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En el hogar de la familia Suárez Vértiz Martínez, la presencia de Pedro Suárez Vértiz sigue viva en cada detalle. A un año de su partida, sus pertenencias permanecen intactas, como un homenaje silencioso a su vida y legado. “Conservo todo de Pedro por apego, porque siento que, de alguna manera, aún me acompaña”, reconoce su esposa, Cynthia Martínez.
“Hace unos días, encontré en sus cajones manuscritos de ‘sus canciones Alguien que bese como tú’, ‘Un vino, una cerveza’ y otras tan populares como estas. También hay material de Arena Hash y cassettes”, detalla. “Estamos pensando hacer un museo con ellos, para que la gente lo recuerde y vea cómo eran sus procesos creativos”, añade.
“Otro proyecto que queremos hacer son las Pedro teorías o las pastillas musicales, como él las llamaba. Su teléfono está lleno de ellas. Hay mucha información musical valiosa”, revela sobre este nuevo hallazgo.
El peso de la ausencia
Tomás, su hijo, quien ha comenzado a forjar su propio camino musical, comparte que, aunque la tristeza es parte de su vida desde que no está su padre, los escenarios artísticos se han convertido en su lugar de sanación y alegría.
“Ha sido un año lleno de proyectos e ideas que me han motivado a seguir adelante. La música y el cariño del público me han impulsado a crecer, no solo como artista, sino también como persona”, señala.
El menor de los hijos de Pedro Suárez Vértiz tiene un claro objetivo: destacar con su propia música. Tras el lanzamiento de “Incondicional” y “Me recuerdas a alguien”, su próximo sencillo será un homenaje a su padre, con motivo del primer aniversario de su partida.
“Estoy finalizando la producción de una canción inspirada en ‘Blackbird’ de los Beatles. Aunque tiene una vibra similar, es completamente diferente. La letra es de mi autoría y la música es de mi hermano Salvador”, comenta.
La carrera musical de Tomás se ha convertido en una fuente de distracción y motivación para Cynthia, quien es su más ferviente fan, al igual que lo fue de Pedro.
“Estoy haciendo lo que me gusta, acompaño a Tomás, escribo mi segundo libro, también me dedico a mi emprendimiento (su línea de accesorios de textilería y bisutería). Aunque, a veces me escapo y me lleno de mí (se quiebra). Vivo el día a día”, señala sin poder culminar la última oración porque el llanto se lo impide.
En su hogar, la presencia de colibríes se ha transformado en un poderoso símbolo de conexión con él. “Creo cien por ciento que son él, una forma de decirnos que nos acompaña”, comparte emocionada. Ah ora tengo una maravillosa colección de colibríes, obsequios de amigos, fans de la familia y personas de todo el mundo. Hace poco, me tatué un colibrí (muestra su brazo izquierdo), también tengo collares, prendedores y aretes”, confiesa.
Herencia familiar
El verano del 2020 en la playa Lagunas marcó un momento inolvidable para Tomás Suárez Vértiz. Fue entonces cuando, por primera vez, le confesó a su padre su deseo de seguir sus pasos y dedicarse a la música.
“Ese día tomé alcohol por primera vez, lo que me desinhibió (ríe). Le dije que quería ser rockero como él. No sé si me creyó, solo sonrió. En el verano del 2020 volví a decirle que quiero ser cantante. Esa vez tomó acción: me inscribió en talleres de música y canto con su amiga Nina Mutal”, recuerda el joven músico.
Su vida al cine
La familia Suárez Vértiz también está considerando nuevas formas de mantener vivo el legado de Pedro. Cynthia Martínez comenta que han recibido varias propuestas para realizar películas y una docuserie.
“Estamos evaluando las ofertas. De todas maneras, se hará una docuserie, pero queremos asegurarnos de contar con el equipo correcto. Sea cual sea el proyecto, será supervisado por la familia”, explica. “Incluso se ha sugerido que Tomás podría hacer un cameo, aunque su prioridad por ahora sigue siendo la música”, detalla.
Una Navidad diferente
En diciembre de 2023, Cynthia viajó a España con su hijo Salvador para celebrar las fiestas de fin de año con su hija mayor, María José. Pedro y Tomás se quedaron en Lima.
“Cuando mi hija se fue a España, con Pedro decidimos que un año pase la Navidad con él y al siguiente viaje a pasarla con ella, para que esté acompañada. El año pasado estaba allá. Cuando Tomás me llamó para avisarme (de la muerte de Pedro), fue como un efecto dominó. Mi hermana Barbie, que también había viajado con su esposo, estaba allí para mí, y yo para María José. Estoy convencida de que Pedro tenía todo planeado. Él quiso que fuese así”, comparte con emoción.
Este año, a diferencia de años anteriores, la familia se reunirá en la casa de María José, quien decidió regresa a vivir al Perú para estar con su madre. “Siempre las reuniones eran en mi casa. Esta vez iremos a la casa de mi hija. Estaremos juntos, como siempre, con la familia de Pedro y la mía”, subraya Cynthia con una sonrisa.
