
Está cada vez más ubicado como una persona que concibe historias. Bruno Ascenzo le está dando los últimos toques a "Soltera codiciada", película basada en el blog homónimo y codirigida por Joanna Lombardi y él. Además, acaba de comenzar con los ensayos de "Dos más dos", montaje sobre dos parejas tentadas a experimentar el 'swinger' que cuenta con su dirección y que llegará el 14 de abril al
teatro Pirandello. Y por estos días, Ascenzo participa en la promoción de "Locos de amor 2", cinta coescrita por Mariana Silva y él que
se estrenará el 14 de febrero. En esta secuela, Ascenzo también es parte del elenco y da vida al hijo de un viudo encarnado por Carlos
Alcántara.
—Una comedia romántica suele abordar problemas. ¿Qué conflictos encara "Locos de amor 2"?
A diferencia de la primera, esta vez abordamos lo que sucede con las personas después de una relación.
—El amor después del amor.
Un poquito. O también el amor después del error. Por ejemplo, los personajes de Érika Villalobos y Marco Zunino son dos ex enamorados que se reencuentran después de 10 años, los de Johanna San Miguel y Paul Vega no han podido superar sus rupturas amorosas, y el de Cachín perdió a su esposa hace veintitantos años. Él ha construido su vida con su hijo y juntos tienen un restaurante. Pero él no se ha planteado enamorarse nuevamente, hasta que aparece otro personaje. Es un poco jugar con el pasado, el presente, cómo superas estos conflictos amorosos, cómo la vida continúa y quizás sea posible enamorarse más de una vez.
—¿Por qué esa fascinación por contar historias? ¿Es como esos trastornos obsesivos compulsivos de “TOC*TOC”, la obra de teatro en la que actúas?
[Risas] No. Sea del género que sea, si hay una historia bien contada, esta me gusta y emociona. Las historias son eso, ¿no?: emocionan, generan empatía, enfrentan indirectamente algunas situaciones de la vida y esto lo vemos desde la posición de un autor o del público. Contar historias o ser testigo de ellas te puede cambiar un poco como persona.
—Tu papá es psicoterapeuta. ¿Contar historias es una manera de ahorrarte el psicoanálisis?
[Risas] Bueno fuera que me lo ahorrara, pero no me lo ahorro. Me gusta el psicoanálisis. Investigar sobre mi propia existencia es algo que recurrentemente he hecho en diferentes etapas de mi vida. Más que ahorrármelo, contar historias creo que me ayuda a establecerme y a ordenarme un poquito, a aterrizar algunas ideas, a poner sobre la mesa algunos temas que me interesan y que no se tocan mucho, y a clarificar mi mente.
—No te he visto en la televisión en los últimos años. ¿No hay proyectos que te llamen la atención? ¿Falta tiempo? ¿A qué se debe?
En los últimos cuatro años, desde que estrené “A los 40” [película que Ascenzo dirigió], le he puesto más atención a estar detrás de las cámaras. Me encantaría actuar más, pero por falta de tiempo no lo he podido hacer. Extraño mucho la televisión. Actualmente hay muchas otras plataformas y eso obliga a que la televisión se ponga las pilas, evidentemente el público está mutando. Me parece que eso está bueno
para los que hacemos ficción. Creo que hay que aprovecharnos de eso y ver por qué medio podemos salir. Si la televisión se interesa por
determinados temas, ahora tenemos otros canales para difundir nuestra chamba.
—Has dicho que te hubiera gustado nacer en una época sin Internet y redes sociales.
Como todo, Internet trae cosas tanto buenas –estamos todos interconectados, podemos comunicarnos en tiempo real y las noticias las tenemos al instante– como malas o nefastas, tales como la posverdad y las mentiras. Esta era tiene herramientas maravillosas, pero sí me hubiera gustado vivir en una época un poquito más tranquila. Este mundo ha agarrado tal velocidad y, por su inercia, está bien complicado que nos detengamos. Pese a que es difícil entender a
uno mismo, a mí me gusta comprender a las personas, y creo que en tiempos pasados había menos distracciones y el celular no estaba pegado a la mano.