Milagros Asto Sánchez

Entre los mensajes de peruanos varados en el exterior que sigue recibiendo esta redacción, hay un pequeño grupo que llega desde lugares tan lejanos que no cuentan con embajadas o consulados de nuestro país. Tampoco tienen una comunidad peruana a la que recurrir.

Según datos proporcionados este viernes a El Comercio por fuentes de la cancillería, más de 11.000 compatriotas aún esperan ser repatriados en todo el mundo, mientras que un número mayor de 18 mil ha logrado retornar desde el 17 de marzo.

Cerca de tres meses después del cierre de fronteras, los ciudadanos varados ven cómo los recursos se les agotan. Quienes se encuentran en naciones más distantes enfrentan un problema adicional: no solo aguardan por un vuelo que aún no tiene fecha, sino que para acceder a este tendrían que trasladarse a otro país mientras las fronteras y los aeropuertos están cerrados.

El Comercio conversó con tres peruanos en esta situación en Oceanía, Asia y África. Desde ahí, piden a las autoridades que emprendan las gestiones necesarias para que puedan retornar.

Un técnico informático en Papúa Nueva Guinea

Pese a las 15 horas de diferencia entre Papúa Nueva Guinea y el Perú, Paul Lachi, iquiteño de 44 años, intenta conectarse a diario a través de Zoom para ayudar a su hija con sus tareas escolares. Es una de las pocas cosas que lo animan por estos días en que la espera por un vuelo que le permita volver al Perú parece interminable.

Desde el 2018, este técnico en programación de computadoras viaja por trabajo unas cuatro veces al año al país oceánico. Es gerente de recursos humanos de una pequeña empresa en Port Moresby, la capital. Estuvo trabajando como subcontratista para la petrolera OilSearch hasta que el coronavirus paralizó las operaciones. Por ahora, la empresa le brinda alojamiento, pero ya no le paga un sueldo.

El peruano Paul Lachi en la oficina en la que trabaja en Port Moresby, la capital de Papúa Nueva Guinea. (Foto: Paul Lachi / Cortesía para El Comercio)
El peruano Paul Lachi en la oficina en la que trabaja en Port Moresby, la capital de Papúa Nueva Guinea. (Foto: Paul Lachi / Cortesía para El Comercio)

Paul no conoce a ningún otro peruano en Papúa Nueva Guinea, el resto del personal extranjero de su empresa es australiano y neozelandés. Tampoco hay embajada. Solo se comunica con la representación del Perú en Australia, que le ha dicho que para volver al país antes necesita llegar a Sidney. Pero hay un gran problema: no existe un vuelo directo de Port Moresby a Sidney.

La capital de Papúa Nueva Guinea solo tiene dos vuelos a Australia, pero son a ciudades ubicadas más al norte del país. Además, cualquier persona que entre a Australia debe pasar 14 días en cuarentena antes de movilizarse, por lo que el viaje de Paul desde Port Moresby hasta Sidney demoraría aún más.

Aquí hasta es difícil que el coronavirus llegue. Port Moresby ha sido catalogada como una de las ciudades más peligrosas del mundo, por eso casi no hay turismo por acá ni muchos casos de COVID-19. Creo que estamos penúltimos en la tabla de la Universidad Johns Hopkins. Cuando sales a la calle, la gente está haciendo su vida como normalmente lo hace. Yo conozco a varias personas de acá y tengo algunos amigos. Cuando les digo que soy de Perú, ellos piensan en América. Ir a América es su sueño. Acá la pobreza es alta y no hay desarrollo debido a la corrupción. Le tengo cariño a este país, pero yo necesito llegar a casa con mi familia. Ya no puedo esperar más”.

Una especialista en desarrollo internacional en Nepal

Cuando Celia Ortiz terminó su visita a las montañas de Katmandú, en Nepal, el mundo ya no era el mismo. El 22 de marzo, apenas recuperó la señal de su celular, se enteró de que el Perú y Nepal habían cerrado sus fronteras. La peruana de 40 años, economista especialista en políticas sociales y desarrollo internacional, llegó a Tanzania en febrero para mantener reuniones de coordinación, como parte de su trabajo en una ONG que ve temas de cambio climático. Permaneció en el país africano hasta inicios de marzo. Luego, aprovechó para visitar a una de sus mejores amigas en Nepal, donde terminó varada.

Celia ya no tiene trabajo, se mantiene gracias a lo que le queda de sus ahorros. Se encuentra hospedada en la casa de una familia nepalí en Patan, en el Valle de Katmandú. Todos los días espera tener novedades de la Embajada del Perú en la India, la legación que atiende los requerimientos de los cinco peruanos en Nepal que aguardan un vuelo de repatriación.

