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La ansiada cumbre entre Putin y Zelenski: ¿Un mero espejismo o cada vez más cerca de hacerse realidad?
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Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, ha declarado esta semana que representantes de su país y de Rusia y su país vienen conversando sobre la posibilidad de una reunión entre él y Vladimir Putin.
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“Necesitamos el fin de la guerra, lo cual probablemente comienza con una reunión entre líderes. No funcionará de otra manera con ellos (los rusos). Necesitamos una agenda para una reunión de ese tipo, una reunión a nivel de líderes”, indicó Zelenski.
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“Siempre planteamos este tema públicamente. Y ahora (los rusos) han comenzado a hablar sobre ello en una conversación con nosotros”, añadió el mandatario ucraniano.
El último acercamiento diplomático entre ambos países tuvo lugar el miércoles 23 durante una reunión en el Palacio de Çiragan de Estambul (Turquía). La delegación ucraniana dijo que en el encuentro se planteó nuevamente el alto el fuego total, que fue rechazado por los rusos.
Zelenski indicó que la “respuesta” de los rusos fueron ataques con drones a localidades ucranianas durante la noche del jueves 24.
Según Rustem Umérov, representante de Ucrania, la propuesta consiste en una reunión a cuatro bandas en la que, además de Putin y el presidente de Ucrania, tomarían parte los jefes de Estado de Estados Unidos y Turquía, Donald Trump y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente, y que debería realizarse antes de que finalice el mes de agosto.
Pero el único acuerdo al que se llegó en Estambul fue un intercambio de prisioneros.
Otros actores en juego y la respuesta de Rusia
Vladimir Putin y Volodimir Zelenski no se han reunido directamente desde el inicio de la guerra en febrero del 2022, pero sí tuvieron oportunidad de verse las caras antes del conflicto durante la Cumbre del Formato de Normandía, que tuvo lugar en París a fines del 2019.
Se trató de un encuentro a cuatro bandas en el que además de Zelenski y Putin participaron la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron. Por entonces ya había un ambiente de tensión entre Rusia y Ucrania y la cumbre buscaba poner solución al conflicto del Donbás, precedente inmediato de la guerra actual.
Desde entonces han tenido lugar varias rondas de diálogo entre representantes de los estados rivales o videollamadas en las que se han abordado una diversidad de temas: establecimiento de corredores humanitarios, treguas, intercambio de prisioneros y el mismo cese del conflicto. No obstante, el común denominador hasta ahora ha sido la ausencia directa de los líderes de ambos países.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha mencionado en varias ocasiones su deseo de una cumbre entre Putin y Zelenski con su participación.
La impaciencia del gobernante estadounidense con respecto a su homólogo ruso ha ido en aumento durante los últimos meses y a mediados de julio amenazó a Rusia con sanciones adicionales si no se logra el alto al fuego en setiembre. Dicho castigo no solo afectaría a los rusos, sino también a los países que realicen intercambios con ellos.
Las declaraciones de Zelenski durante el viernes 25 apuntaban a un presunto “progreso” en el acercamiento con el Kremlin y Trump se sumó al optimismo del jefe de Estado ucraniano.
“(La cumbre) sucederá, pero esta reunión debió haberse celebrado hace tres meses”, dijo desde la Casa Blanca el mismo día.
No obstante, el líder norteamericano mantuvo el tono de amenaza ante una respuesta negativa de Putin, señalando que todavía están “analizando el asunto” de unas eventuales sanciones económicas adicionales, pero que existe la posibilidad de que estas se terminen aplicando.
Si bien el líder ucraniano sugería que la eventual cumbre podría poner fin directamente al conflicto, el Kremlin ha advertido que cualquier reunión en el margen de tiempo deseado por Donald Trump o Zelenski no es viable como solución inmediata.
“¿Es posible completar un proceso tan complicado en 30 días? Es obviamente difícil”, declaró Dmitri Peskov, portavoz presidencial ruso, que descartó un encuentro con Putin en agosto.

A juicio de Peskov, el acuerdo al fuego por ahora parece inalcanzable debido a las demandas “diametralmente opuestas” de su país y Kiev. La postura rusa es que una reunión de ese tipo solo debería servir para poner “punto final” al conflicto bélico.
Para el internacionalista Francisco Belaunde, una negociación de paz es un escenario poco probable en este momento de la guerra entre Rusia y Ucrania, debido a la naturaleza de los objetivos de Putin y a lo que está dispuesto a hacer para alcanzarlos.
“No me queda claro que haya alguna posibilidad seria de que eso se puede dar porque Putin sigue manteniendo objetivos maximalistas: que Ucrania entregue las partes de las provincias que Rusia supuestamente ha anexado y también las que todavía no han sido ocupadas”, explica.
“Rusia siente que está con el viento a su favor, que está avanzando y piensa que Ucrania no puede evitar ese avance, aunque sea lento y muy costoso. Putin percibe que la situación militarmente lo está favoreciendo y veo difícil que vaya a aceptar un acuerdo”, añade Belaunde.
En medio de ese escenario, en el que el Kremlin ya ha dicho que no ve viable una reunión que involucre a su líder, es poco probable que esa postura cambie en el mediano plazo, incluso con una creciente presión por parte de Donald Trump.
“No creo que Putin crea que reunirse le pueda aportar algo”, comenta Belaunde.
Marco Carrasco, también analista internacional, tiene una opinión similar, y señala que ni siquiera las sanciones secundarias que Estados Unidos impondría a Rusia parecen haber hecho retroceder a Putin.
“Cuando se hizo el anuncio (de las sanciones) desde el lado de Moscú se expresaron con bastante calma, dieron a entender que no se sentían presionados como para encaminarse necesariamente a este alto al fuego que se había pedido con el ultimátum de 50 días”, explica.
“Esa reticencia creo va en la misma línea de interés actual desde Rusia y parte de que los beligerantes todavía tienen dos visiones bastante distintas de lo que vendría a ser un acuerdo de paz y no creo que esta parte se haya avizorado”, agrega el especialista.

Al ser consultado sobre un escenario en que Moscú busque consolidar su posición en el Donbás antes de cualquier diálogo, arrebatando a los ucranianos reductos como Pokrovsk, Carrasco indica que esto es una posibilidad que coincide con la política de Putin; sin embargo, considera que hay más factores en juego.
“También lo vería por otro lado, por ejemplo, que no sea políticamente redituable para Putin exponerse a una situación en la cual aparezca públicamente con Zelenski cuando no hay absolutamente nada concretado y posteriormente la guerra prosiga con un devenir relativamente incierto. La imagen que busca transmitir Putin no es la de alguien que se pueda mostrar débil frente a la presión internacional sobre todo de cara hacia el pueblo ruso”, argumenta el internacionalista.
“La postura de Rusia es bastante clara: si en algún momento se da esta cumbre bipartita no sea cuando se está iniciando este proceso, sino cuando ya hay algo más consolidado, ya teniendo un acuerdo y, al menos desde la visión de Rusia, para que aquello que van a digerir y transmitir luego internamente les genere un beneficio”, finaliza Carrasco.










