Es uno de los pocos músicos cuyo nombre pasa a segundo plano frente a su apelativo universal: “El Rey del Mambo”. Dámaso Pérez Prado se llamaba y dio la vuelta al mundo varias veces llevando su inagotable música. Hace 25 años murió en la Ciudad de México, donde vivió desde que dejó su inolvidable pueblo de Matanzas en Cuba. Una trayectoria artística admirable y los ecos de su legado artístico en este nuevo post de Huellas Digitales.
Dámaso Pérez Prado no componía canciones, lo que hacía era regalar al público “ritmos”. Buscaba la popularidad de sus creaciones musicales de una manera persistente. Y siempre lo logró. Como un rey Midas, todo lo que tocaba lo convertía en éxito.
Lee el post completo en nuestro blog Huellas Digitales