La defensora de los derechos indígenas y ganadora del premio Nobel de la Paz en 1992, la guatemalteca Rigoberta Menchú, participó el martes de un conversatorio con un grupo de alumnos de la Universidad Cesar Vallejo.
Menchú estuvo acompañada del presidente de la Fundación para la Democracia, Guillermo Whpei, y la presidenta ejecutiva de la universidad, Beatriz Merino.
Tras el conversatorio, el panel brindó una pequeña conferencia de prensa. A continuación, El Comercio recoge los comentarios de Menchú en dicho evento.
- Según Global Witness, del 2017 al 2018 en Guatemala se quintuplicaron los asesinatos de defensores del territorio y medio ambiente. ¿Cuál es su opinión sobre la situación en su país?
Desafortunadamente así es. La criminalización a los dirigentes campesinos, a los defensores de la Madre Naturaleza, a los defensores de la tierra es el punto focal. Hoy por hoy hay estados de sitio en más de nueve regiones del país [Guatemala] y afecta a comunidades en particular, ha habido persecución a los dirigentes y encarcelamientos, o sea la criminalización a personas tan idóneas en la comunidad.
- ¿Qué se puede hacer ante eso?
Esperar un momento muy duro, porque si recién se están dictando estados de sitio como nunca se había visto, veremos lo que viene después. Luego hay un problema más serio, el control de las mafias corporativas, el narcotráfico, los negocios ilícitos que van junto a esto. No es una problemática solo de campesinos y Estado, hay otras fuerzas de la oscuridad que luchan por territorios. Esperamos que los guatemaltecos se reorganicen para la observación y la prevención porque saben que se está retirando la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala.
- La Cicig...
La Cicig, deja un vacío enorme, un desamparo precisamente al sistema legal. Y se están dando elecciones de magistrados. Ustedes saben que cuando pasa eso, es una tormenta que beneficia al más mañoso. Eso es lo que está pasando en Guatemala.
- La Amazonía está en emergencia, ¿qué opinión le merece el gobierno de Jair Bolsonaro?
Se debe condenar enérgicamente a quien lo provocó, porque no podemos decir que esto pudo haber sido natural. Especialmente porque en la Amazonía hay las mismas características [que en Guatemala]: Hay personas interesadas, hay negocios interesados de que se deprede la naturaleza para poder explotar la riqueza natural que está bajo la tierra. Nosotros lo lamentamos mucho porque este no es el pulmón de Brasil, es el pulmón del universo, de la Tierra entera. Hemos advertido durante muchos años pasados que la depredación de la Madre Tierra iba a llegar a consecuencias devastadoras y lo más grave es que el calentamiento global ya está mostrando consecuencias en los países pobres, en las comunidades más pobres, especialmente lo que afecta a la siembra de los trabajadores de la tierra.
Finalizada la rueda de prensa, Menchú accedió a responder algunas preguntas en privado para El Comercio.
- ¿Cuáles son las principales amenazas para la paz en la actualidad?
Una de las principales sigue siendo la carrera armamentista, esa visión militarista que hay en el mundo. Se complementa con todo lo que significa el cambio climático. La falta de recursos para la vida [o naturales] va a generar nuevos conflictos, va a justificar nuevos ataques, nuevas armas y se sigue la ruta de la violencia y la guerra. Las armas nucleares no están terminadas, están esperando su ocasión y hasta cierta medida Estados Unidos, que ha sido el precipitador de conflictos armados en los últimos tiempos, no lo ha hecho. Qué bien. Pero eso no quiere decir que nos olvidemos que las armas nucleares ahí está, que el negocio ahí está.
- Venezuela probablemente integre el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. ¿Cómo lo toma usted, conociendo los informes emitidos por Michelle Bachelet sobre la situación en ese país?
