Cuando la prensa empezó a llamarlo y hasta a pedirle un artículo de opinión sobre el tema, el reconocido astrónomo Seth Shostak no se sorprendió. Aunque resulta evidente que irrumpir en una base militar de Estados Unidos es cualquier cosa menos una buena idea, el revuelo causado por un evento en Facebook que llamaba a asaltar este fin de semana el Área 51, en el desierto de Nevada, había escalado hasta convertirse en un asunto de interés nacional e internacional.
Después de todo, más de 3 millones de personas habían confirmado su asistencia a la misteriosa base, que por décadas ha inspirado toda clase de teorías conspirativas sobre extraterrestres y ovnis.
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“A pesar de que [el evento] realmente nació como una broma, la fascinación del público con los aliens visitantes es muy grande. ¡Un tercio de los estadounidenses piensa que algunos objetos voladores no identificados [OVNI] sobre los que se ha reportado son en realidad naves extraterrestres!”, dice a El Comercio Shostak, astrónomo senior del Instituto para la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI), con sede en California.
El alboroto tuvo su origen alrededor de las 2 de la madrugada del 27 de junio desde la computadora de Matty Roberts, un universitario californiano de 20 años que decidió matar el aburrimiento creando el evento “Asalto al Área 51, no pueden detenernos a todos”. Acababa de nacer la convocatoria viral del verano en Estados Unidos.
Pero Matty, que desde entonces ha dado muchas entrevistas a medios locales, tuvo que pisar tierra rápidamente cuando recibió la visita del FBI y una advertencia de la Fuerza Aérea de su país. El enojo –y preocupación– de las autoridades fue tal, que condados aledaños a la base emitieron declaraciones de emergencia.
Lo que pasó después fue mucho menos interesante. El joven contrató a dos abogados, eliminó el evento, dijo que todo fue una broma y advirtió a los que aún insistían en asaltar el Área 51 que en lugar de extraterrestres y secretos, encontrarán el camino a la cárcel. Pero la fiebre alienígena solo siguió aumentando. Festivales paralelos con temática extraterrestre se realizan en estos días en ciudades cercanas (como Rachel y Hiko) y el propio Matty organizó un festival de música el jueves, aunque en Las Vegas, una locación mucho menos controversial.
Pese a las opciones, no son pocos los que insisten en asaltar el Área 51, varios de ellos porque están convencidos de que el gobierno oculta algo y quieren saber qué es.
–Secretos en el desierto–
Fue en el 2013, después de medio siglo de todo tipo de teorías y secretos, que el Gobierno Estadounidense reconoció oficialmente la existencia del Área 51 en el desierto de Mojave, en Nevada, a 160 km de Las Vegas.
Para decepción de muchos, los documentos desclasificados revelaron que el complejo militar más ultrasecreto de la nación apenas era una zona de ensayo para aviones de espionaje U-2 y Oxcart establecida en 1955, durante la Guerra Fría.
Sin embargo, esa explicación no ha frenado a los ufólogos y a otros apasionados de lo desconocido, que continúan convencidos de la veracidad de decenas de avistamientos de OVNIS (descartan que se tratara de aviones espía en el cielo) y de que el Área 51 es el lugar en el que el gobierno esconde los restos de extraterrestres que fueron recogidos tras la caída de un platillo volador cerca de Roswell, en Nuevo México, en 1947.
Para el astrónomo Seth Shostak, la fascinación por estas teorías conspirativas se explica porque la mayoría de lo que las personas saben sobre la vida extraterrestre es lo que ven en la televisión y el cine. “Pero eso es entretenimiento, no ciencia”, apunta.
De hecho, el científico explica que “realmente no hay conexión con el Área 51 en nuestro trabajo. Incluso conocí a alguien que trabajó en el Área 51, un lugar donde hoy se prueban nuevos aviones militares. No hay extraterrestres allí. Simplemente no los hay, aunque nuevamente muchas personas parecen pensar lo contrario”.
–Desafío a la ley–
Haciendo un llamado a la paciencia, Shostak recuerda que hoy es imposible saber si hay vida en algún lugar más allá de la Tierra, pero no lo descarta. “Creo que sabremos mucho más en 20 años, aproximadamente; solo tenemos que esperar y ver. Pero dado que hay alrededor de un millón de millones de planetas en la galaxia de la Vía Láctea [y una cantidad aún mayor de lunas], ¡parece bastante improbable que nuestro planeta sea el único lugar con vida!”, afirma el astrónomo.
Quienes no puedan aguantar la espera deben saber que las autoridades frenarán a los visitantes indeseados en el Área 51 y que la justicia terrícola caerá sobre ellos. Dos ‘youtubers’ holandeses, arrestados el 10 de setiembre por intentar entrar a la misteriosa base militar, fueron sentenciados anteayer a un año de cárcel, aunque podrían ser liberados en estos días si pagan US$4.500 en total.
ENTREVISTA
“SON HISTORIAS QUE VENDEN Y DISTRAEN”
Vanessa Navarrete
Física de la Agencia Espacial del Perú (Conida)
—¿Persiste la búsqueda activa por saber si estamos solos?
Hay mucho interés en descubrir si estamos solos. Hay una fijación con Marte y por ello se está volviendo a la Luna como un entrenamiento previo, primero orbitándola y luego para instalar a futuro una estación lunar. También hay otro proyecto para ir a las lunas de Júpiter y ver sus condiciones de habitabilidad. Nuestra búsqueda se va limitando por nuestros instrumentos, pero se sigue trabajando.
—¿Cómo van esas investigaciones?
Las posibilidades de que surja la vida como en nuestro planeta, y en este mismo momento, es muy difícil. Con la ecuación de Drake se busca calcular la probabilidad de encontrar vida inteligente. Aplicada a nuestra galaxia, en el mejor de los escenarios habría diez planetas con estas probabilidades; en el peor, seríamos los únicos. Pero a la fecha solo hemos explorado una pequeña fracción de nuestra galaxia.
—¿Qué piensa de la fascinación por las teorías conspirativas?
Es que son historias que venden y distraen. Lamentablemente la distracción vende.
—¿Cómo afecta eso el trabajo científico?
Diría que mucha gente se ve confundida porque no tiene la información adecuada. Cuando alguien convence a la gente de que vivió con extraterrestres, perdemos científicos, gente crítica que tiene mucho que aportar.