Mohamed bin Rashid Al Maktum, emir de Dubai, primer ministro y vicepresidente de los Emiratos Árabes Unidos, quedó envuelto en una nueva polémica suscitada por el crudo testimonio de su primera esposa Randa al-Banna al diario inglés “The Sunday Times”.
En julio de 2019, se hizo pública la pelea entre el jeque y su sexta esposa, la princesa Haya de Jordania. La hermana del rey Abdalá II de Jordania escapó a Londres con sus dos hijos, Jalila de 11 años y Zayed de 7. Desde allí, evitó ser extraditada gracias a la influencia de su hermano.
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Nueve meses antes, había sido la propia hija del emir, la princesa Latifa (33) quien escapó de los dominios de su padre denunciando hechos de violencia y maltratos. “Lo único que le importa a mi padre es su reputación. Él matará gente para proteger su propia reputación”, dijo la joven en el video que publicó como denuncia pública, unos días antes de la fuga. La embarcación en la que viajaba fue interceptada en aguas internacionales y ella fue devuelta a Dubai.
El brutal episodio relatado por su primera esposa confirma las duras condiciones de vida a las que vienen siendo sometidas las mujeres de la familia real de Dubai.
El testimonio de Randa, primera esposa del emir de Dubai
Randa era una adolescente libanesa de 16 años cuando conoció al jeque en una fiesta en Beirut en 1972. El joven heredero, de 23 años en ese entonces, la invitó a Dubai para mostrarle la vida de ensueño que podía ofrecerle, y pronto se casaron.
En 1977 nació su primera hija, Manal. Cinco meses después, sería separada para siempre de los brazos de su madre, quien había solicitado el divorcio. “Perdí a mi familia, perdí mi casa, perdí a mi pequeña hija, perdí mi dignidad y mi orgullo. Pagué todo con el precio del amor”, dijo Randa sobre ese crucial momento.
A lo largo de los años, Randa intentó contactarse con su hija en vano. En el año 2000, regresó a Dubai, dispuesta a exigirle al jeque ver a su hija. Según su relato, él le pasó una dirección y le dijo que acudiera vestida de gala para el tan esperado encuentro. Cuando la mujer llegó se encontró con una fiesta colmada de personas.
“Cuando le pregunté dónde estaba nuestra hija, dijo que estaba ahí adentro”, relató. “Trata de identificarla, quiero ver el instinto de una madre”, le habría dicho el emir. Al día siguiente de ese frustrado episodio, Randa abandonó Dubai, y el mandatario emitió un decreto para prohibirle la entrada al emirato.
Cinco años después, Randa planeaba su regreso a los Emiratos Árabes para presenciar el casamiento de su hija, pero ese viaje nunca pudo concretarse. Unos días antes de la fecha de su vuelo, fue brutalmente golpeada con un bate de béisbol por una persona que nunca fue identificada.
Según el testimonio de Randa, al despertar en el hospital, se encontró con su ex esposo parado a los pies de la cama. El jeque le dijo que no tenía nada que ver con el ataque y que pagaría todos los gastos médicos.
Hoy, a sus 64 años, Randa tiene un único deseo: “Si me permitieran ver a mi hija, me sentiría compensada por todo. Todo lo que quiero es sostenerla en mis brazos otra vez”.
Fuente: “La Nación” de Argentina, GDA