Libro profundiza en la expansión de las iglesias evangélicas en el Perú
Libro profundiza en la expansión de las iglesias evangélicas en el Perú
Juan Carlos Fangacio

En menos de 50 años han pasado de ser el 2,5% de la población a ser entre el 15% y 18% (el censo de este domingo lo esclarecerá mejor). La comunidad evangélica en el Perú crece firmemente y lo hace, en gran parte, quitándole terreno a la feligresía católica, de histórica mayoría absoluta. Para entender el fenómeno, José Luis Pérez Guadalupe –teólogo, sociólogo, ex ministro del Interior– publica "Entre Dios y el César", un libro que aclara varios mitos y creencias.

— Se hace una distinción interesante en el libro: que la religión católica se formó de arriba hacia abajo, mientras la evangélica lo hizo de abajo hacia arriba.
Sí, son estructuras eclesiales muy diferentes. Para empezar, existe una sola Iglesia Católica. En cambio, son muchas las iglesias evangélicas. Y aunque en el Perú hay organismos que las aglutinan –como la Conep o la Unicep–, se han ido separando. Por eso hablo del ADN atomizador de los evangélicos, de una vocación fisípara. La Iglesia Católica también es más institucionalizada, mientras la evangélica es carismática. Por eso crecen, se multiplican.

— Pero son también más militantes…
De todas maneras. Pero por una razón que no es esencial a la Iglesia Evangélica o a la Católica, sino por una razón sociológica. Como la católica es una iglesia única, la mayoría de los católicos en el Perú nacen católicos. No lo deciden. Es diferente a los católicos de Japón o de la India, que también son absolutamente militantes porque son conversos. En esa línea, en el Perú casi siempre se decide ser evangélico.

— ¿Y por qué se da esa tendencia de conversión?
Porque la emigración es casi siempre desde el catolicismo y porque, además, el movimiento de retorno para volver a ser católico prácticamente no existe. Es todo un proceso que tiene tres dimensiones: la personal, la comunitaria y la doctrinal. Y con la doctrinal se cierra la triada: no solo eres un convertido, sino un convencido y un comprometido. Donde sacan ventaja los evangélicos es que el pastor está mucho más cerca del feligrés, no hay tanta barrera o diferencia. El pastor evangélico no tiene que ir al seminario siete años, no tiene que acatar el celibato, hace una vida más normal.

— ¿Y cómo es el tema económico? ¿Son tan poderosos como se dice?
Al principio se decía que crecieron por el capital estadounidense, pero eso es puro cuento. Los que más han crecido económicamente son los grupos pentecostales, que surgieron espontáneamente en América Latina. En los años 60 empezó el cambio: el liderazgo pasó del esquema misionero-protestante-extranjero al esquema pastor-evangélico-nacional. Y en los sectores populares donde se asentó el movimiento evangélico, todos eran aportantes. Desde su pobreza, aportaban al mantenimiento de su iglesia. Primero la instalaban en una cochera, luego compraban toda la casa, crecían a una capilla, y luego a un templo entero. Y más tarde, a partir de los 80, pasan de los sectores populares a los medios y altos, donde comienzan a mover mucho dinero. Entonces pasaron de las cocheras a las megaiglesias. Y luego a alquilar estadios, comprar señales de radio y televisión, y formar partidos políticos.

— Incursión política que ha sido un fracaso, según dice en el libro. ¿Por qué?
Ha sido un fracaso en relación con sus expectativas. Veamos a Humberto Lay, el evangélico que más alto ha llegado: él llegó a formalizar un partido y ser candidato. Lo cual es genial. Pero su perspectiva era ser presidente y no lo logró. Es más, se suponía que su público cautivo básico era la población evangélica votante, un 12% aproximadamente. Pero solo alcanzó un 4% de votos. Ahí se ven sus limitaciones, que tienen que ver –repito– con su esencia, con sus divisiones. No son una iglesia, sino cientos de iglesias. Y no tienen un voto confesional tampoco.

— En el libro se menciona, sin embargo, una agenda moral que los mantiene unidos y que podría unirlos incluso con el catolicismo más conservador…
Allí ha habido un cambio porque los evangélicos de los 80 que incursionaban en política pensaban más en la realidad social, eran de centro-izquierda. Pero en los 90 comienza a pesar más la línea conservadora estadounidense, los ‘evangelicals’, la derecha republicana que recientemente ha apoyado a Trump. Esa es la que vemos ahora, mucho más militante y pública. Sus aspiraciones son, bajo una supuesta promesa divina, conquistar el mundo. Pero, nuevamente, hasta ahora ha sido un fracaso en la mayoría de países de América Latina, no solo en el Perú.

— ¿Es demasiado improbable que se supere esa esencia atomizadora y que aparezca alguien que los aglutine?
Bueno, todo puede pasar. Pero más que una persona, son temas. Por ejemplo, la campaña Con mis Hijos no te Metas, que está ocurriendo en toda Latinoamérica, reduce la agenda política a una agenda moral. Son pastores o líderes que tienen feligreses, pero no gente que se haya formado en política.

MÁS INFORMACIÓN
​Presentación de "Entre Dios y el César"
Lugar: Municipalidad de Miraflores (Av. Larco 400, Miraflores). Fecha: jueves 26 de octubre, 7 p.m. Ingreso: con invitación.

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