Virginia Pérez Antonelli fue quien, a sus 17 años, le realizó RCP a Fernando Báez Sosa. Ella también fue una de las testigos más importantes en la causa que derivó en la condena a los ocho jóvenes de Zárate, en Argentina. Al ver a Báez Sosa agonizar en la calle, Virginia intentó reanimarlo con RCP. Tres años después, su testimonio en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de Dolores fue clave para la posterior condena de los agresores.
MIRA: Fernando Báez Sosa: Cinco de los 8 “rugbiers” acusados son condenados a cadena perpetua y tres a 15 años
“Vi a un chico tirado en el piso y me acerqué. Un chico de mi edad estaba arrodillado al lado de Fernando preguntando si alguien sabía hacer RCP. Como yo había hecho un curso en la Cruz Roja, me acerqué con otro chico, un civil, y le tomé el pulso. Como no tenía, le empezamos a practicar las maniobras”, relató la mujer en su momento.
A minutos de conocerse el veredicto, escribió: “Después de tres años y un proceso de terror, la justicia hoy tiene en sus manos una decisión crucial. Tiene que haber una sentencia justa después de tanta tortura, para que en el corazón de esa familia haya un poco de paz. El tiempo es hoy. #JusticiaPorFernando”.
Mientras tanto, cuando ya se supo la sentencia, la joven posteó: “No sé qué decir, estoy desmayada hace veinte minutos”. Y apuntó: “Lloren ahora basuras”.
Sin embargo, no fue lo único. Virginia también se refirió, a través de un retuit, a Máximo Thomsen, condenado a prisión perpetua y quien se desmayó al escuchar la sentencia. Para expresarse al respecto, la joven reposteó un tuit del periodista Pablo Carroza, que decía: “Thomsen cayó desplomado luego de recibir la condena a prisión perpetua por haber matado a un pibe. Se ve que hoy no le dieron ganas de ir a comer una hamburguesa. Fernando va a poder descansar en paz. El mundo es un poco más justo. No fue gratis haber hecho lo que hicieron”.