Luego de semanas de incertidumbre y presiones dentro de su propio partido, este domingo el presidente Joe Biden finalmente renunció a su nominación como candidato de los demócratas para los comicios de noviembre. En un mensaje posterior, el político instó a sus bases a trasladar su apoyo a su compañera de fórmula Kamala Harris; sin embargo, a poco más de 100 días para la contienda electoral la actual vicepresidenta no tiene asegurada su nominación en la tienda azul.
MIRA: El Comité del Partido Demócrata promete un proceso transparente para elegir a un candidato de consenso
“Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año. Demócratas: es hora de unirse y vencer a Trump. Hagámoslo”, escribió el mandatario a través de su cuenta en la red social X.
Harris, quien hizo historia en enero del 2021 al convertirse en la primera mujer, la primera afroestadounidense y la primera persona de origen asiático en ser vicepresidenta del país, se confesó “honrada” por recibir el apoyo de Biden y prometió hacer todo lo posible para “unir al Partido Demócrata” y “derrotar a Donald Trump”.
My fellow Democrats, I have decided not to accept the nomination and to focus all my energies on my duties as President for the remainder of my term. My very first decision as the party nominee in 2020 was to pick Kamala Harris as my Vice President. And it’s been the best… pic.twitter.com/x8DnvuImJV
— Joe Biden (@JoeBiden) July 21, 2024
Una carrera llena de hitos
En marzo del 2023, Biden aseguró que Harris había “roto un techo de cristal tras otro” a lo largo de su carrera y ahora, con una alta probabilidad de obtener la nominación demócrata, esta política de 59 años queda a puertas de volver a hacer historia.
Desde pequeña, su madre, Shyamala Gopalan Harris, una investigadora de cáncer y activista por los derechos civiles, involucró a Kamala en su herencia india y en la cultura negra de su natal Oakland, California. Harris asistió a la Universidad de Howard, una de las principales universidades históricamente negras de la nación, donde desarrolló habilidades de debate y un fuerte sentido de identidad y propósito. Esta formación temprana sentó las bases para su carrera en el servicio público y su eventual ascenso en la política estadounidense.
Comenzó su carrera legal en la Oficina del Fiscal del Distrito del Condado de Alameda, luego se convirtió en fiscal de distrito de San Francisco en 2003, y más tarde fue la primera mujer y la primera persona negra en servir como fiscal general de California.
En el 2014 se casó con el abogado Doug Emhoff y se convirtió en madrastra de sus dos hijos, ganándose el cariñoso apodo de “Momala”. Su familia ha sido destacada por los medios estadounidenses como un ejemplos de la evolución de las estructuras familiares en el país.
En 2017 fue electa senadora de California, destacándose como una de las estrellas en ascenso del Partido Demócrata. Esto la llevó a tentar la nominación demócrata en el 2020, pero vio frustrada su campaña antes incluso de que inicien las primarias. Sin embargo, al convertirse en candidato Biden la nombró su compañera de fórmula.
Cometió algunos errores en temas sobre diplomacia e inmigración durante sus primeros meses como vicepresidenta pero a la fecha Biden asegura que elegirla como compañera de fórmula fue “la mejor decisión” que pudo tomar.
Harris ha destacado como una figura clave en la defensa de los derechos reproductivos y otras importantes iniciativas legislativas. En el 2022 fue una ferviente defensora del derecho al aborto y no dudo en enfrentarse a la Corte Suprema tras la sorpresiva anulación del histórico fallo del caso Roe vs. Wade.
“Algunos líderes republicanos intentan usar la ley contra las mujeres. ¡Cómo se atreven! ¡Cómo se atreven a decirle a una mujer lo que puede o no puede hacer con su propio cuerpo!”, dijo Harris.
A ganarse la nominación
La renuncia de Biden a poco más de 100 días de las elecciones es inédita en la historia política estadounidense. Muestra de ello es que el Partido Demócrata no tiene un protocolo establecido para proceder en este tipo de casos.
Al respecto, el Comité Nacional Demócrata afirmó este domingo que en los próximos días el partido emprenderá un proceso “transparente y ordenado” para reemplazar a Biden.
“El trabajo que debemos realizar ahora, si bien no tiene precedentes, es claro. En los próximos días, el Partido emprenderá un proceso transparente y ordenado para avanzar como un Partido Demócrata unido con un candidato que pueda derrotar a Donald Trump en noviembre”, apuntó en un comunicado el presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison.
El Partido Demócrata espera celebrar su convención el próximo 19 de agosto; sin embargo, se esperaba tener al candidato definido para el día 9 del mismo mes para así poderlo incluir en las papeletas electorales de Ohio.
Ahora se presentan dos escenarios probables. En el primero, si al menos 1.968 de los más de 3.800 delegados que respaldan a Biden muestran su apoyo a Harris tendríamos una nueva nominada de forma automática.
Sin embargo, estos delegados no están obligados a hacerlo, lo que abre el segundo escenario, uno en el que Harris no alcanza el mínimo de delegados y por primera vez desde 1968 el Partido Demócrata celebraría una convención abierta.
En estas primeras horas posteriores al anuncio de Biden, Harris ha conseguido el apoyo del expresidente Bill Clinton y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton. “Es el momento de apoyar a Kamala Harris y de luchar con todo lo que tenemos para que sea elegida. El futuro de Estados Unidos depende de eso”, indicó en un comunicado el matrimonio Clinton.
El mensaje contrastó con el del también expresidente Barack Obama, quien aseguró tener “una enorme confianza en que los líderes de nuestro partido serán capaces de crear un proceso del que surja un candidato extraordinario” sin mencionar a Harris.
Otras figuras destacadas del partido como la influyente congresista californiana Nancy Pelosi o el líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, no han expresado su simpatía por nadie.
El fin de semana, el analista político, profesor de UCLA y comentarista de CNN en Español Octavio Pescador aseguró a El Comercio que si bien Harris es la reemplazante natural de Biden “ella deberá ganarse el voto de los delegados. Es decir, no la considerarían como un pase automático”.
Esto se debería, principalmente, a que “Harris no goza de la mayor popularidad en todos los sectores demócratas, no tiene demasiado carisma y algunos no le ven opciones reales de ganarle a Trump”.
Sin embargo, los sondeos publicados desde que comenzó a vocearse la renuncia de Biden a la nominación han mostrado que la vicepresidenta posee opciones reales para enfrentarse al mediático republicano.
Una encuesta publicada el 9 de julio por la firma Bendixen & Amandi Inc., pone a Kamala Harris un punto sobre Donald Trump, a quien superaría por 42% - 41%.
En otra encuesta realizada por CNN y SSRS, Trump estaría a la delantera con un 47% de los votos, mientras que Harris sumaría 45%.
Otro sondeo, difundido por Ipsos/Reuters el último martes, le da un 42% de intención de voto a Harris frente a un 43% de Trump.
En todos los casos la diferencia entre ambos candidatos se considera como un empate técnico por encontrarse en el margen de error del estudio.
Al cierre de este artículo ningún otro demócrata expresó sus deseos de disputarle la candidatura a Harris; sin embargo, esto podría cambiar rápidamente ya que solo hace falta contar con el apoyo de 300 delegados para presentarse como candidato a la nominación.