Cada vez la pila de discos con la etiqueta “Milei” es más alta en el escritorio de Santiago Oría. Desde hace cinco años maneja la cámara exclusiva que sigue al presidente argentino. Después de Karina, la hermana del mandatario, el pasaporte de Oría es el que tiene más sellos. Además de dirigir los spots electorales, ha construido una trilogía del cine libertario. En el 2020 estrenó “Pandenomics”, versión audiovisual del libro que escribió Milei sobre la cuarentena. En el 2023 lanzó “La revolución liberal”, película que narra la génesis de La Libertad Avanza, y hoy promociona una serie que describe el ascenso a la Casa Rosada. “De cero a presidente”, reza el eslogan de la producción. Dice que para este trabajo acumuló cerca de mil horas de archivo.
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En apenas dos semanas el primer capítulo de la serie fue visto por más de tres millones de personas. Este mes lanzará el segundo episodio, siempre en X, la plataforma preferida por la masa libertaria.
-¿Cómo se hizo libertario?
Mi papá me transmitió la línea liberal conservadora, quizá un poco más elitista de la sociedad. Poco a poco fui formando mis propios matices.
-¿Cuándo conoce a Javier Milei?
En pandemia. Hubo un movimiento de desobediencia civil contra la cuarentena. Me movió mucho eso. Me acababa de recibir de cineasta, estaba trabajando en publicidad, y decido actuar con mis herramientas del cine en la política. Voy a las marchas, conozco gente del ámbito liberal, y Carolina Barros, compañera de trabajo de Milei, me lo presenta.
-¿Dentro de esa línea del cine como herramienta política, tiene influencias?
Sí, los directores que más sigo son Errol Morris, que ha hecho trabajos sobre Steve Bannon (jefe de campaña de Trump). Me inspira su uso de la música, la puesta en escena de las entrevistas. Me gusta Pino Solanas como esa especie de cine de guerrilla y Michael Moore como el cine de protesta y denuncia.
-Curiosamente todos esos directores están más ligados a ideas progresistas…
Convivir con el clima progresista me costó desde cuando estudiaba cine. Me sentía medio solo. Nunca mentí con quien era, pero tampoco militaba activamente mis ideas para poder relacionarme bien.
-¿En qué consiste su función como Director de Realizaciones Audiovisuales de Presidencia?
Superviso la cobertura de todas las actividades del presidente. Dirijo a los fotógrafos, camarógrafos, la puesta en escena de la cadena nacional. Decido cómo se encuadra. En todo lo que se necesite que el presidente esté filmado ahí estoy.
-¿Qué le parece la cobertura periodística que se hace de la gestión?
Hay mucha que es muy mala, malintencionada, que está guiada por la falta de pauta. Son muy pocos los analistas objetivos.
-Javier Milei es reiteradamente duro con el periodismo…
Decir con el periodismo está mal. Es contra periodistas puntuales que mienten, tergiversan, calumnian, no se agarra contra el periodismo en general.
-¿Pero acaso no da entrevistas solo a periodistas afines?
No es tan así, ha dado entrevistas a periodistas del exterior, que son de otra línea. Lo que no quiere es sentarse con alguien con quien no se pueda hacer un diálogo sincero.
-¿La serie usa fondos públicos?
No, cero. La serie es un proyecto personal que hago en mi tiempo libre. Es como si escribiera un libro de mis memorias de lo que estoy viviendo con Javier Milei.
-El primer episodio muestra un trabajo de archivo. ¿Mantendrá esa propuesta en los próximos capítulos?
La serie va ser toda de archivo. No va a incluir entrevistas nuevas.
-¿Por qué?
Primero, para que sea más económica. Segundo, porque no quiero robarle tiempo al presidente. Y tercero, porque el material de archivo le da dinamismo. Usando lo que él ya dijo en estos años se construye un relato. Es un buen narrador de lo que le va pasando. Los otros capítulos van a mostrar cómo fue dando sus campañas políticas, para diputado en el 2021 y las presidenciales del 2023.
-¿No es algo impertinente mostrar este enfoque del camino del héroe que propone la serie cuando, según datos oficiales, el 52% del país está bajo la línea de pobreza?
La historia de cómo pasa de cero a presidente es impresionante, merece ser contada pase lo que pase. Por otro lado, no se puede suponer que él pueda arreglar en nueve meses cien años de decadencia. Los pobres no son de ahora. En esta medición reciente está el factor Massa (el ministro de Economía de la gestión anterior). Es un momento difícil, pero está haciendo lo que prometió hacer.
-¿Por qué lanzó la serie en X?
Porque las plataformas ponen varias condiciones que no estoy dispuesto a conceder y en redes somos los más fuertes de todos. Tenemos una difusión espectacular.
-¿Cómo se volvieron las redes en el bastión libertario?
