Joel Jara Trujillo y Witman Comeca Montoya son dos empresarios que han denunciado amenazas de muerte por parte de presuntas mafias de traficantes de terrenos en el distrito de Ancón. Estas serían responsables del asesinato de, al menos, 11 personas.
El primer empresario, Jara Trujillo, pagó US$125 mil por una parcela de cuatro hectáreas. El segundo, Comeca, es propietario de un predio de seis hectáreas por el cual pagó US$205 mil. Ambas compras, que datan del 2020, fueron hechas a la SBN (Superintendencia Nacional de Bienes Estatales) mediante una subasta pública. Los terrenos se ubican a la altura del km 54 de la Panamericana Norte.
Wilder Romero, abogado de ambos empresarios, contó a El Comercio que al momento de la compra esos terrenos estaban ocupados por cinco módulos prefabricados. Días después de decretada la cuarentena por la pandemia, las mafias invadieron estos predios y empezaron a vender lotes de 170 metros cuadrados por S/10 mil o S/15 mil. En la actualidad, hay más de 80 familias ocupando ambas propiedades adquiridas a la SBN.
La organización que estaría detrás de todas estas invasiones se hace llamar Aspemeva (Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios de Villa Ancón), cuyo presidente es César David Huamán Camones, de 38 años. Según fuentes de la fiscalía, él es un conocido traficante de terrenos con antecedentes por usurpación y estafa.
–División y muerte–
La codicia por controlar esta invasión dividió a Aspemeva, con lo que se iniciaron los asesinatos. El 10 de julio, un grupo de sicarios mató en la puerta de su casa a Esperanza Jara. Se hicieron pasar como clientes de su negocio de comida y le dispararon en la cabeza. Los sujetos se retiraron de la escena caminando.
Casi un mes después, el 8 de agosto, su hija Nataly Tuya, de 21 años, y otras cuatro personas fueron acribilladas dentro de un auto. Los sicarios dispararon a quemarropa sin importarles que dentro había una bebe. Esa misma mañana, el caso fue difundido en todos los noticieros. Cinco personas habían sido asesinadas en una sola noche.
Según las investigaciones, Aspemeva se dividió en dos bandos: uno encabezado por Huamán Camones y otro por Joel Ramos Valenzuela Vicente, otro dirigente de la asociación. A este último estaría relacionado Aníbal Tuya, padre y esposo de las dos mujeres asesinadas por los sicarios.
Según Tuya, él y su familia fueron estafados por Aspemeva; sin embargo, ellos están incluidos en la investigación por tráfico de terrenos. La Fiscalía Penal Corporativa de Santa Rosa investiga por usurpación agravada a Huamán, Valenzuela, Tuya y a otras 16 personas.
El abogado Wilder Romero dijo que sus patrocinados reciben amenazas desde varios penales mediante llamadas y mensajes. Ellos han cambiado de domicilios y se han alejado de sus familias. Ambos temen por sus vidas.
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