José Antonio Bragayrac

Restringirse a la figura del ídolo siempre le costó más de la cuenta a Christian Cueva. No era el rigor del entrenamiento ni la severidad de la dieta y la rutina aquello que lo agobiaba, sino la privación de aficiones más cotidianas como la música y la pichanga. Aladino había sido, pese a sus placeres culposos, un artista consagrado en el césped. Hasta que fue mundialista. Años después de ese hito deportivo que bien podría llevar su apellido, el todavía futbolista de 33 años se estrenó oficialmente como cantante de cumbia junto a su pareja Pamela Franco. Y lo hizo a coliseo lleno, en la histórica Plaza de Acho de Lima. El crack que una vez alegraba con sus gambetas, hoy invita a destapar chelas.