Celia Ortiz, de 40 años, tenía un pasaje de avión para volver al Perú, pero su vuelo fue cancelado. (Foto: Celia Ortiz / Cortesía para El Comercio)
Celia Ortiz, de 40 años, tenía un pasaje de avión para volver al Perú, pero su vuelo fue cancelado. (Foto: Celia Ortiz / Cortesía para El Comercio)

Hasta ahora, las autoridades solo les han ofrecido opciones inviables. Durante la última semana, se les planteó la posibilidad de pagar un vuelo chárter de Nepal a Sao Paulo, pero luego descartaron la propuesta porque no había garantías de que, tras aterrizar, hubiera un vuelo de Brasil al Perú.

Por estos días, la peruana se hace cargo de forma remota de su mamá, una persona mayor con muchas enfermedades. Celia está pendiente de que tome sus medicinas y que le llegue la comida a su casa en Lima, mientras ella cumple una estricta cuarentena en Nepal.

Acá en Katmandú, por ser la capital, la cuarentena es más rígida. Al inicio había pocos casos, pero en el último mes han empezado a subir, sobre todo por los contagios en la frontera con la India. Yo hago una cuarentena muy estricta. Soy la única extranjera en este hostal y acá hay dos adultos mayores. No quiero arriesgarlos. Nepal tiene una cultura bastante tradicional. La familia es muy importante. Yo me estoy quedando con una familia Newari, cultura autóctona de Nepal, y en todas las cuadras cercanas las personas tienen el mismo apellido porque existe esa costumbre de estar cerca de la familia. También me sorprende lo mucho que los peruanos nos parecemos a los nepalíes, nos vemos igualitos, aunque acá nadie sabe en qué continente está el Perú. Cuando salía antes de la cuarentena, a mí siempre me hablaban en nepalí. Nepal es un país con mucha paz, pero estar acá en estas circunstancias es muy duro”.

La peruana se hospeda en la casa de una familia nepalí en la ciudad de Patan.
La peruana se hospeda en la casa de una familia nepalí en la ciudad de Patan.

Un mecánico en aviación en República del Congo

Godofredo, quien prefiere no dar su apellido, dice que siente atrapado. La única opción que tiene para volver al Perú es a través de un vuelo humanitario que se espera parta pronto desde Sudáfrica. El problema es que él se encuentra a unos 2.950 km de distancia, en la República del Congo, donde los aeropuertos están cerrados y no hay forma de salir sin la gestión de algún gobierno.

El peruano de 53 años es mecánico de aviación y trabaja reparando los aviones de la aerolínea Trans Air Congo. Desde el 2010, pasa la mayoría del año en el país africano y solo vuelve por un mes y medio al Perú para reencontrarse con su familia. Así tenía planeado hacerlo en marzo, cuando la pandemia lo dejó con el pasaje en la mano. También lo dejó sin trabajo.

El peruano trabajaba reparando los aviones de la aerolínea Trans Air Congo. (Foto: Facebook Trans Air Congo)
El peruano trabajaba reparando los aviones de la aerolínea Trans Air Congo. (Foto: Facebook Trans Air Congo)

La empresa en la que labora paró sus operaciones y él no cobra su sueldo desde marzo. Ya sin motivo para permanecer en África, Godofredo se mantiene como puede en un pequeño departamento que sus empleadores aún le brindan, pero no sabe qué puede pasar después. Cuenta que antes había más peruanos en el país, pero casi todos se han ido. Ahora solo quedan él y un compatriota más. La embajada con la que cuentan es la de Sudáfrica.

Abril fue uno de los meses más difíciles que he pasado aquí porque no tuve dinero ni para comer. Yo recién estoy contando esto porque a veces como padre siento que no debo transmitirle preocupación a mi familia. El coronavirus no se ha extendido aquí de manera tan abrupta como en el Perú, pero no se puede confiar en las cifras que dan las autoridades de aquí. En el Congo hay una democracia disfrazada, en realidad hay un gobierno militar. Existe mucha corrupción. Yo tengo bastantes problemas con los policías porque me ven extranjero, entonces quieren que les dé dinero. Acá el 90% de la población es muy pobre. No hay agua, cortan la luz cada dos días, no hay prensa. La situación es muy difícil. La verdad es que me siento atrapado. No sé cómo voy a salir de acá, pido ayuda para llegar a Sudáfrica. Siento que si no aprovecho el vuelo humanitario que saldrá de Sudáfrica, serán muchos meses más los que pasaré acá”.

La voz del Gobierno

Fuentes de la cancillería informaron a El Comercio que los compatriotas que se encuentran en países donde el Perú no tiene embajada son atendidos a través de nuestros consulados en otras naciones.

Asimismo, señalaron que el Gobierno mantiene los esfuerzos por gestionar vuelos chárteres y que, una vez que estos sean confirmados, se harán las gestiones diplomáticas necesarias en cada caso.

(El Comercio)
(El Comercio)

* Si puede brindar ayuda a alguno de los compatriotas mencionados en esta nota o si se encuentra varado en el extranjero y forma parte del grupo de mayor vulnerabilidad (niños, adultos mayores, sin capacidad financiera o con enfermedades preexistentes) puede comunicarse con nosotros a través de los correos: y .

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus . Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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