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Trump vuelve a la carga y nombra enviado especial en su afán de anexar Groenlandia: ¿Cuál será su misión y qué podrá negociar?
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A pocas semanas de cumplir un año de iniciada su segunda gestión, Donald Trump ha retomado con fuerza un polémico tema: la incorporación de Groenlandia a Estados Unidos. Y lo ha hecho nombrando a Jeff Landry como enviado especial que promueva sus intereses en la isla. Sin embargo, esta opción no ha sido bien recibida.
“Me complace anunciar que voy a nombrar al gran gobernador de Luisiana, Jeff Landry, enviado especial de Estados Unidos a Groenlandia”, indicó el mandatario, fiel a su estilo, por medio de su red social Truth Social.
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En palabras del presidente de Estados Unidos, Landry “comprende lo esencial que es Groenlandia para nuestra seguridad nacional”. Y es que este es uno de los principales argumentos de la gestión del líder republicano para integrar este territorio perteneciente a Dinamarca.
Horas después de la designación, Trump señaló que su país necesita Groenlandia por “razones de seguridad y protección nacional” y criticó a Dinamarca por “no invertir nada” en la gigantesca isla ubicada entre los océanos Atlántico Norte y Ártico.
El gobernador de Luisiana afirmó que “es un honor” asumir esta función y que “no afecta en absoluto” su trabajo en el estado sureño que gobierna. ¿Qué puede hacer Landry?
El cargo que se le ha dado resulta extraño. Para el analista internacional Jorge Chávez Mazuelos, “es una figura un poco cuestionable” debido a que también está sujeto a la voluntad de interlocución, y Dinamarca ha considerado como “inaceptable” este nombramiento.

“El enviado especial es una suerte de representante diplomático por una misión especial. O sea, no está acreditado ante un gobierno de manera permanente como un embajador residente. Es un enviado que cumple una misión dentro de un marco temporal, pero solo si la otra parte tiene voluntad de tener interlocución contigo”, explica a El Comercio el docente de la Academia Diplomática del Perú.
Y por lo visto, Dinamarca no está dispuesta a discutir la anexión de Groenlandia. Por el contrario, convocó al embajador estadounidense en el país europeo, Ken Howery, y ha pedido “respetar las fronteras danesas”.
“Estamos abiertos a la cooperación con otros países, incluido Estados Unidos, pero con respeto a nuestros valores y aspiraciones. Estamos unidos y nunca seremos destruidos”, indicó el primer ministro de Groenladia, Jens Frederik Nielsen. Si bien la isla forma parte del territorio de Dinamarca, también es sabido que goza de cierta autonomía.
La nueva medida de Donald Trump ha sido rechazada por varias voces en Europa. La Comisión Europea reiteró que la preservación de la integridad territorial de Dinamarca es "esencial para la Unión Europea (UE)", aunque Anouar El Anouni, portavoz de Asuntos Exteriores, evitó comentar la designación que realizó el presidente de Estados Unidos. Por otro lado, el gobierno alemán reiteró que el futuro de Groenlandia está en manos de los groenlandeses y que la integridad territorial de Dinamarca es innegociable. "La integridad territorial del Reino de Dinamarca es indiscutible y sigue siendo válida", dijo en una rueda de prensa ordinaria la portavoz de Exteriores germana, Kathrin Deschauer.

