"El Chapo" y el "Estado subterráneo" que lo sacó de prisión
"El Chapo" y el "Estado subterráneo" que lo sacó de prisión
Roger Zuzunaga Ruiz

En junio de 1993, cuando fue capturado por primera vez en Guatemala, Joaquín , entonces de 36 años, era un pobre diablo que trabajaba para la organización criminal de Amado Carrillo Fuentes, ‘El Señor de los Cielos’. Veintiún años después, al ser cazado por segunda vez, su nombre figuraba entre los criminales más buscados del mundo. 

El mayor trofeo del régimen de Enrique Peña Nieto tiene ahora tanto poder que luego de solo 17 meses se fue de la prisión más segura de México, dejando en ridículo al Gobierno y dando señales contundentes de la influencia que tiene el crimen organizado en la política, los cuerpos policiales y el sistema penitenciario de ese país.

Repasemos algo de su historia. ¿Qué hacía ‘El Chapo’ en 1993 en Guatemala y por qué su captura era importante para México? El 24 de mayo de 1993, el gatillero (así llaman a los pistoleros en México) de ‘El Señor de los Cielos’ había participado en un crimen mediático.

Aquel día, en el aeropuerto internacional de Jalisco se desató una balacera entre la organización que integraba ‘El Chapo’ y la de los hermanos Arellano Félix. En medio del fuego cruzado una bala mató al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. El crimen conmocionó al país.

Por ese hecho fue relevante la captura de ‘El Chapo’. Oxigenaba al gobierno de Carlos Salinas de Gortari, que estaba bajo presión para resolver el caso.

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Dueño de Puente Grande
 

‘El Chapo’ fue recluido en el penal de máxima seguridad de Almoloya (hoy llamado El Altiplano, el mismo del que escapó hace ocho días). Tres años después, cuando purgaba una condena de ocho años, consiguió ser trasladado a Puente Grande, reservado para los criminales más peligrosos del país, entre ellos varios de sus viejos socios. 

En la prisión, este hombre, que solo había estudiado hasta el tercer grado de primaria y que estaba relegado a un papel secundario en el mundo del narcotráfico, empezaría a forjar su meteórica carrera criminal, que lo llevaría a convertirse en uno de los cabecillas del poderoso cártel de Sinaloa, con una fortuna personal estimada en US$1.000 millones.

De acuerdo con el libro “Los señores del narco”, de la periodista Anabel Hernández, en el perfil psicológico que se le hizo al ingresar al penal se decía que ‘El Chapo’ era “egocéntrico, narcisista, astuto, perseverante, tenaz, meticuloso, selectivo y hermético... ingenioso, manipulador y encantador...con una capacidad criminal alta que le ha permitido crear redes de lealtad y complicidad”.

Con la llegada de ‘El Chapo’, la máxima seguridad de Puente Grande quedó en el papel. El capo en ascenso tejió una red de complicidades que terminó enredando a policías y autoridades penitenciarias corruptas. Él y sus compinches lo controlaban todo en la cárcel.

¿El colofón de la historia? El 19 de enero del 2001 ‘El Chapo’ se escapó de Puente Grande escondido en un carrito de lavandería que fue empujado hasta el exterior del penal por un trabajador. Por lo menos esa es la cuestionada versión oficial.  

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El crimen manda

El sábado, ‘El Chapo’ se fue del penal El Altiplano por un túnel de 1,5 kilómetros. Escapó por un hueco hecho en el piso de la ducha de su celda.

¿Qué revela esta segunda fuga? Para Agustín Basave, analista político mexicano, el hecho reafirma la existencia de un Estado subterráneo en México. “Voy a usar la metáfora del túnel. Debajo de la superficie del Estado formal mexicano hay un Estado subyacente, clandestino, subrepticio, que se mueve como las aguas negras en el drenaje. Y ese Estado informal es el que en buena medida rige a este país y está conectado con el formal. Esa es la triste realidad. La corrupción es el cáncer de México”, sentencia a El Comercio.

Jorge Chabat, especialista en temas de crimen organizado, le dice a este Diario que la fuga confirma la existencia de un problema estructural de las instituciones de seguridad. 

“Es un problema que abarca toda la cadena de seguridad: policía, procuradurías, sistema judicial y prisiones. Tiene que ver con la falta de mecanismos de supervisión en las instituciones de seguridad y con la impunidad. Tenemos un problema estructural serio que viene de hace muchos años, pero que ahora se hace más evidente porque el poder del crimen organizado ha crecido”, según Chabat.

Para Chabat, aún hay partes del Estado no penetradas por el crimen organizado, y eso permite cierta capacidad de respuesta, como el rescate parcial de Michoacán, que estaba en manos de los criminales. 

Consultada por El Comercio, la Embajada de México en el Perú nos remitió a la declaración del secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, quien señaló que la fuga habría sido por corrupción carcelaria. 

Tras su captura en febrero del 2014, la justicia abrió dos procesos a ‘El Chapo’ por crimen organizado, pero rechazó encausar por narcotráfico al cabecilla del cártel más poderoso del mundo. Para no creerlo.

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LA INTOCABLE MAFIA MÁS PODEROSA DE MÉXICO

El poder del cártel de Sinaloa, organización criminal encabezada por ‘El Chapo’ Guzmán, no se vio debilitado en estos 17 meses que el capo estuvo en la cárcel. Y hay más de una explicación para ello.

De acuerdo con Jorge Chabat, analista mexicano en temas de crimen organizado, a lo largo de sus tres décadas de existencia, esta mafia mantiene una estructura operativa encabezada por las mismas familias. 

Además, a diferencia de sus enemigos, se dedica solo al narcotráfico y no ha incursionado en la extorsión o el secuestro, crímenes de gran impacto en la opinión pública mexicana y cuyo combate es prioridad en la lucha del Estado contra la delincuencia.

Para el analista político Agustín Basave, hay dos asuntos que no ha hecho el Gobierno: meter a la cárcel a los políticos que han ayudado a los capos de esta organización y atacar sus redes financieras. “Se debe golpearlos por el lado del dinero a través de la extinción de dominio, de la confiscación”, remarca Basave.

Chabat indica que no está claro si las empresas del cártel han sido golpeadas. “Es probable que por eso siga siendo una organización que está operando”.

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