Este martes 30, los líderes de Sudamérica atendieron a un llamado de su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para celebrar una cumbre en la que el líder izquierdista busca recuperar el papel protagónico a nivel regional que ostentó durante sus periodos anteriores.
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Los mandatarios de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Uruguay, Surinam y Venezuela participaron del evento en el Palacio de Itamay. El Perú, por otro lado, estuvo representado por el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola.
“Mi sensación es que los líderes sudamericanos están empezando de nuevo. Y es importante que haya un canal de diálogo. Si funcionará no lo sabemos, pero la creación de este canal es importante por sí mismo”, comentó a El Comercio el profesor de política internacional en la Universidad Federal de Minas Gerais, Dawisson Belém Lopes.
Las conversaciones entre los jefes de Estado se celebraron a puertas cerradas, aunque se conoció que abordarían iniciativas referentes a las áreas de salud, combate al delito transnacional, defensa, integración física y transición energética.
En su lista de propuestas presentadas a los presidentes, Lula habló de la creación de una moneda comercial común, en sustitución del dólar estadounidense, así como de la apuesta por los bancos nacionales de desarrollo de los distintos países, un mercado energético común y la integración en materia defensa para proteger las fronteras.
Los líderes regionales encaran así un nuevo intento por integrar a la región, similar a cuando en 1969 se formó el Pacto Andino (rebautizado luego como Comunidad Andina), el surgimiento de Mercosur en 1991, el breve funcionamiento de la socialista Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) entre el 2008 y el 2019, o la también fallida propuesta conservadora de Prosur.
PRIMEROS DESACUERDOS
Este nuevo esfuerzo conducido por Lula, sin embargo, se dio un encontronazo con la realidad desde sus primeros momentos.
El presidente uruguayo, el derechista Luis Lacalle Pou, quien ya había anticipado su preocupación de que la cumbre sirva como excusa para reactivar plataformas creadas en base al “sustento ideológico” de jefes de Estado de izquierda – en clara referencia a Unasur – respondió a la propuesta original de Lula con una nueva lista en la que solo aceptaba 6 de los 9 puntos planteados.
Entre los temas rechazados resaltaban, por ejemplo, la alusión a una eventual reactivación de Unasur y la creación de un “grupo de alto nivel” que, según explicó Lula el martes, estaría compuesto por representantes de cada presidente y debería presentar una hoja de ruta para la integración dentro de 120 días.
Otros gobiernos como los del ecuatoriano Guillermo Lasso o el chileno Gabriel Boric también mostraron desacuerdos con la propuesta original de Lula.
En la declaración final de la cumbre, sin embargo, los líderes acordaron que los cancilleres conformarán dicho “grupo de contacto” y la propuesta será evaluada por los mandatarios en una próxima reunión cuya fecha aún no ha sido definida.
“Para que este proyecto funcione se debe tomar en cuenta una nueva orientación, que no sea tan partidista o ideológica sino más pragmática y centrada en el interés de las sociedades, como los temas económicos, inversiones, comercio y medio ambiente. Ese sería el camino más adecuado”, explica Lopes.
EL FACTOR MADURO
El segundo encontronazo con la realidad para Lula tuvo nombre propio: el dictador venezolano Nicolás Maduro.
El lunes 29, Lula recibió con honores a Maduro, quien había visitado por última vez al gigante sudamericano en el 2015. La llegada del líder chavista fue anunciado cuando este ya había aterrizado en territorio brasileño y desde el principio fue ampliamente criticado por la oposición de ambos países.
Lula, además, aseguró que se ha construido “una narrativa” contra Venezuela. “La de la antidemocracia, del autoritarismo. Cabe a Venezuela mostrar su (propia) narrativa, para que las personas puedan efectivamente cambiar de opinión”, aseguró el mandatario.
Esto fue traído a colación el martes por el presidente Lacalle Pou, quien se confesó “sorprendido” por los dichos de Lula. “Se esperaba que Maduro fuera el tema divisorio, pero yo diría que las cosas fluyeron mejor de lo que se estimaba. Finalmente se vio la integración de Venezuela y yo lo veo como algo positivo. Boric, quien es muy crítico de Maduro, ha reconocido que es bueno tener a Venezuela en los foros regionales para poder discutir los temas por la vía internacional”, comenta al respecto el profesor Lopes.
Cabe resaltar, sin embargo, que si bien el presidente chileno celebró el retorno de Venezuela a este tipo de instancias, criticó los comentarios de Lula sobre la situación venezolana. “La verdad nos alegra que Venezuela retorne a las instancias multilaterales (…) Eso, sin embargo, no puede significar meter debajo de la alfombra o hacer la vista gorda frente a temas que para nosotros son de principios e importantes”, señaló.
Pero las críticas no solo se escucharon en Brasil. En Argentina, la oposición levantó la voz en contra del presidente Alberto Fernández por reunirse el martes con Maduro al margen de la cumbre. Según un comunicado de la presidencia argentina, Fernández le habría pedido que Venezuela “vuelva a estar representado en foros y mecanismos internacionales”.
Quien también sostuvo un diálogo aparte con el dictador venezolano fue el presidente colombiano Gustavo Petro. En el que fue el quinto encuentro entre ambos firmaron un acuerdo para acelerar la búsqueda de desaparecidos colombianos que fueron enterrados en Venezuela. Maduro aseguró que Petro “se va convirtiendo en un garante del avance del diálogo” con la oposición venezolana.
“La duda es si Lula quiere hacer algo distinto o revivir a Unasur”
¿Qué opina de este nuevo intento de agrupar a la región?
Tras el fracaso de Unasur, en el sentido de que quedó bastante desprestigiada y señalada de ser chavista, aparece este intento por parte de los sectores de izquierda. Este debería ser un objetivo para todos, pero el tema está en que no se sabe muy bien cómo establecer un nuevo modelo de integración. Lula busca tener un rol muy importante en la política regional, no hay que olvidar que Unasur partió de una idea brasileña, ahora Brasil aparece nuevamente como impulsor de esta iniciativa.
Con la izquierda vimos a Unasur, con la derecha a Prosur. La unidad sudamericana parece depender de los gobiernos de turno…
Eso hace difícil de prever si esta iniciativa tendrá éxito o no. Por ejemplo, el presidente uruguayo ha dicho estar a la espera de lo que propondrá finalmente Lula, mientras que otros han reaccionado de manera muy positiva o entusiasta. La duda es qué tipo de organización querrá proponer Lula, si quiere hacer algo distinto o solo revivir a Unasur.
El presidente Lula habló de buscar "una moneda comercial común" que reemplace a divisas extranjeras en la región, ¿ve esto como algo viable?
Eso no va a pasar. Es un sueño que siempre se ha tenido. Pero para que eso pase las economías deben estar alineadas, con una economía como la argentina que está en el suelo o la boliviana que tiene serios problemas monetarios lo veo mas bien como una ilusión que como una propuesta real.
¿Cuánto terminó influyendo Maduro en esta cumbre?
Venezuela es una dictadura. Lula quiere llevar la fiesta en paz, señala que hay una narrativa distorsionada. Pero cabe preguntarse hasta qué punto se puede hacer una asociación con un país que está regido por una dictadura. Es un aspecto que será bastante discutido en todo caso.
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