¿Y si Landry no puede tener un peso diplomático, qué otras opciones tiene?
Según el internacionalista Octavio Pescador, el gobernador de Luisiana “es un hombre de confianza de Trump”, y esto ya marca una diferencia. En comunicación con este Diario, el profesor de UCLA y comentarista de CNN en Español apunta que este nombramiento forma parte de la manera personal en que Trump entiende la política.
“La gente de confianza de Trump son aquellos a quienes le da la potestad para hablar por él, o para negociar por él, más que por Estados Unidos, para esto último está el sector diplomático y Marco Rubio. Esto de Groenlandia es, digamos, un interlocutor personal, porque Trump maneja la presidencia como una institución en la que él encarna al país”, revela Pescador sobre la manera de trabajar de la actual gestión.
En esa línea, considera que Jeff Landry “va a poner las cartas muy claras del objetivo de largo plazo”, y estas pasan por las rutas marítimas y de los minerales, seguridad y economía. “Y él [Landry] lo va a hacer en calidad personal y va a decir ‘el presidente quiere esto, esto y esto, ¿cómo nos podemos arreglar?’“, agrega.
Una agenda mediática
Fue al iniciar el 2025 cuando la nueva gestión de Donald Trump mostró su interés por anexar Groenlandia.
Hoy ha vuelto a retomar esta intención. Por un lado, hay intereses históricos, económicos y de seguridad. Se trata de un territorio ubicado en el hemisferio norte, en el Ártico. Concretamente, es una enorme isla, con poco más de 56.000 habitantes, y perteneciente al territorio de Dinamarca, aunque goza de autonomía política.
Explica Chávez Mazuelos que Groenlancia “es vital en seguridad” ya que se ubica en el tránsito de Rusia y Estados Unidos, dos potencias con posibilidades de entrar en conflicto.
“Desde el punto de vista de la seguridad, de negar la capacidad hacia una potencia hostil de atentar en contra el territorio continental de Estados Unidos, Groenlandia es central. En un contexto en el que Estados Unidos dice que su principal prioridad está en la defensa de la patria, de su territorio y de su hegemonía en el hemisferio occidental. Entonces, esto va vinculado a esa lógica", indica.
Esta necesidad ha sido señalado también por Trump en la designación de Landry, y remarcó la importancia de “seguridad y supervivencia de nuestros aliados y, de hecho, del mundo”.
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Sin embargo, también advierte Pescador que se podría tratar de un tema mediático para manejar la agenda política.
“El argumento que ven muchos analistas es una cuestión mediática, y de capturar la agenda política y la agenda diplomática a nivel global, porque genera escozor, voltea los reflectores, define qué es lo que se quiere hablar”, explica el analista, en tanto la designación de Landry se da en un momento político complicado por pugnas en el Congreso entre los republicanos, por la difusión de los archivos en el caso Epstein y por el Obamacare.
Para el analista, resulta innecesario el debate pues Estados Unidos tiene acceso a los recursos de Groenlandia y a las rutas marítimas. “Se puede negociar diplomáticamente y son aliados: Dinamarca no es un país en conflicto con Estados Unidos, ni lo ha sido jamás”, puntualiza.


Del mismo modo, Chávez Mazuelos recuerda que Estados Unidos y Dinamarca son miembros de la OTAN, y que cuando Trump dice que Groenlandia es fundamental para la seguridad nacional, no exagera.
“Aumentar la presión le podría permitir al gobierno de Estados Unidos obtener ciertos beneficios en términos de seguridad”, remarca.
Más que Groenlandia
También hay un interés energético. Se estima que existen yacimientos de minerales críticos y de tierras raras.
Un informe de AFP indica que Groenlandia “podría convertirse en un actor clave” de la industria minera mundial. Según el geofísico Thomas Varming, en el subsuelo hay minerales que son fundamentales como el litio y el grafito. “Contamos con minerales utilizados en baterías y elementos esenciales para imanes de alta potencia empleados en turbinas eólicas, automóviles eléctricos o la electrificación del transporte ferroviario”, resalta.
Lo complicado es que el 80% del territorio es hielo, las temperaturas son extremas, las infraestructuras son casi inexistentes y son varias las restricciones ambientales.
La mayoría de la población de Groenlandia rechaza ser parte de Estados Unidos, según un sondeo realizado en enero de este año. La encuesta fue trabajada por la consultora Verian para el diario danés Berlingske y el periódico Sermitsiaq, de Groenlandia, y muestra que cerca de 85% de los groenlandeses consultados respondieron "no" a la pregunta de si querían separarse de Dinamarca para unirse a Estados Unidos. Además, solo 6% dijo estar a favor y 9% se mostró indeciso.
Esto ha despertado el interés de potencias como Rusia, China y Estados Unidos.
¿Qué caminos podría tomar la gestión de Trump?
Por un lado, al comenzar el 2025 Trump deslizó la posibilidad de comprar Groenlandia. Para el analista Chávez Mazuelos “la compra sería cuestionable, aunque ciertamente es una práctica mediante la cual Estados Unidos hizo crecer su territorio de manera exponencial”.
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Por otro lado, siguiendo una vía dentro del derecho internacional, la población de Groenlandia que goza de autonomía, y con la libre determinación de los pueblos, podría decidir si desea o no formar parte de Estados Unidos. Una medida extrema sería la intervención militar.
Chávez Mazuelos también señala que Estados Unidos ya tiene presencia militar y lo que podría trabajar es una figura intermedia en la que “amplíe la presión para lograr algún acuerdo que le permita tener una mayor presencia militar y asegurarse del abastecimiento de los recursos naturales que tiene Groenlandia, como minerales críticos, tiras raras, gas y petróleo”.
Mientras tanto, la labor política en Groenlandia ya parece haber comenzado.
Según informe de AFP, al menos tres altos funcionarios estadounidenses cercanos a Trump fueron vistos en Nuuk, la capital de Groenlandia, tratando de identificar a personas a favor y en contra de un acercamiento con Estados Unidos. Sus autoridades han enfatizado que la isla no está en venta y la población decidirá su futuro.







