Marcela Salinas presenta un monólogo que le permite encarnar varios personajes en hora y media.(Foto: Santiago a Mil)
Marcela Salinas presenta un monólogo que le permite encarnar varios personajes en hora y media.(Foto: Santiago a Mil)

La imagen de una persona hablándole a un público de plantas rondó la cabeza de la dramaturga Manuela Infante (Santiago de Chile, 1980) por años. Ella incluso le puso nombre al proyecto: “Conferencia a las plantas”; pero ahí quedó, guardado en su memoria. El tiempo quiso que Infante se involucrara con la corriente filosófica poshumanista, aquella que cuestiona el antropocentrismo aplicado a todos los aspectos de la vida. Solo entonces, la imagen regresó y cobró sentido.

El resto fue acercarse al estudio de las plantas. “Quedé impresionada con la maravilla del pensamiento vegetal –recuerda la dramaturga–, de la consciencia vegetal, de las formas de movimiento, y me pareció fundamental aplicar esta mirada al teatro”. A esa exploración responde “Estado vegetal”, puesta en escena que propone la posibilidad de un diálogo entre humanos y plantas, cuestión relevante en tiempos donde los descuidos se expresan en bosques depredados e incinerados. Pero, tal como lo adelantó la autora, se trata de un proyecto más ambicioso y crítico: se quiere imaginar cómo es un mundo en el que el humano no es el centro.

Hay, sin embargo, quienes podrían tildar de contradictoria su aproximación. “Sin duda es una contradicción –anota– porque el teatro que nos han enseñado está centrado en él. Pero no es tan absurdo si uno se remonta a los orígenes de la experiencia de danzar alrededor del fuego, digamos, o de una bacanal dionisiaca. Esos eventos eran formas de ritos que referían a lo misterioso, a lo desconocido, a las grandes fuerzas. Incluso, si uno piensa en la tragedia griega se da cuenta de que en gran parte se trata del humano consciente de que no está en control y que no es el centro de las cosas; en el fondo, su caída trágica es darse cuenta de eso”, explica.

—Al detalle—
“Estado vegetal” se ha paseado por los festivales y encuentros de arte más importantes del mundo, desde Santiago a Mil hasta la Bienal de Venecia. Mañana por la noche se despide de Sala de Parto con una función en el teatro La Plaza. A priori, la puesta en escena puede parecer extraña y densa, pero Infante sabe plantear reflexiones profundas en un espectáculo amigable.

En escena, la actriz Marcela Salinas saca adelante un monólogo en el que se multiplica en diferentes personajes, compartiendo sus versiones de cómo sucedió el accidente de un bombero, quien al chocar contra un árbol quedó en estado vegetativo. Una oportunidad para pensar en nuestra relación con las platas.

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