Sismo de 8,8 en Kamchatka: por qué un terremoto tan potente provocó escasos daños

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Y razones para el estado de alarma habían, ya que el movimiento telúrico -cuyo epicentro se localizó a 20,7 km de profundidad y a 133 km al suroeste de la capital regional Petropávlovsk-Kamchatski- es el octavo de mayor magnitud que se ha registrado en el mundo. Sin embargo, horas después de que se remeciera la tierra en Kamchatka, los daños resultaron leves, a pesar de las poderosas réplicas que aún afectan a los habitantes de la zona.

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Es así que la agencia de noticias rusa Interfax solo ha reportado algunos heridos, pero ningún fallecido a causa del terremoto, aunque un análisis más a fondo de los efectos del sismo tendrá que esperar una semana. En Petropávlovsk-Kamchatski una guardería se derrumbó durante el movimiento telúrico, pero se evitó una tragedia debido a que estaba siendo remodelada cuando ocurrió el terremoto y se encontraba vacía. Mientras tanto, una persona resultó herida luego de que uno de los paneles del techo de un recién inaugurado aeropuerto local le cayera encima.

No todos los efectos fueron menores, con olas de casi seis metros de altura golpeando la ciudad rusa de Severo-Kurilsk, ubicada al norte de las islas Kuriles a unos cientos de kilómetros del epicentro del sismo. Según reportes, el agua alcanzó una zona costera de hasta 200 metros de la orilla, inundando edificios cercanos a la costa.

Pero en general, los efectos han sido mucho menores a los del último gran terremoto ocurrido en el planeta, el desastroso movimiento telúrico de magnitud 9,0 que azotó la región de Tohoku, Japón, el 11 de marzo del 2011, el cual dejó casi 20 mil víctimas mortales, por lo que cabe preguntar qué factores mitigaron los efectos en Kamchatka.

Factores de riesgo

Una de las razones parece haber sido la preparación. El Comercio conversó con Christian Elescano, especialista en Geotecnia y docente de la Carrera de Ingeniería Civil de la Universidad Científica del Sur, quien señaló que al igual que el Perú, Kamchatka está ubicada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una región con una alta actividad sísmica por la convergencia de placas tectónicas.

“En el caso de Kamchatka, yo diría que el escenario es un poco más desfavorable que el de nuestro país, porque la zona está marcada por la colisión y subversión de varias placas tectónicas como la placa del Pacífico, la de Nazca, la de Cocos, la placa filipina, la australiana, la norteamericana y la sudamericana, lo que lo hace muy susceptible a que hayan eventos sísmicos”, señala.

Esta convergencia de factores hace que Kamchatka haya sido el epicentro del mayor terremoto en la historia de Rusia, cuando el 5 de noviembre de 1952 la región sufrió uno de magnitud 9,0 que dejó 2.336 muertos, una costosa lección que llevó a que, según reportes de sitios como el New York Times, las construcciones de los hogares fueran reforzadas con varillas de metal para aguantar los terremotos comunes en la región, mitigando los posibles daños.

“En el caso de Kamchatka, es posible que no se hayan registrado tantos daños porque ellos tienen la cultura de construir edificaciones más rígidas o más resistentes, que obviamente mitigan el efecto del terremoto”, considera Elescano. “También he visto que hacen sistemas de mejoramiento de suelos, al igual que Japón, para mitigar las ondas sísmicas. Porque a mí de nada me sirve diseñar o construir una edificación rígida o resistente si las condiciones del suelo son desfavorables”.

“Cuando hablamos de un terremoto, tenemos distintos factores más allá de la propia magnitud”, indica a El Comercio Marck Regalado, docente de Ingeniería Civil en la Universidad de Lima. “Hay una fórmula que seguimos los ingenieros civiles en la que el riesgo sísmico depende del peligro, que viene a ser la magnitud del evento sísmico; la exposición, en la que se toma en cuenta la densidad poblacional y la presencias de estructuras en la zona afectada; y la vulnerabilidad, en la que se mide cuestiones como la calidad de las construcciones, así como también el suelo donde se construyen -un suelo rígido es preferible a uno blando en cuestión sísmica- e incluso también la educación de las personas, si toman los simulacros con seriedad”.

En el caso de Kamchatka, el experto opina que esta región parece mostrar construcciones formales diseñadas para aguantar sismos, lo que ayudado por su poca densidad poblacional -con menos de 300 mil habitantes en un territorio del tamaño de Suecia- ayudó a evitar, según las informaciones oficiales, la pérdida de vidas humanas.

Una situación diferente a la que sufriría nuestro país en un evento similar, ya que como señala Regalado tenemos en varios lugares una alta densidad poblacional en medio de una situación de autoconstrucción en la que rara vez se utilizan los estándares necesarios para resistir temblores, mientras que los suelos blandos de algunas zonas pueden amplificar las ondas sísmicas. Por último, en cuestión de educación, podemos ver que parte de la población peruana ignora las alertas de evacuación y los simulacros de sismo.

Alertas de tsunamis

El terremoto de este miércoles 30 también desató alertas de tsunami alrededor del globo, incluyendo el Perú, que cerró una gran cantidad de puertos bajo la advertencia de oleajes anómalos. Alertas similares ocurrieron uy precauciones se tomaron en países como Japón, Estados Unidos y varios de nuestros vecinos en América del Sur, pero no se reportaron daños mayores en nuestras costas ni en las del resto de naciones.

“Eso tiene que ver con las distancias, en nuestro caso particular la que separa Kamchatka del litoral peruano que es bastante amplia”, resalta Christian Elescano. “Recordemos el terremoto del 2007, cuyo epicentro fue a 40 kilómetros al oeste de Pisco, en pleno mar peruano. Ahí, como la distancia fue menor, las olas fueron un poquito más elevadas y casualmente el tiempo de arribo a las costas de Chile y de Pisco fue de solo 20 a 25 minutos. En cambio, en el caso de Kamchatka, la distancia es más elevada y obviamente las olas que van a venir al litoral peruano son menores”.

Por su parte, Marck Regalado advierte que hay que continuar estando atentos. “Varios estudios y mapas que se han hecho con simulaciones de la propagación de estas ondas oceánicas registran alturas de hasta tres metros de alto, por lo que considero que sí es importante mantenerse alertas no solo en Lima , sino en distintas zonas costeras con una altitud muy baja, que sí podrían ser afectadas. Considero bien lo que se ha hecho con la restricción de accesos a ciertas áreas recreativas en las playas y hay que mantenerse en estado de atención”.