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“Es una represalia sin límites”: ¿Cómo el bloqueo de ayuda para Gaza está alejando más a Israel de sus aliados?
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Hace más de un año y medio, el grupo islamista Hamás lanzó un ataque desde Gaza hacia el sur de Israel, en el que murieron más de 1.200 personas —en su mayoría civiles— y fueron capturados unos 200 rehenes. La respuesta militar israelí fue inmediata y se mantiene hasta hoy, con un saldo que supera los 53.000 palestinos muertos y más de 121.000 heridos, según cifras locales. En medio del asedio, la comunidad internacional ha aumentado la presión para el ingreso de ayuda humanitaria al enclave palestino.
La ofensiva israelí en Gaza y el bloqueo prolongado de asistencia han provocado un giro sin precedentes en Europa y otros países aliados. Reino Unido ha congelado negociaciones comerciales con Israel, la Unión Europea revisará su principal acuerdo bilateral, y varias capitales europeas han elevado el tono contra el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
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Europa eleva el tono

El paso más contundente vino desde Bruselas. A pedido de 17 Estados miembros —entre ellos Países Bajos, Austria y Polonia— la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, anunció la revisión del acuerdo de asociación UE-Israel, vigente desde el año 2000. El tratado está supeditado al respeto de los derechos humanos, según su artículo 2. “Es necesario ejercer presión para cambiar la situación”, declaró Kallas.
La iniciativa representa un giro sustancial, especialmente porque fue impulsada por países históricamente reacios a criticar a Israel. España, Irlanda, Eslovenia y Luxemburgo enviaron una carta adicional exigiendo “medidas concretas” si se constatan violaciones al acuerdo.
Desde Londres, el gobierno laborista de Keir Starmer suspendió conversaciones sobre un pacto comercial y convocó a consultas a la embajadora israelí. “El Gobierno de Netanyahu está aislando a Israel de sus amigos y aliados”, declaró el canciller británico David Lammy, quien tildó la ofensiva de “monstruosa” y denunció posibles desplazamientos forzados de la población civil en Gaza.
Puntos de vista en contraste
El deterioro de las relaciones diplomáticas ha abierto espacio para el debate. Para Enrique Banús, director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura, “lo que comenzó como una respuesta a un ataque se ha transformado en una represalia sin límites”. El académico considera que incluso países tradicionalmente cautelosos, como Alemania, enfrentan ahora un dilema moral. “Ya no es posible callar. El propio centro político europeo está diciendo que guardar silencio te convierte en cómplice”, advierte.
El internacionalista Roberto Heimovits considera en cambio que se trata de una reacción puntual. “Más que un cambio estructural, es una respuesta humanitaria. Reino Unido y Francia han elevado el tono, pero otros países como Alemania, Italia o Hungría no lo han hecho. Y Francia tiene antecedentes de usar la crítica a Israel para posicionarse en el mundo árabe”, indica.
Ambos coinciden, sin embargo, en el peso del acuerdo de asociación con la Unión Europea. “Suspenderlo implicaría dejar a Israel fuera de programas clave de investigación, cooperación universitaria y relaciones comerciales”, señala Banús. Heimovits agrega: “Israel tiene interés en mantener ese vínculo, pero también tiene un objetivo estratégico no negociable: impedir que Hamás vuelva a lanzar una masacre como la del 7 de octubre”.

Humanidad, geopolítica y límites
Uno de los principales puntos de fricción es el acceso de ayuda humanitaria a Gaza. La Organización Mundial de la Salud denunció esta semana que ninguno de sus 68 camiones ha logrado entrar en el enclave desde hace meses. El papa León XIV pidió el miércoles 21 que se permita una ayuda “digna”, mientras que Médicos Sin Fronteras calificó la asistencia actual como “ridículamente insuficiente”.
En paralelo, Kallas solicitó a Israel una investigación por los disparos realizados por soldados israelíes contra una delegación diplomática en Yenín, Cisjordania. Entre los diplomáticos atacados había representantes de España, Francia, Italia, Canadá, Dinamarca, Finlandia y Reino Unido, que participaban de una visita organizada por la Autoridad Palestina. El hecho fue denunciado por el Ministerio de Exteriores palestino como un intento de intimidación.
Heimovits reconoce que “Israel puede ser flexible en aumentar la ayuda humanitaria, siempre que se impida que Hamás la use para sus propios fines”. Pero advierte que pedir un cese total del conflicto sin desmantelar al grupo islamista sería visto como una amenaza a largo plazo para la seguridad israelí. El internacionalista recordó que Israel detectó hace tiempo que una parte significativa de la ayuda humanitaria que ingresaba a la franja de Gaza era desviada por Hamás, que la utilizaba para reforzar su control sobre la población civil, revendiendo los productos a precios exorbitantes
Banús, por su parte, subraya el papel moral que recae sobre Europa: “La UE no solo actúa por intereses geopolíticos. Es garante de una visión civilizatoria. Incluso si no logra cambiarlo todo, puede intentar algo y dejar constancia de que lo hizo”.
Desenlace aún incierto

El futuro inmediato dependerá de las decisiones del gobierno israelí. Si permite el ingreso sostenido de ayuda y mantiene su ofensiva de forma contenida, la tensión diplomática podría aliviarse. Pero si continúa el bloqueo, la brecha con Europa se ampliará.
“La clave será encontrar un equilibrio. Si Netanyahu insiste en proseguir la guerra sin permitir más ayuda, la crisis con Europa se agravará”, concluye Heimovits.
Desde Washington, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, respondió a las críticas afirmando que espera que Israel permita la entrada rápida de alimentos y medicinas en los próximos días. Sus declaraciones llegaron durante la audiencia en la Cámara de Representantes y tras el pedido del papa León XIV.
A nivel multilateral, más de veinte países donantes —incluidos Canadá, Alemania, Australia, Italia, Francia y Países Bajos— emitieron una declaración conjunta instando a Israel a autorizar de inmediato la entrada de ayuda humanitaria sin restricciones y permitir que la ONU y las ONG trabajen con independencia para “salvar vidas, aliviar el sufrimiento y defender la dignidad de la población”.
El documento, publicado en el marco del Foro Humanitario Europeo que concluyó este martes en Bruselas, fue firmado también por Kallas y la comisaria de Gestión de Crisis, Hadja Lahbib. Allí se subraya que “el retorno inmediato a un alto el fuego y la aplicación de una solución de dos Estados son la única vía hacia la paz y la estabilidad en la región”.
En un gesto diplomático cargado de simbolismo, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, recibió en audiencia formal a la nueva embajadora palestina, Amal Jadou Shakaa, con el mismo protocolo reservado a otros diplomáticos de países extracomunitarios. Es la primera vez que un representante palestino entrega su carta de misión al máximo nivel institucional europeo.










