David Lochridge trabajó desde el 2015 hasta el 2018 para OceanGate, la empresa dueña del sumergible Titán que implosionó cuando se dirigía a explorar el Titanic en el fondo del mar. En un correo electrónico que envió a otro exasociado de la compañía, expresó sus preocupaciones sobre posibles fallas de seguridad de esa nave. También había elaborado un demoledor informe que molestó al dueño de la compañía, que finalmente lo despidió.
De acuerdo con The New Yorker, David Lochridge es un escocés que durante tres décadas se desempeñó como piloto de sumergibles e ingeniero, primero en la Royal Navy británica y luego como contratista privado.
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Antes de laborar para Stockton Rush, el CEO de OceanGate, Lochridge trabajó en parques eólicos marinos en el Mar del Norte; en la instalación de cables submarinos en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico; en pruebas de submarinos tripulados con la Armada de Suecia y en operaciones de rescate de submarinos para las armadas del Reino Unido y de Singapur.
En el 2015, OceanGate anunció que había construido su primer sumergible, en colaboración con el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad de Washington. Según el New Yorker, en realidad se trató de un reacondicionamiento cosmético y eléctrico de una embarcación ya existente a la que bautizaron como Cyclops I. Esta nave tenía un casco de presión en forma de cápsula y estaba hecha de acero, con una gran ventana de acrílico en un extremo. Fue diseñada para sumergirse no más de 500 metros.
El New Yorker precisa que la mayoría de los sumergibles tiene sistemas de control duplicados, que funcionan con baterías separadas. Ello para que en caso de una falla un sistema reemplace al otro. Pero durante el acondicionamiento del Cyclops I, los ingenieros de la Universidad de Washington lo prepararon para que funcionara con un solo controlador de PlayStation 3.
Stockton Rush quería que su compañía entre en el negocio de las exploraciones hacia el Titanic, que está a unos 3.800 metros de profundidad en el Atlántico. Para ello, OceanGate necesitaba un nuevo sumergible.
Pero en lugar de mandar a construir uno nuevo, Rush decidió mantener la mayoría de los elementos de diseño del Cyclops I para adaptarlos a la futura nave que sería capaz de llegar al Titanic.
Un sumergible sin certificación
Rush se acercó a Rob McCallum, quien en el futuro lideraría las expediciones de OceanGate.
“Quería que yo dirigiera su operación hacia el Titanic”, recordó McCallum al New Yorker.
“En ese momento, él sabía que yo había realizado viajes de expedición comercial al Titanic. El plan de Stockton era ir un paso más allá y tener un vehículo que fuera capaz de llevar a varios pasajeros”, sostuvo McCallum.
McCallum visitó un taller que está en las afueras de Seattle y en ese lugar examinó el Cyclops I. Dijo que lo que vio lo perturbó. “Todos bebían Kool-Aid y hablaban de lo geniales que eran con una PlayStation de Sony”, recordó. “En ese momento dije: ‘¿Sony sabe que han utilizado su mando?’ Porque, ya sabes, esto no es para lo que fue diseñado. Ahora tienes el controlador de mano, una unidad Wi-Fi, una caja negra, todo controlando los propulsores del submarino. Había múltiples puntos de falla”, agregó.
Rush dijo a McCallum que el sistema funcionaba con Bluetooth. “Todos los submarinos del mundo tienen controles cableados por una razón: si se corta la señal, no estás jodido”, manifestó McCallum.
McCallum recordó que un día se subió al Cyclops I para una inmersión de prueba. Allí conoció a David Lochridge, que era jefe de pilotos de OceanGate.
“Fue divertidísimo, porque había cuatro operadores muy experimentados en el submarino, atascados a veinte o veinticinco pies, y tuvimos que sentarnos allí durante unas horas mientras lo resolvían”, dijo McCallum.
Luego, Rush decidió que no intentaría que una agencia de certificación marina clasificara el vehículo que preparaba para las exploraciones al Titanic.
Entonces, McCallum renunció a estar asociado con el proyecto. “En el momento en que me enteré de que no iba a certificar el vehículo, fue cuando dije: ‘Lo siento, simplemente no puedo involucrarme’”.
Los problemas de seguridad de Cyclops II, el futuro sumergible Titán
El nuevo sumergible para llegar al Titanic sería el Cyclops II (que posteriormente fue bautizado como Titán). Este necesitaba tener capacidad para albergar a tantos pasajeros como fuera posible.
