama.
Toma nota: consulta a un especialista si tu pequeño tiene cuatro años a más y se le dificulta abandonar el pañal.