Luego de que el cuerpo de Adriana Pínzón fuera encontrado abandonado en cuatro bolsas negras en un zanja de un canal en el municipio de Zipaquirá (Colombia), se conocieron los primeros detalles de la autopsia realizada por Medicina Legal.
La mujer de 42 años, que desapareció el pasado 7 de junio en extrañas circunstancias, al parecer fue asesinada por Jonathan Torres, su cuñado, quien según la Fiscalía tenía la intención de robarle los ahorros de su vida y cobrar un millonario seguro que la mujer adquirió días antes de su desaparición.
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Los datos revelados por la autopsia del cuerpo de Pinzón dan cuenta de que la mujer falleció producto de dos puñaladas que su agresor le propinó en el cuerpo, además de haber sido asfixiada por un largo periodo de tiempo.
Aunque no se conocen más detalles a profundidad de las condiciones en las que fue encontrado el cuerpo de la mujer, lo cierto es que Jonathan Torres, el cuñado de la víctima, reconoció que él habría participado en el asesinato y desaparición de Pinzón. Y advirtió que habría más involucrados.
Luego de que en un operativo de realizado por el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía y la policía, el 14 de junio, fuera arrestado Jonathan Torres, cuñado de la víctima y principal señalado de los hechos, el miércoles sobre las 2 de la tarde Torres reconoció su participación en los hechos, aceptó los cargos que se le imputaron y accedió a firmar un preacuerdo con el ente investigador para señalar a otras personas que también estarían involucradas en el caso.
Según el fiscal del caso, “la Fiscalía cuenta con abundante material de prueba y evidencia física que da cuenta de que Torres Campos habría sido la última persona que vio a la víctima con vida. Asimismo, permitieron detectar las contradicciones en las que, supuestamente, incurrió para evitar que los investigadores lo descubrieran y ubicaran el cuerpo de su cuñada”.
Uno de los elementos claves que logró acercar a la Fiscalía a resolver el caso fue el testimonio de uno de los conocidos de Torres.
Pocos días después de que se conoció sobre la desaparición de la psicóloga, las autoridades recibieron un testimonio que reveló que Torres Campos le dio a guardar un maletín que contenía cuchillos con manchas de sangre, fotografías y documentos de la psicóloga, como la licencia de conducir, a uno de sus conocidos. Además de ello, la Fiscalía ya conocía pruebas contundentes, como los videos de las cámaras de seguridad del conjunto residencial Santa Ana, donde vivía Pinzón.
En ese material audiovisual se pudo evidenciar cómo Torres ingresó y salió con diferencia de cinco horas del apartamento de la víctima, y posteriormente se lo ve cargando dos bolsas plásticas negras y un maletín que se llevó en el carro Mazda rojo de propiedad de la mujer desaparecida.
Luego de casi 20 días, el CTI logró ubicar el cuerpo de Adriana Pinzón la madrugada del 23 de junio en una zanja ubicada a un costado de una vía de la localidad de Río Frío, en Zipaquirá. La mujer estaba oculta en cuatro bolsas plásticas industriales y, según el dictamen del Instituto de Medicina Legal, tenía algunas heridas ocasionadas con arma cortopunzante.