Conducir desde Ñaña hasta el zoológico de Huachipa, un tramo de unos 15 kilómetros, puede demandar hasta 40 minutos en hora punta, tiempo que puede duplicarse en el transporte público. Esta situación, que afecta a miles de vecinos que viajan diario a Lima por estudios o trabajo, sería diferente si se hubiese culminado la ampliación de la autopista Ramiro Prialé, una vía paralela a la saturada Carretera Central.
La entrada y salida de la capital hacia el centro del país no es solo caótica, sino también espantosa. Por allí se trasladarán los turistas en estos días de Semana Santa.
La obra busca unir los distritos de El Agustino, San Juan de Lurigancho, Lurigancho-Chosica y Chaclacayo; sin embargo, desde el 2017, las obras se encuentran paralizadas y sin una fecha de inicio.
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Punto muerto
Pese a que el proyecto se entregó en concesión en el 2013 por 30 años, la empresa a cargo de la obra, Rutas de Lima, aún no ha intervenido la vía debido a que la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) no ha cumplido con liberar las áreas para el inicio de los trabajos.
Tres años después, durante la tercera gestión de Luis Castañeda Lossio, se iniciaron las obras que debían terminar a finales del 2017, según prometió la administración. Dicha gestión no cumplió con entregar la totalidad de los terrenos liberados.
Rutas de Lima precisó que “cuando la Municipalidad de Lima concluya con el porcentaje restante de los terrenos por expropiar y las interferencias por remover, la concesionaria retomará la búsqueda del financiamiento para poder terminar la obra”.
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Consultada por El Comercio, la comuna manifestó que “tal como está el proyecto actual es inejecutable” debido a que el trazo “se superpone a predios jurídica y físicamente imposibles de afectar”. “Esto es algo mal hecho por anteriores gestiones [municipales]”, precisó la MML.
El tramo proyectado desde la avenida Las Torres hasta el puente Los Ángeles, en Chaclacayo, atraviesa tres áreas pertenecientes a activos nacionales críticos: la central hidroeléctrica de Huampaní, el Colegio Mayor y una ruta inca, considerada patrimonio nacional.
En el 2019, la comuna metropolitana solicitó, como parte de un proceso de evaluación conjunta, que se determinase un trazo diferente, para lo cual era necesaria la firma de una adenda. Había dos propuestas, pero ninguna recibió la aprobación del Ministerio de Economía y Finanzas.
A lo largo de la carretera hay guardavallas en mal estado y basura.
Puente provisional tipo Bailey que ya cumplió su vida útil. Se avería constantemente.
La vía no tiene puentes peatonales y lleva al tráfico de la Carretera Central.
La MML asfaltó la vía hasta el jirón Huancayo, pero termina en una trocha.
Algunos vecinos han vuelto a sembrar en los tramos ya liberados.
Trabajos
En tanto, se gestiona una nueva alternativa técnica que viabilice el proyecto. La comuna, actual administradora de la vía, asfaltó un tramo desde la avenida Las Torres hasta el jirón Huancayo.
No obstante, esta ampliación, que prometía reducir el tráfico en la zona, en la actualidad no tiene conexión con la autopista Ramiro Prialé y termina abruptamente en una trocha.
Son varios kilómetros que solo son utilizados por mototaxistas. Mientras tanto, tráileres, buses, autos, motos y mototaxistas se hacen espacio en medio del caos de la Carretera Central.
- La ampliación de la vía debería contar con cuatro carriles, dos en cada sentido, que se podrán extender a seis.
- El proyecto prevé la construcción de intercambios viales, pasos a desnivel, accesos a la autopista, pasos inferiores y puentes peatonales.
- En el 2017, huaicos por el fenómeno de El Niño dañaron lo poco que se avanzó.
- La Municipalidad de Lima, a través del Fondo Metropolitano de Inversiones (Invermet) construirá un nuevo puente, que se ubicará donde actualmente está la estructura tipo bailey colocado “provisionalmente” desde el 2017, tras el desborde del río Huaycoloro.