Inicialmente Rush planeaba tener espacio para un guía que conociera sobre el Titanic y tres pasajeros (la versión final tuvo capacidad para 5 personas).
En diciembre del 2016, OceanGate anunció que había comenzado la construcción del Cyclops II. Informó que su sección media cilíndrica estaría hecha de fibra de carbono. “La fibra de carbono es tres veces mejor que el titanio en cuanto a resistencia a la flotabilidad”, dijo Rush.
A fines del 2017, OceanGate dijo que comenzaría las pruebas tripuladas para Cyclops II en el mar de las Bahamas.
Pero David Lochridge creía que existía la posibilidad de que las pruebas terminaran en una catástrofe. Además, en su contrato se especificaba que él era el responsable final de “garantizar la seguridad de toda la tripulación y los clientes”.
Por ello, planteó preguntas sobre posibles fallas en los procesos de diseño y construcción. Pero sus preocupaciones fueron descartadas por OceanGate.
Luego, el 18 de enero de 2018 Lochridge estudió cada componente principal del sumergible y encontró varios aspectos defectuosos o no probados.
Redactó un informe detallado y adjuntó fotografías de los elementos de mayor preocupación, como la exoestructura y las cápsulas eléctricas que usaban diferentes metales, lo que podría provocar corrosión galvánica cuando se exponen al agua de mar. Los cables del propulsor planteaban “peligros de enganches”. La baliza satelital de iridio, para transmitir la posición del sumergible después de salir a la superficie, se adjuntó con bridas. El piso era altamente inflamable y el envoltorio interior de vinilo emitía “gases altamente tóxicos al encenderse”, entre otras fallas.
Al evaluar el casco de fibra de carbono, Lochridge descubrió que tenía “signos muy visibles de deslaminación y porosidad”. Dijo que parecía posible que, después de inmersiones repetidas, terminaría desmoronándose. La única forma segura de bucear, concluyó Lochridge, era realizar primero un escaneo completo del casco.
“Hasta que se implementen y cierren las acciones correctivas adecuadas, Cyclops II (Titán) no debe ser tripulado en ninguna prueba”, escribió.
Rush vio el informe y enfureció. Insistió en que no era necesario realizar pruebas en el casco; en su lugar, se montaría un sistema de monitoreo acústico para detectar fibras deshilachadas. Según la compañía, el sistema alertaría al piloto sobre la posibilidad de una falla catastrófica “con tiempo suficiente para detener el descenso y regresar a la superficie de manera segura”.
Finalmente, Lochridge fue despedido en represalia por plantear los problemas de seguridad.
"El sumergible es un accidente a punto de ocurrir"
McCallum recordó que cuando Rush anunció que planeaba llevar turistas al Titanic, “la gente me llamaba y decía: ‘Siempre hemos querido ir al Titanic. ¿Qué opinas?’ Y les decía: ‘Nunca entren en un submarino sin certificar. Yo no lo haría, y tú tampoco deberías hacerlo”.
Aprincipios del 2018, McCallum se enteró de que Lochridge había sido despedido de OceanGate. Entonces, le envió un correo electrónico.
“Estoy ansioso por saber exactamente qué tan mal están las cosas. Recibo informes, pero no sé si son precisos”, le dijo McCallum a Lochridge en el mensaje.
“Creo que te sorprenderás aún más cuando te cuente lo que está pasando”, respondió Lochridge. Agregó que temía las represalias de Rush: “Ambos sabemos que tiene influencia y dinero”. “Ese submarino no es seguro para bucear”, advirtió.
“No quiero que se me considere un aguafiestas, pero me preocupa tanto que se mate a sí mismo y a otros en el empeño por impulsar su ego”, escribió Lochridge sobre Stockton Rush.
“Me consideraría bastante audaz cuando se trata de hacer cosas que son peligrosas, pero ese submarino es un accidente a punto de ocurrir”, agregó Lochridge en el correo electrónico a Rob McCallum.
En el 2021 OceanGate empezó a hacer operaciones de exploración hacia el Titanic. Los clientes de Rush firmaban contratos donde se les informaba que era peligroso y les describían todas las formas en las que podían morir, también se les decía que el sumergible era experimental y no certificado.
Stockton Rush murió en la implosión de su sumergible Titán junto a otros tres turistas que habían pagado 250.000 dólares cada uno por explorar el Titanic. También falleció un explorador francés estudioso del trasatlántico.
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