Bueno, yo pienso que la ONU debe ser más equitativa y más seria. Porque en algunos lugares, la ONU ha sido bien suave con las violaciones de derechos humanos y en otros solo aprovechan la coyuntura. Pienso que los derechos humanos no pueden ser un trampolín en medio de otras agendas políticas. Por eso es tan complicado entrar en Venezuela, tendríamos que tener una fuerza muy poderosa de equilibrio, de verdad, la verdad legítima de lo que ahí ocurre. Sino solo vemos las consecuencias. Sí, me consta que muchas personas salieron de Venezuela, que buscaron refugio en otras fronteras, me consta que hay bastante carencia en Venezuela seguramente; pero [los que deben] observar el tema de derechos humanos me parece que deberían ser entes muy neutrales, países muy neutrales y no [usarlo] para chantajear. Yo jamás podría compartir, por más que los presidentes sean de facto o sean de fachada, que instauren otro presidente fuera de la ley como pasó en Venezuela…
- ¿Se refiere a Juan Guaidó?
Sí.
- ¿Le parece que está mal?
Sí, porque si yo quiero poner otro presidente en Estados Unidos no creo que al señor Trump le guste o al presidente de México o de Perú, que venga yo a decir que no funciona y ponga a otro. Creo que es una manera de intervenir.
- Si la Constitución lo indica, ¿no es democrático?
Que lo resuelvan los venezolanos, pero que no sean los países que quieren hacer lo suyo en otro país. Es una verdadera vergüenza que algunos presidentes digan “este es mi presidente legítimo”, están rompiendo un sistema internacional y las leyes de la democracia. Por eso decimos que se politizó mucho, en ese sentido ya no creemos lo que dice porque ya vimos su interés.
- ¿Se refiere al Grupo de Lima con eso?
Sí, sí, de Lima y todos los que hayan apoyado, sean de este continente o de otro.
- ¿Qué opinión le merecen Jimmy Morales y Donald Trump?
Pues son aliados. Y por eso le digo, los aliados se van a apoyar mutuamente. Estados Unidos siempre ha visto la importancia geopolítica de Guatemala, Honduras y El Salvador. No vamos a poder quitar de la agenda de los norteamericanos la ventaja que ven en las crisis que puedan pasar esos países.
- Como individuo, ¿qué opinión le merece Donald Trump?
No lo conozco personalmente. Me parece que los mensajes que ha dado han pegado en algunas mentes. Sobre todo el de racismo, de discriminación y si no eran resultados de su política por lo menos el mensaje sí dio resultados. Ya hay muchos muertos por intolerancia. Yo estoy con México, apoyo la política que exige que esos delitos contra mexicanos sean calificados como terrorismo interno. No se puede dejar a medias esa situación.
- Su testimonio personal ha sido cuestionado en más de una ocasión, principalmente por David Stoll.
No sé quién es ese señor. No sé de qué año está hablando. Lo más importante es que los acuerdos de paz que firmamos hace 23 años siguen siendo vigentes. Incluso tuvimos un archivo de la policía nacional que pudimos reconocer de los crímenes que se hicieron en Guatemala con más de 20 millones de documentos. Eso es la historia de Guatemala, el mío solamente es mi padre que llevamos 16 años en un litigio penal. Justamente la semana pasada estuvimos en casación, yo espero que el caso de mi padre, de mi madre y todos ellos que están en ese proceso penal si no se condenan en Guatemala sean llevados a la Corte Interamericana. Eso es lo más importante para mí, no sé de qué habla usted. Estos casos, lo que era verdad entró en un proceso penal y cualquiera que lo diga fuera pues no es tiempo de presentar pruebas, porque nosotros sí probamos lo que hacemos.
- Imagino que debe ser incómodo que pongan en duda un testimonio tan personal.
No, no, nada, nunca. Los judíos lo sufrieron en la guerra de los nazis. Yo me impacté mucho cuando los nazis decían que nunca hubo campos de concentración u Holocausto. Esta no es la primera vez que pasa en la humanidad.