Los candidatos presidenciales en , la demócrata y el republicano , se enfrentaron en su segundo debate, un encuentro arriesgado en el que ambos trataron de demostrar su empatía con los votantes, y al que llegaron en un momento especialmente tenso. Puedes revivir la polémica en esta nota.




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El debate presidencial de hoy entre Donald Trump y Hillary Clinton se ve aderezado no solo por los comentarios sexistas del candidato republicano, sino también porque Wikileaks difundió algunos discursos privados que dio la demócrata en Wall Street.

Justamente esos fueron los temas que circularon durante buena parte del debate presidencial entre Donald Trump y Hillary Clinton, en el que ambos candidatos se lanzaron duras puyas. La demócrata apuntó sobre las inexactitudes de su rival y sus ofensas hacia las mujeres, mientras que Trump se defendió recordando acusaciones sobre Bill Clinton.

Otros temas que estuvieron en el tapete en el segundo round del debate presidencial entre Hillary Clinton y Donald Trump fueron la política estadounidense en Siria y el pago de impuestos por parte del republicano. Sobre el primer tema Clinton señaló que 
apoya investigar a Rusia por "crímenes de guerra" mientras que sobre el segundo, Trump admitió haber usado vacíos en al ley tributaria para pagar menos impuestos.

El debate presidencial cerró así un día que se ha visto matizado por los decesos a causa del huracán Matthew en territorio americano y un desfile por el Día de la Hispanidad en Manhattan que fue encabezado por una de las más recalcitrantes opositoras de Donald Trump por estos días, la ex reina de belleza Alicia Machado.

Antes del debate presidencial contra Hillary Clinton, Donald Trump buscó un golpe de efecto presentándose ante la prensa junto a Juanita Broaddrick, Paula Jones, Kathleen Willey y Kathy Shelton, cuatro mujeres que acusaron a Bill Clinton, ex presidente y esposo de la candidata demócrata, de abusar sexualmente de ellas.

PREVIA

Hillary Clinton vs. Donald Trump: Los candidatos se enfrentaron en segundo debate. (AFP)

Cuando falta justo un mes para las elecciones del 8 de noviembre, Hillary Clinton y Donald Trump son conscientes de lo mucho que se juegan en el debate de este domingo en San Luis (Misuri), un encuentro en el que la mitad de las preguntas las harán votantes indecisos de esa ciudad que han sido seleccionados por la consultora Gallup.

El riesgo es mayor para Donald Trump, cuya actuación en el primer debate le perjudicó en las encuestas y que ahora afronta una oleada de críticas tras la revelación este viernes de un vídeo en el que hacía declaraciones denigrantes sobre las mujeres.

"Donald Trump no puede permitirse otro mal debate", dijo a Efe William Lowry, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Washington en Saint Louis, donde se celebrará el nuevo cara a cara.

Mientras Hillary Clinton ha pasado los últimos días encerrada con sus asesores para practicar su lenguaje corporal y su estilo a la hora de responder directamente a las preguntas de los votantes, Donald Trump le ha dedicado menos tiempo porque no necesita "ensayar cómo ser humano", según dijo la semana pasada al diario The New York Times.

Aún así, los asesores de Donald Trump le han obligado a mantener encuentros informales para prepararle y evitar que repita la improvisación que marcó su primer debate contra Hillary Clinton, especialmente dada su escasa experiencia interactuando con votantes indecisos.

"Donald Trump no empatiza demasiado bien con la gente que no forma parte de su base principal de votantes", explicó a Efe una experta en comunicación política de la Universidad de Boston, Tammy Vigil.

"Si percibe que la gente que le pregunta es 'anti Trump', aunque solo sean votantes indecisos, puede ponerse nervioso y sentirse tentado a contraatacar. Su temperamento puede volverse en su contra, especialmente al final de la noche. Como vimos en el primer debate, Donald Trump es menos disciplinado a medida que pasa el tiempo", añadió.

Después del primer debate, en el que todas las preguntas las hizo un único moderador, Donald Trump dijo que había estado a punto de atacar a su rival con las infidelidades del expresidente Bill Clinton, y amenazó con ser más duro con Hillary Clinton en el siguiente encuentro.

Es posible que el magnate juegue esa baza si Hillary Clinton saca a relucir el vídeo con sus comentarios sobre las mujeres, aunque eso podría "tener un efecto bumerán y ganarle simpatías" a la candidata demócrata, cuya popularidad aumentó durante el escándalo de Mónica Lewinsky hace casi dos décadas, pronosticó Vigil.

"Además, eso reforzaría su imagen de misógino", puntualizó, por lo que a Donald Trump le conviene más alejarse de los ataques personales a Hillary Clinton y limitarse a los "profesionales", o "centrarse en dar una imagen positiva de sí mismo".

En cuanto a Hillary Clinton, percibida por muchos votantes como distante y calculadora, "tiene que intentar ser más afable sin que parezca que está intentando ser más afable", resumió Vigil.

"Por otra parte, su tendencia a proporcionar más detalles de lo necesario (sobre sus ideas políticas) presenta un problema en este formato. Su esposo fue realmente uno de los mejores en este estilo porque combinaba un poco de detalle con un montón de empatía", algo que a ella le cuesta más, indicó la experta.

El formato de debate con preguntas de votantes ("town hall", en inglés) nació en las elecciones de 1992 y supuso un enorme impulso para la campaña de Bill Clinton, que competía contra el presidente George H. W. Bush y el candidato independiente Ross Perot.

El fallo de Bush al mirar el reloj mientras le hacían una pregunta y sus respuestas asépticas contrastaron con el carisma de Hillary Clinton, que se acercó a una votante para mirarla a los ojos y preguntarle cómo le estaba afectando a ella la deuda nacional.

El segundo debate se celebra en Misuri, un estado del medio oeste que colinda con el cinturón industrial de EE.UU. y en el que Donald Trump le saca diez puntos de ventaja a Hillary Clinton, impulsado por amplias zonas rurales en las que "el derecho a portar armas, los impuestos y la oposición al aborto" mueven votos, según el experto local Lowry.

La mitad de las preguntas correrán a cargo de dos moderadores, los periodistas Anderson Cooper y Martha Raddatz, que podrían plantear temas ignorados en el primer debate, como la inmigración.

Aunque aún queda un último debate, el 19 de octubre en Las Vegas (Nevada), muchos expertos creen que éste será especialmente decisivo para Donald Trump, dado que una nueva actuación decepcionante, sumada a los últimos escándalos, puede inclinar a algunos indecisos hacia Hillary Clinton y ampliar la ventaja nacional de la ex secretaria de Estado.

Fuente: EFE

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