El liberalismo no tenía difusión en los medios tradicionales ni universidades, las redes fue el único lugar donde podíamos estar. Bueno, también sufrimos mucha censura hasta que vino Elon Musk a crear un ambiente de libertad. Elon Musk salvó la elección argentina. Si durante la campaña hubiéramos tenido la censura que antes había en Twitter estábamos perdidos.
-¿Qué diferencia a Milei de otros representantes de la derecha tradicional?
Milei es la combinación de alguien intelectualmente sólido, un economista que discute a alto nivel, con un personaje de un carisma impresionante, muy difícil de encontrar. Aparece su imagen en internet y causa clics.
-¿El ejercicio de la gestión pública no va desgastar la imagen disruptiva?
Puede ser, el desafío es que no suceda. Hay un montón de fuerzas actuando para que uno se encorsete, se institucionalice, pero el desafío está en no perder el espíritu original.
-La comunidad del cine ha sido crítica a las medidas de Milei. Perteneciendo a esa actividad, ¿cómo ve el desfinanciamiento del sector?
No hay desfinanciamiento.
-¿No se están reduciendo los presupuestos del Incaa (Instituto Nacional de Cine), quitando cuota de pantalla, eliminando puestos…?
Puede ser que se estén reduciendo asignaciones que salían directamente del tesoro. No estoy tan encima del tema. Hay una nueva administración del Incaa que está logrando que haya un cine más plural y no sea un botín de guerra de los kirchneristas.
-¿El cine debe tener siempre un objetivo comercial?
No, pero cuando no tiene un fin comercial debe ser digno de lo que el contribuyente pone. Tiene que ser hecho con gente proba. No tiene que ser para pagar militancia rentada. Bajo la excusa de que no todo tiene que ser comercial se escondían un montón de engaños.
-Para hacer cine se requieren varios recursos, contactos. ¿No cree que los fondos del Estado permiten que más voces puedan expresarse?
A mí me encantaría navegar un barco pirata, pero no puedo pedirle al Estado que me lo financie. El Estado no puede satisfacer el deseo de todos. Si tu deseo es ser cineasta, empieza a ganártelo por tu cuenta, empezando con proyectos.
-A nivel latinoamericano el cine argentino es el que más nominaciones ha tenido en los Oscar …
Sí, pero todo eso fue decayendo, se fue politizando, pauperizando. En los últimos años, con la política kirchnerista, ya los presupuestos no alcanzaban. No solo tiene que funcionar bien el Incaa para que haya buen cine, toda la economía tiene que funcionar bien. Si la economía anda mal, el cine anda mal.
-Pareciera que en una crisis económica la cultura pasa a un segundo plano de prioridades …
Bueno, es más importante comer que hacer una película. Es sentido común.
-Pero están los trabajadores de la cultura, cuyos ingresos dependen de esas actividades
Ese es el problema de cuando creas una producción artificial sostenida solo por el subsidio y después no hay una verdadera demanda de mercado. Se tienen que hacer cargo de haber producido algo que era artificial.
-¿Cuál es el objetivo que buscan sus producciones? ¿Sentar una postura ideológica?
Son para darle más cuerpo y solidez a La Libertad Avanza como movimiento político. Para que el fenómeno social sea más potente necesitas libros, películas, obras de teatro.
-Forma parte de la batalla cultural que menciona Milei…
Exactamente.
-¿Quiénes chocan en esa batalla?
Es una lucha por qué ideas prevalecen en la sociedad. Se enfrentan quienes estamos a favor de una Argentina libre, con los valores tradicionales de Occidente, contra la gente que quiere destruir eso, los socialistas que odian lo que Occidente construyó a través de los siglos y quiere hacer experimentos que no sabemos cómo terminan.
-¿La batalla cultural es más importante que ganar elecciones?
La batalla cultural es lo que necesitas para ir persuadiendo persona por persona, mente y corazón, para que después exista una base electoral sólida.
-El discurso de Milei hace ruido en temas sensibles como negar el cambio climático o cuestionar la brecha de género. ¿Esos también son axiomas libertarios?
La mayoría está de acuerdo con las posturas de Milei. A nadie le resultó importante esos temas como para quitarle el voto. Mucha gente explica bien por qué lo que se plantea como cambio climático no es tal, y que la brecha de género no es así, y que, si fuese así, responde a lógicas normales de mercado. Habría brecha de género entonces en el modelaje, donde las mujeres ganan más que los hombres.
-Son posturas que generan rechazo en distintos sectores, incluso científicos
Que lo hagan y no importan. Estamos en contra del progresismo, damos la batalla cultural en muchos ámbitos, no solo el económico.
-En este mundo tan expuesto a estímulos visuales, ¿Milei es el presidente acorde a la sociedad del espectáculo?
Sí, él es una persona viral. Estamos en la economía de la atención, más vale a qué le prestamos atención. Milei es el mejor en eso. Es una persona que te hace ‘cliquear’, genera la famosa retención de audiencia. Entiende perfecto las redes, no necesita asesores, se da cuenta cuando algo va a ser viral.