
China y Taiwán vuelven a ser los protagonistas. Esta vez ha sido el jefe de operaciones de la Armada de Estados Unidos, Michael Gilday, quien encendió las alarmas anticipadamente. Según él, EE.UU. debe estar preparado para una “posible invasión” porque podría ocurrir incluso este año.
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No es la primera vez que un militar estadounidense toca el tema. En marzo, Phil Davidson, excomandante del Comando del IndoPacífico de Estados Unidos, sostuvo que China estaba “acelerando sus planes para suplantar a Estados Unidos [...] de aquí al 2050″.
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Y agregó: “Está claro que Taiwán forma parte de sus ambiciones y creo que la amenaza es evidente en la próxima década, de hecho, en los próximos seis años”.
Quien también tocó el tema fue el secretario de Estado, Antony Blinken. Esta semana declaró que el enfoque chino con respecto a Taiwán se modificó “en los últimos años”. Se trata, según él, de una “decisión fundamental de que el statu quo ya no era aceptable” y que, en efecto, Beijing desea “la reunificación en un plazo mucho más rápido”.
Con esto en mente, valdría preguntarse qué tan ciertas son estas proyecciones.
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La cuestión china
A finales de setiembre y frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el canciller chino Wang Yi sostuvo que al “defender firmemente el principio de Una China”, “China no sólo defiende su soberanía e integridad territorial, sino que también salvaguarda la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán”. Además, sostuvo que “cualquier obstrucción a la reunificación de China será aplastada por las ruedas de la historia”.
Discurso similar manejó el domingo último el presidente chino, Xi Jinping, quien se dirigió al 20º Congreso del Partido Comunista (PCCh). “La reunificación completa de nuestro país debe y será realizada”, sostuvo.
¿Cómo lo logrará? Xi explicó que desde Beijing se “alentaría la cooperación económica con la isla, que se esforzaría genuinamente por la unificación pacífica”. Sin embargo, de no conseguir sus objetivos, no descarta el uso de la fuerza.
Según AFP, “Taiwán no es aliado de Estados Unidos a través de un tratado, pero el Congreso está obligado por ley a vender(les) armas” para defenderse. Asimismo, “existe un apoyo bipartidista para proteger lo que se ha convertido en una democracia progresista y un vital socio comercial global”.
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Sobre esta polémica, Marco Carrasco, docente de Estudios de Asia Oriental de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad de San Marcos, sostiene que las declaraciones de Xi deben ser analizadas sin descontextualizarlas. Hoy por hoy se viene desarrollando el Congreso Nacional del Partido Comunista Chino y es en ese escenario que el mandatario busca mantenerse en el poder. De allí que sus palabras sobre Taiwán “estén alineadas con el sentimiento político nacional”.
No solo eso. Carrasco destaca que lo primero que se planteó fue una unificación pacífica como “la mejor forma para mejorar las relaciones entre ambos lados del Estrecho de Taiwán”.
Entonces, ¿cómo se explican los comentarios de los militares? Carrasco propone dos ángulos. La primera es la evidente: “China no ha renunciado a la posibilidad de tomar medidas militares si es que se viola su soberanía”. Se podría asumir que, jugadas como la visita de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., a Taiwán, suman al conflicto; aun así, para el especialista son pocas las probabilidades de una invasión porque los resultados serían poco favorables para las naciones que se involucren.
“Para mí, las declaraciones de Xi apuntan a mejorar el ánimo y a señalar el rumbo que no debe perderse”.
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La segunda arista tiene que ver con las proyecciones de tiempo. “Es verdad lo que dijo Michael Gilday sobre que China ha cumplido con sus objetivos en las últimas décadas. Pero ahora no estamos hablando de economía sino sobre geopolítica, cuestión que da menos certezas, así que es difícil dar una fecha”.
Y que Phil Davidson haya señalado al 2027 se explica, dice Carrasco, porque entonces se llevará a cabo el siguiente Congreso Nacional del Partido Comunista Chino. “Estos se organizan cada cinco años y son escenarios para que los líderes rindan cuentas. Que Xi hable sobre la unificación como meta prioritaria da una sensación de alerta. Sin embargo, yo no me tomaría la libertad de pensar en una fecha en la que ocurrirá la invasión”.
“Es cierto que las relaciones entre China, Taiwán y Estados Unidos son tensas en este momento, pero no necesariamente, como se trata de hacer pensar, marcan un punto de inflexión”, concluye Carrasco.
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