Alfonso Rivadeneyra García

Cuando uno abre las páginas aparece una mención a cuatro niños. Vicente (11), Vera (10), Matías (9) y Nicolás (6). Así de jóvenes como son, integran las familias del escritor Sergio Vilela y el historiador José Carlos de la Puente, autores de “” (Pichoncito, 2024), libro que se debate entre cuento de buenas noches y texto de historia. Es una obra de amplio formato, con ilustraciones en todas sus páginas e incluso pequeñas infografías. El libro es para los chicos, así como para todos aquellos que quieran saber más sobre esta maravilla del mundo, sea sobre su construcción o redescubrimiento.

Siendo ambos padres de niños, lo pensamos como un proyecto para ser leído con los padres también. No es necesariamente una lectura solitaria, aunque a veces eso se da y está muy bien, sino que nuestra idea también es que los padres puedan leerlo con los hijos y dialogar”, contó a El Comercio de la Puente. Tanto él como Vilela se conocen desde que estaban en el colegio, cuando aprendieron sobre los incas en clases. Ya de adultos, unidos por la divulgación histórica (publicaron en 2011 “El último secreto de Machu Picchu”), han investigado e incluso viajado juntos para conseguir la información más actual para el libro, que es la clase de lectura que les hubiese gustado consumir de niños.

Una cosa es contar una historia y otra es mostrarla. Porque el libro no solo usa las palabras para mostrar cómo era la vida durante la construcción y apogeo de Machu Picchu, sino que lo muestra con ilustraciones basadas en elementos históricos, como la ropa de la época que se exhibe en museos. Esto se desarrolló con el soporte del estudio gráfico colombiano Book and Play, que incorporó para esta obra a dos artistas peruanos. Asimismo, el libro fue un paso más allá: reconstruyeron escenas que necesariamente ocurrieron, como la construcción de Machu Picchu, cuando era más montaña que ciudadela.

El libro también responde una duda común sobre la construcción del sitio arqueológico: de dónde salieron las piedras. Pues siempre estuvieron en el sitio, en una cantera cuyos restos se aprecian incluso hoy. De hecho, este fue uno de los requisitos del Inca Pachacútec para la construcción; el otro era un acceso fácil a manantiales de agua. Y hablando de agua, Machu Picchu está en una zona de altas lluvias, las cuales podrían deteriorar con el tiempo incluso la construcción más fuerte. Esto se resolvió con un buen sistema de drenaje, construido antes que los muros. Vilela destaca lo paradójico que Aguascalientes sufra cada cierto tiempo por el exceso de lluvias, cuando la ciudadela está mejor preparada para estos fenómenos desde hace cientos de años.

El libro, fiel a su propuesta lúdica, también pone en su sitio a los entusiastas de lo oculto, quienes se atreven a decir sin fundamento que Machu Picchu fue construida por extraterrestres y no por los antiguos peruanos. “Son ideas muy viejas. No siempre fueron los aliens [fueron la justificación], pero siempre había esta idea de que no podían haberlo construido los habitantes locales. Si tú ya realmente rastreas el origen de esos mitos, tienen que ver con la negación de que esta gente fuera capaz de construir algo así”, dijo de la Puente.

Finalmente, este libro también es una forma de compartir con los niños conocimiento que normalmente no está alcance. Porque cada año salen nuevas investigaciones sobre la ciudadela, que revela poco a poco sus secretos y los de sus habitantes, desde la dieta hasta sus lugares de origen. Todo suma para apreciar más a nuestra maravilla.

Portada de “Machu Picchu: un misterio entre las nubes”.
Portada de “Machu Picchu: un misterio entre las nubes”.
/ Pichoncito
DATO

“Machu Picchu: un misterio entre las nubes” está a la venta en el stand 90 de la Feria Internacional del Libro de Lima, en la web pichoncito.pe y en las principales librerías del Perú.