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Laura Pausini y Paulina Rubio rechazaron cantar “Colgando en tus manos”: Carlos Baute comparte las historias detrás de sus éxitos
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Tenía 19 años cuando pisó por primera vez suelo peruano. Era mediados de los noventa y Carlos Baute llegaba para presentarse en el certamen Miss Perú Mundo. “Canté música folclórica y me comí la tarima”, recuerda sonriente. Aquella actuación, parte de la promoción de su primer disco “Orígenes”, fue también un descubrimiento personal. “Ese viaje no lo olvidaré nunca —dice—, fue uno de mis primeros viajes internacionales y me marcó profundamente”. Desde entonces, cada regreso al Perú se ha convertido para él en un reencuentro con su esencia.
Carlos Baute se encuentra en Lima promocionando su más reciente sencillo, "¿Quién mejor que tú?", una canción que celebra el amor bonito, ese que —como él dice— “pone la vida a full color”. El tema nació en un par de horas durante un viaje a Miami, cuando el artista se reencontró en el estudio con el productor colombiano Andrés Castro. De esa conexión espontánea surgió una melodía que une el pop latino con la esencia romántica que siempre ha acompañado a Baute.

“Ya tenía el título en mente. Soy de frases. Me senté con Andrés, hubo una energía increíble, y en dos horas la canción estaba grabada y producida. Fue tan natural que decidimos dejarla tal cual”, cuenta con entusiasmo.
Éxito Global
El éxito más grande de Carlos Baute nació, paradójicamente, de la duda. “Colgando en tus manos” , la canción que lo catapultó a la fama internacional y lo llevó al número uno en varios países, estuvo a punto de no ver la luz.
“La compuse en el 2004, durante una relación de nueve años con una malagueña —recuerda—. Pasábamos mucho tiempo en Marbella, y la melodía surgió en minutos. La letra, en un par de días. Era tan personal que pensé que no serviría nunca; todo lo que contaba era real”.

Durante un tiempo la guardó, convencido de que era demasiado íntima. Hasta que decidió compartirla y buscar una voz femenina que la acompañara. Primero se la propuso a Laura Pausini, luego a Paulina Rubio y Rosario Flores. Todas la rechazaron por distintas razones. El destino, sin embargo, tenía otros planes.
“Fui donde Marta Sánchez y me dijo que a su hija le encantaba el tema, y aceptó por ella. Estaba destinado que fuera con Marta”, reflexiona. Aquella colaboración convirtió una historia personal en un himno universal al amor, y desde entonces, esa canción —tan suya, tan de todos— sigue colgando en las manos del tiempo.
El amor ha sido siempre el hilo que une cada etapa de la vida y la música de Carlos Baute. Habla de él con la naturalidad de quien lo respira. “Me gusta el amor bonito, el que da alegría, el que te hace sonreír”, dice. Por eso sus canciones están hechas de acordes mayores y de optimismo.
“Soy más de la onda feliz. Me gustan las personas vitamina, los sonidos vitamina”, comenta, recordando que incluso escribió un tema inspirado en el libro “Encuentra tu persona vitamina”. Su fórmula parece simple, pero en tiempos de ruido y prisa, se vuelve casi revolucionaria: cantar para sanar, para contagiar bienestar.
“Hoy todo va muy rápido, la gente cambia de canción en segundos. Yo creo que hace falta tranquilidad”, reflexiona.

Y aunque en su carrera abundan los éxitos, no teme admitir que ha compuesto también desde el dolor. “Te quise olvidar”, por ejemplo, nació en un momento difícil.
“Estaba a punto de separarme, y esa canción me ayudó a entender lo que sentía. A veces la música es mi terapia. Incluso me han dicho que mis canciones han sido la quimioterapia de otros, y eso me conmueve profundamente”.

Treinta años después de su debut, Baute mira atrás con serenidad y optimismo. “Me siento orgulloso de vivir de lo que amo. Desde niño pedía guitarras en lugar de juguetes”, recuerda. Reconoce los altibajos como parte del viaje y no duda al resumirlo todo en una sola palabra: pasión. Porque, al final, esa ha sido siempre su manera de estar en el mundo: cantar con el corazón, aunque la vida —como sus canciones— a veces cambie de tono.












