Israel fue tomado por sorpresa por la operación más ambiciosa de Hamás desde Gaza.
La escala de lo que ha estado sucediendo no tiene precedentes. Hamás rompió el alambrado que separa Gaza de Israel en varios sitios, en el ataque transfronterizo más grave que Israel ha enfrentado en más de una generación.
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Se produjo un día después del 50 aniversario del ataque sorpresa de Egipto y Siria en 1973 que inició una gran guerra en Oriente Medio. La importancia de la fecha no pasó inadvertida para los dirigentes de Hamás.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo que su país está en guerra y exigirá un alto precio a sus enemigos.
Videos y fotos de israelíes muertos, tanto civiles como soldados, están en todas las redes sociales.
Otros videos de hombres armados de Hamás llevando cautivos a soldados y civiles en Gaza han enfurecido y alarmado a los israelíes.
En cuestión de horas, Israel respondió con ataques aéreos contra Gaza que mataron a numerosos palestinos. Y sus generales planearán una próxima operación terrestre.
La presencia de rehenes israelíes allí significa que será incluso más complicada que las incursiones anteriores.
Durante meses, ha quedado claro que existía un riesgo cada vez mayor de un estallido entre los grupos armados palestinos e Israel. Cómo y dónde ocurrió fue una sorpresa total fuera del brazo armado de Hamás.
Israelíes y palestinos se han centrado en Cisjordania, el territorio entre Jerusalén y la frontera jordana que Israel ocupa desde 1967, donde ha habido confrontación y violencia casi continuas durante todo el año.
Los palestinos armados, especialmente los que operan desde las ciudades de Jenin y Nablus en Cisjordania, han atacado a soldados israelíes y colonos judíos.
El ejército israelí ha organizado decenas de ataques. Los colonos armados hecho justicia por mano propia y han tomado represalias contra poblaciones palestinas.
Los nacionalistas religiosos extremos dentro del gobierno de derecha de Israel han repetido su afirmación de que los territorios ocupados, en su totalidad, son tierra judía.
Nadie esperaba que Hamás concibiera y planificara meticulosamente una operación tan compleja y coordinada fuera de Gaza.
En Israel ya han comenzado las recriminaciones por el hecho de que sus servicios de inteligencia no supieron ver lo que se avecinaba.
Los israelíes esperan que una extensa red de informantes, agentes y vigilancia de alta tecnología harán su trabajo.
Al final, la inteligencia israelí fue sorprendida por la operación de Hamás, que se produjo mientras los israelíes estaban descansando u orando durante un fin de semana de festividad religiosa.
Hamás dijo que actuó debido a las amenazas a las mezquitas de Jerusalén.
Durante la última semana, algunos judíos han rezado dentro del recinto de la mezquita de Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los musulmanes después de La Meca y Medina en Arabia Saudita.
El mismo sitio también es venerado por los judíos, ya que fue el lugar del templo judío bíblico.
La oración de los judíos religiosos en lo que ellos llaman el Monte del Templo puede no parecer gran cosa, pero Israel la prohíbe porque los palestinos la consideran muy provocativa.
Aun así, según los estándares de Jerusalén, lo que es siempre un polvorín de conflictos nacionales y religiosos no estaba siendo excepcionalmente tenso.
La complejidad de la operación de Hamás demuestra que fue planificada durante meses. No fue una respuesta apresurada a los acontecimientos ocurridos en Jerusalén durante la última semana.
Las razones por las que Hamás e Israel están una vez más en guerra son mucho más profundas.
El conflicto entre israelíes y palestinos se ha ido intensificando incluso cuando está lejos de los titulares en los medios de comunicación internacionales.
Aun así, ha sido ignorada en gran medida por los países que todavía piden oficialmente la paz a través de una solución de dos Estados, con una Palestina independiente junto a Israel.
Durante un tiempo, en el proceso de paz de Oslo de la década de 1990, la perspectiva de dos Estados era una esperanza real. Ahora es un eslogan vacío.
El conflicto palestino-israelí no ha sido una prioridad para la administración de Joe Biden en Washington DC, que ha estado tratando de encontrar una manera de ofrecer garantías de seguridad a Arabia Saudita a cambio de un acercamiento con Israel.
El último intento estadounidense de relanzar un proceso de paz fracasó hace una década, durante la administración de Barack Obama.
En el centro del problema está el conflicto intratable y sin resolver que dura un siglo entre árabes y judíos por el control de la tierra entre el mar Mediterráneo y el río Jordán.
Estos acontecimientos que se intensifican rápidamente demuestran una vez más que el conflicto no puede gestionarse de forma sencilla.
Cuando se deja que se pudra, la violencia y el derramamiento de sangre están garantizados.